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Nahi Drammeh, la politóloga que creció entre libros

Quién

Designada embajadora europea, esta joven de Banyoles batalla por hacer accesible la futura vacuna de la Covid-19 en los países en desarrollo

Nahi Drammeh en el lago de Banyoles, donde acostumbra a ir a pasear o a correr, un lugar de inspiración para ella

Pere Duran / NORD MEDIA

A sus 26 años, lo que se esperaba es que estuviera casada y se dedicara a las tareas domésticas. Suficiente. Al menos para su familia, pero no para ella.

Nahi Drammeh es una de esas hijas de la inmigración procedente de Gambia que llegaron en los años ochenta a Banyoles (Pla de l’Estany) y se establecieron en el barrio de la Farga. El presente que esta joven se ha forjado, tras estudiar y vivir en Madrid, Bruselas y Francia, ha sido a costa de aceptar que su mirada no es la de sus padres y de convertir sus ilusiones, en ideales. Sencillamente, basa la existencia de su día a día en lograr un mundo mejor, especialmente para los países subdesarrollados. Y lo ha conseguido.

“Es difícil que un país pueda solucionar por sí solo ciertos problemas. Hay que fortalecer el multilateralismo”, dice

Esta politóloga, máster en diplomacia, ha sido una de las jóvenes embajadoras en la campaña ONE Campaign, organización internacional sin ánimo de lucro que lucha contra la pobreza extrema y las enfermedades que se pueden prevenir, para que la futura vacuna de la Covid-19 sea también asequible a los países del tercer mundo. Su objetivo no era otro que el de convencer a los mandatarios europeos. Explicarles, con el apoyo de otros cincuenta jóvenes embajadores europeos elegidos, que el remedio para el coronavirus tenía que tener una repercusión global y que la lucha para la erradicación de la pobreza y las desigualdades crecientes en el planeta han de estar cada vez más presentes en la agenda política de los mandatarios europeos.

Lo hicieron con cartas, con correos electrónicos, llamadas, videollamadas... Interactuaron con eurodiputados a través de redes sociales, principalmente Twitter. No hubo nada de reuniones presenciales. Y es que justamente estas tareas se desarrollaron durante el confinamiento, con el Parlamento Europeo clausurado.

Obtuvieron un sí de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, y de la comisaria de alianzas internacionales, Jutta Urpilainen, a quienes les pidieron que presionasen a la Unión Europea para que incrementara su compromiso con Gavi (la Alianza Global de vacunas que trabaja para hacer accesibles las vacunas en los países en desarrollo) con 300 millones de euros. Y como forma de demostrar que su petición disponía del apoyo del Parlamento Europeo estos jóvenes pidieron a los más sesenta eurodiputados que consignaran una carta. Todos aceptaron. El acuerdo de la Comisión Europea de financiar el proyecto Gavi durante los próximos 5 años en el continente africano se formalizó el pasado mes de junio en la última cumbre de la alianza Gavi.

“A nivel internacional, tenemos muchos retos y amenazas con carácter global. En este contexto de globalización que vivimos es difícil que un país pueda solucionar por sí solo ciertos problemas. Así que hay que fortalecer el multilateralismo”, comenta esta joven, quien resalta que “si nuestro sistema sanitario se colapsa con la pandemia y su gestión ya es de por sí complicada, en los países que no tienen recursos les supone un reto inabordable”.

De pequeña, Drammeh, la tercera de ocho hermanos, era de esas niñas que prefería quedarse en casa leyendo. Gran asidua de la biblioteca, esta joven, a quien le gusta pasear y correr por el lago de Banyoles, descubrió parte de las relaciones internacionales a través de la lectura. “He sacrificado muchas cosas por las costumbres de mi familia. Renuncié a hacer un Erasmus en el extranjero, pero la experiencia de Madrid no quise dejarla pasar por mi futuro y el de mis hijos. Y desde entonces ya no he vuelto a casa, como tal, hasta ahora”, indica Drammeh, que tras estudiar ciencias políticas en la Universitat de Girona (UdG), se fue a Madrid a cursar un máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales en la Escuela Diplomática.

Fue mientras vivía en Bruselas, que descubrió que la organización ONE buscaba embajadores para este año. “Lo que me convenció para presentarme fue su metodología. Es una organización que no intenta recaudar fondos, ni construir o crear proyectos, sino influenciar a quienes se encargan de tomar decisiones para que sus prioridades y preocupaciones estén reflejadas en sus agendas políticas”, precisa Nahi. Pero tras iniciar la andadura en temas de salud global, la pandemia les obligó a estos jóvenes a dar un giro a los objetivos, que a través de Gavi reenfocaron su lucha hacia una vacuna del coronavirus accesible a todo el mundo independientemente del lugar donde viva la gente o de su riqueza.

Desde Francia, donde se trasladó durante el confinamiento a casa de su hermana, Drammeh se pasaba la mayor parte de las horas ante el ordenador trabajando. “Habrá más pandemias y más retos de futuro que requerirán de este tipo de mecanismos multilaterales. Tanto en Europa como en el resto del planeta estamos viviendo unos momentos excepcionales donde el progreso y la seguridad de todos dependerá de la acción conjunta que nuestros líderes políticos desarrollen para que nadie quede atrás”, asegura esta joven, que recientemente ha recibido el premio Banyolí de l’Any por su “tarea diplomática, por su coraje y su lucha ante el reto global que está reconfigurando el mundo tal y como lo conocíamos”.

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