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Diálogo, cristianismo y cultura

Religión

Las aportaciones de la Fundació Joan Maragall en tiempo de crisis y pandemia

Tomas Halik, en la pantalla, en la inauguración decursode laFJM

FJM.

La Fundació Joan Maragall ( FJM) ha estructurado las actividades del presente curso en torno a lo que han llamado Tríptico de la pandemia : la muerte en soledad, el templo vacío y la naturaleza desbordada. Así lo anunció el presidente de la entidad, David Jou, en la reciente inauguración del curso que contó con la lección –a través del vídeo dadas las circunstancias– de Tomas Halik, teólogo checo, sacerdote católico, sociólogo de la religión y activista político, titulada Leyendo los signos de los tiempos .

La intención de la FJM es profundizar en tres grandes temas: 1/ el significado y las circunstancias –médicas, legales, sociales– de la muerte y sobre cómo su consideración ilumina algunos aspectos del sentido de la vida; 2/ las fronteras abiertas de la religiosidad, desde las inquietudes individuales de la espiritualidad hasta la solidaridad y la celebración comunitaria; y 3/ la relación entre los humanos y una naturaleza que nos desborda con el virus o con el progreso, tanto por las graves incertidumbres ecológicas como por las posibilidades prometedoras e inquietados de la inteligencia artificial.

Tomas Halik propone que se aproveche la crisis para desarrollar una vida espiritual desde la madurez

Entre otras actividades habrá el seminario de realidad económica y desarrollo humano integral que colaborará en la iniciativa La economía de Francisco , un foro coordinado por Bernat Sellarès en torno a la economía de la solidaridad; un seminario de ciencia y fe, que reflexionará sobre los aspectos científicos del virus y de los tratamientos, y el seminario de patrimonio sacro, sobre las últimas expresiones artísticas. También se han anunciado dos actos en recuerdo de Ernesto Cardenal y del obispo Pere Casaldàliga.

David Jou señaló que “en estos momentos de crisis, las aportaciones de la fundación se resumen en tres palabras: diálogo, cristianismo, cultura”. El diálogo, político, social y religioso, tiene que ser interdisciplinar, intercultural e intergeneracional y es una de las necesidades urgentes para un futuro aceptable. La cultura –entendida en un sentido amplio, que incluye la ciencia– ameniza, enriquece y da profundidad a la existencia, y ayuda a interpretar y transformar la realidad. Y el cristianismo, que forma parte de nuestras raíces espirituales y culturales, fomenta y fundamenta valores universales de justicia, igualdad y sentido trascendente de la vida. Creemos –resumió– que el mensaje es simple y vale la pena: el diálogo, como imperativo; la cultura, como gozo; el cristianismo, como ofrecimiento. Son tres ensanchamientos de la persona, tres ingredientes de la sociedad, tres vías entre humanidad y naturaleza”.

El curso de la FJM centra actividades en: la muerte en soledad, el templo vacío y la naturaleza desbordada

Del discurso de Tomas Halik, el mismo David Jou destacó tres ideas. La primera, la sensación de frustración e impotencia ante la crisis, que se tiene que transformar en una propuesta positiva de confianza, de dar otra oportunidad al cristianismo. En segundo lugar, se pregunta como reaccionar y dice que no se trata solo de ayudar a los necesitados más cercanos sino de ofrecer caminos, imaginar una nueva teología de la historia contemporánea. Es la “tarde de la fe”, el momento adecuado para el desarrollo de la vida espiritual en la madurez. Y, en tercer lugar, Halik propone que las comunidades cristianas combinen plegaria y vida, que las comunidades eclesiásticas añadan al estudio teológico y la predicación, el cultivo de la vida espiritual.