Una madrina lanzando una botella de champagne que se estrella contra el casco de un buque, una ceremonia de bautismo completa con sus correspondientes discursos, música de gaitas y un barco flotando por primera vez tras salir de la grada del astillero. Actos navales tradicionales y simbólicos para un ferry que la naviera Baleària considera un paso más en su futuro y ejemplo de por dónde va a ir el camino de su flota y el sector marítimo en general: electrificación y experimentación con nuevos combustibles como el hidrógeno verde para ir dejando atrás definitivamente el fuelóleo.
Y es que esta tarde, en la sede viguesa de los astilleros Armón, se ha presentado en público al Cap de Barbaria, el más moderno de la flota de esta naviera con sede en Dénia, un barco que se ha diseñado específicamente para navegar entre las Eivissa y Formentera. “Tenemos fijación por innovar. Vemos y aprendemos que se hace por el mundo en nuestro sector y luego aplicamos todo lo que vamos conociendo en nuestra compañía.
La cuestión es probarlo”, indicó a La Vanguardia Adolfo Utor, presidente y propietario de una naviera que actualmente cuenta con 29 buques y que esperaba con ganas el trigésimo. “Este va a ser el más sostenible de la flota, otra de nuestros objetivos desde hace años. Va a tener cero emisiones durante sus estancias en puerto, las aproximaciones y las maniobras en los muelles”, apuntó.
Cero emisiones cerca y en puerto
Utor se refiere a la operación con propulsión eléctrica en los momentos en que el Cap de Barbaria esté aproximándose a los puertos de La Savina y Eivissa. Además, dentro de estas instalaciones de Ports de Balears realizará las maniobras de atraque, desatraque y la estancia con nula emisión de gases y humos. Para conseguirlo, el buque cuenta con un sistema de almacenamiento de energía de última generación formado por baterías de litio en continua recarga. Estas le permitirán tener una docena de horas de autonomía en puerto.
Capacidad
Podrá transportar hasta 390 pasajeros y dispone de una bodega en la que caben 14 camiones para abastecer Formentera
Por otro lado, el ferry también ha sido dotado con una toma de conexión a tierra. Así ya queda preparado para el sistema Cold Ironing. Esto evitará también las emisiones contaminantes por los gases del combustible fósil y los ruidos del motor. La estrategia tecnológica de "enchufar" barcos está en desarrollo en el sistema portuario español y se contempla la electrificación de muelles a los que se conectarán durante las escalas. “Las navieras tenemos que ir cumpliendo plazos con unas normativas muy exigentes para la descarbonización en el sector. Con un barco que se construye en 2022 y entrará en servicio comercial dentro de pocos meses, debíamos aprovechar todos los avances existentes, aplicarlos y dejarlo preparado para posibles mejoras en el futuro”, indicaba el presidente de Baleària mientras fijaba la vista en su barco flotando ya en aguas de la ría de Vigo.
Viendo esa escena también estaban, en lo institucional, Marta Fernández-Tapias, delegada de la Xunta de Galicia, Elena Espinosa, ex-ministra y hoy concejala de economía y empresa de Vigo, Ana Núñez, subdirectora de la Dirección General de la Marina Mercante y Jesús Vázquez, presidente de la autoridad portuaria de la ciudad, entre otros.
Una madrina ofusina
Al lado de políticos, empresarios y altos cargos, también estaba feliz y orgullosa, Andrea Romero Escandell, atleta de Formentera que está despuntando en las últimas temporadas y que, con 23 años, ya ha ejercido de madrina de un barco con mucha emoción tras la sorprendente propuesta de la naviera. El bautizado será un ferry en el que Romero navegará con frecuencia para volver a casa desde principios de verano de 2023, cuando el Cap de Barbaria, que es el nombre de uno de los puntos icónicos de Formentera, con su célebre faro y unas puestas de sol que son motivo de peregrinación hasta allí, cubra varias veces al día las once millas que separan los puertos de ambas islas.
Duración del viaje
Realizará el trayecto entre las dos islas en 60 minutos, el mismo tiempo que necesita el barco al que sustituye
El nuevo ferry de 82 metros de eslora cubrirá la distancia navegando en su mayor parte por la zona de los Freus y el parque natural de las Salinas de Eivissa y Formentera, espacio natural muy apreciado y protegido oficialmente desde hace dos décadas. A bordo podrá llevar 390 pasajeros y dispone de una bodega de 240 metros lineales, medida en la que se calcula la capacidad de garajes en los ferrys y barcos de carga rodada. Eso implica que además de coches, bicicletas o motos, podrá llevar hasta 14 camiones a bordo para abastecer a Formentera, isla que tiene a estos barcos como cordón umbilical con el mundo.
El diseño del buque construido en Galicia es de doble proa con rampas en ambos extremos. Eso facilita la carga y descarga: los vehículos siempre suben y bajan del barco sin tener que realizar ninguna maniobra extra. Eso permite que las escalas sean más cortas, algo fundamental en la isla menor, que tiene una línea de atraque muy ajustada y una gran demanda en los meses de temporada alta. “Aun tenemos mucho trabajo por delante. Hay que equipar al barco con todo lo que se necesita para el confort del pasaje, aunque estamos muy orgullosos con el trabajo hecho ya y también por ser los coprotagonistas de un barco tan novedoso y que marca historia en el sector naval español, tanto en construcción como en la operación”, contó a este medio Laudelino Alperi, consejero delegado de Astilleros Armón.
Viajar en una hora
En cuanto esté operativo, el Cap de Barbaria sustituirá al Posidonia, ferry que durante la última década ha sido un protagonista importante del puente interinsular, transportando prácticamente todo lo pensable y necesario hacia Formentera. Ese es también un barco muy apreciado entre aquellos que prefieren viajar con más calma, puesto que, como el nuevo buque, tardará unos 60 minutos, el doble que los rápidos que cubren la línea.
“El tiempo de la travesía es algo que no se nos escapa. En las últimas temporadas estamos viendo que los pasajeros vuelven a apreciar una navegación tranquila y el disfrute del paisaje a una velocidad de unos 12 o 13 nudos. Ahora con este nuevo barco van a disfrutarlo mejor, porque estará especialmente preparado para ello: se disfrutará del mar y los paisajes con espacios abiertos, comodidad y buen rollo”, comentaba con entusiasmo el armador del nuevo buque al tiempo que observaba cada detalle del diseño de un barco que su compañía no solo ve como mero transporte marítimo, sino como un laboratorio de pruebas para el uso del hidrógeno verde a pequeña escala.
El plan de Baleària es aprender sobre el uso de este combustible en un proyecto real y aplicar estos conocimientos en el futuro, cuando esté disponible un sistema de transporte y almacenaje más desarrollado y estable que el actual hidrógeno comprimido, combustible de transición como el GNL o Gas Natural Licuado que ya han utilizado varios barcos de su flota.