Un nuevo monitor, más ligero, para controlar a un paciente en su habitación

Sanidad

El 65% de los pacientes hospitalizados no tienen un control continuo

Sistema de monitorización Portrait Mobile de General Electric

El sistema de General Electric se parece a un smartphone; está conectado a un ordenador en la sala de enfermería

Pentti Hokkanen

Los cables son una solución y también un problema. Basta con mirar la parte de atrás de un televisor para cerciorarse. Al monitorizar el estado de un enfermo hospitalario, los inconvenientes son mucho peores. Por una parte, hay casos en los que es necesario conectar al paciente a varias máquinas. Por otra, el exceso de cables limita la movilidad del enfermo y hace su estancia muy incómoda. En una sala de la sede de la multinacional General Electric en Helsinki (Finlandia), yace en una cama Rauni, un enfermo simulado, sobre el que se ensayan sistemas para hacer más efectiva la atención a los enfermos. Hay pocos cables sobre el cuerpo del dummy (palabra con la que se conoce a estos muñecos de pruebas), pero si fuera un paciente real estaría controlado de forma constante.

Cuando un paciente sale de una cirugía se podría pensar que ha superado la parte más peligrosa de su estancia en el hospital, pero hay estudios médicos que indican que no es así. El British Journal of Anaesthesia asegura en un trabajo del 2019 que “la mortalidad en los 30 días posteriores a la cirugía es 1.000 veces mayor que la mortalidad intraoperatoria” y que, si ese mes después de la operación se considerase una enfermedad, “sería la tercera causa de muerte en EE.UU.”.

El sistema, de General Electric, monitoriza oxígeno en sangre, pulso y ritmo de respiración

El personal de enfermería no puede controlar a todos los pacientes en sus habitaciones en todo momento. Bastantes ta­reas tiene. General Electric menciona que diversos estudios estiman que el 65% de los pacientes hospitalizados y más del 90% bajo cuidados postoperatorios son controlados de forma manual, pero no continua.

Otro dato que presenta: una auditoría realizada en el Reino Unido sobre las paradas cardiacas de adultos en los hospitales indica que el 57% se produjo en las habitaciones y solo un 5% en las ucis, donde los pacientes son monitorizados de forma continua. Ese es el objetivo del sistema de General Electric: que las enfermeras dispongan de un sistema seguro de monitorización constante de los pacientes en sus habitaciones sin necesidad pasar a visitarlos cada corto periodo de tiempo.

Las tres variables que mide este sistema son el ritmo de respiración, el pulso y el oxígeno en sangre. Si se produce un cambio preocupante de uno o más de esos valores, la tecnología alerta al instante, por lo que puede prevenir deterioros graves de salud del paciente antes de que se produzcan.

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Al paciente se le colocan los tres sensores mediante dos dispositivos. Uno en el pecho con tres electrodos que miden el ritmo respiratorio y otro sobre el dorso de una mano y un dedo, que controla la frecuencia cardiaca y el volumen de oxígeno en sangre. Para que los datos lleguen en primer lugar al pequeño monitor, parecido a un smartphone, basta con ponerlo un instante encima de los sensores. En cuanto los sensores se emparejan con el dispositivo de pantalla, la información llega también a un ordenador situado en la sala de enfermería.

Si se produce un cambio significativo en las constantes del paciente– o cuando la enfermera cambia la batería de alguno de los sensores–, el sistema hace saltar una alarma, tanto en la pantalla móvil como en el ordenador. La idea es que el dispositivo esté siempre con el paciente. Tanto si se encuentra en la habitación, cuando puede dejarse en su módulo de carga, como si sale a caminar por los pasillos, ya que dispone de una bolsa con cinta para llevarlo colgado con comodidad.

El dispositivo controlará siempre al paciente, en la habitación y si sale a caminar

General Electric se planteó que  debía construir “un sistema seguro, fiable, robusto y fácil de usar”, indica Erno Muuranto, director de ingeniería del programa global de salud digital móvil de GE Healthcare, y director general de GE Healthcare Finlandia, donde dirige un equipo dedicado al desarrollo y la fabricación de este tipo de dispositivos.

La seguridad de un sistema como este no puede depender de las tecnologías de consumo más comunes, como el bluetooth que utilizamos, por ejemplo, para escuchar música sin cables, así que General Electric desarrolló una tecnología propia de comunicación inalámbrica entre los sensores y la pantalla. Si un paciente va al baño, donde la señal debe superar al menos una pared, la conexión no puede perderse. Los responsables de este producto aseguran que la comunicación no se pierde antes de distancias de unos 30 metros.

Los dispositivos avisan al personal de enfermería de cualquier alteración grave de los valores

Karla Asikainen, directora global de productos del programa de salud digital móvil de GE Healthcare, indica que las enfermeras pasan a ver varias veces a sus pacientes dentro de sus turnos de trabajo, pero que entre esas visitas “están prácticamente a ciegas y ellas saben instintivamente que tienen unos determinados pacientes que les preocupan”. “Este tipo de tecnología –observa– aporta tranquilidad al paciente, que se siente mejor atendido, pero también a los cuidadores”.

El sistema, que no llegará a España hasta el 2023, registra en una gráfica continua, las 24 horas del día y al segundo, los tres valores que se miden en los pacientes, de forma que en cualquier momento el personal médico y de enfermería puede consultar la evolución de esas constantes durante la estancia del enfermo en el hospital. En la zona de exhibición de la sede de GE Health­care, Rauni Suomi (este apellido es el nombre finlandés de Finlandia) yace en su cama o su sillón con unos registros de salud, a juzgar por los gráficos simulados que se muestran, fuera de cualquier peligro.

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