Unidad frente a la sinrazón
25-N
Clamor para el desarrollo del pacto de Estado contra la violencia machista
Sin fisuras. Todas a una. Así han respondido decenas de miles de mujeres y de hombres (cada vez más numerosos) en las centenares de manifestaciones y actos en contra de la violencia de género que se celebraron ayer en toda España. Con una sola voz, alta y fuerte, gritaron en nombre de las 1.028 mujeres que desde el 2003 ya no pueden hablar tras ser asesinadas por sus parejas o exparejas y los 34 niños desde el 2013, mientras lanzaban lo que se ha convertido en el grito de guerra contra aquellos que a día de hoy, y pese a la realidad, los datos y las sentencias de los tribunales, empezando por el Constitucional, siguen negando la existencia de la violencia de género: “Ni un paso atrás”.
Especialmente belicoso fue Madrid, escogido como epicentro de la formación ultra Vox para lanzar sus soflamas contra el feminismo y la violencia de género. Por primera vez en catorce años, no hubo manifiesto de todos los partidos el 25-N, ante la negativa del equipo municipal de Javier Ortega Smith de suscribir nada que tenga que ver con una realidad que Vox niega (tampoco lo quieren hacer en la comunidad de Andalucía ni en Asturias, entre otros puntos).
ACTO
Ortega Smith se niega a dialogar con Otmani, parapléjica por los disparos de su cuñado
De hecho, Ortega Smith protagonizó una de las escenas más polémicas del día. En un acto de conmemoración del día internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el dirigente ultra fue increpado por algunas mujeres cuando, de nuevo, intentó negar la violencia machista. Entonces, Nadia Otmani (que en el 2010 recibió la medalla de Plata de la Comunidad de Madrid de la mano de Esperanza Aguirre tras quedar parapléjica al intentar defender a su hermana de los malos tratos de su marido) le gritó que no hiciera política con la violencia de género, que detrás de cada caso hay mucho sufrimiento y mucho dolor, familias destrozadas, sufrimientos que marcan de por vida.
Sentada en su silla de ruedas desde hace 20 años por los tres tiros que recibió de su cuñado, Otmani, marroquí, interpelaba a un concejal que ni siquiera se dignó a mantener la mirada a la víctima.
Las reacciones hacia la actitud de este representante de los madrileños no se hicieron esperar. Desde los movimientos feministas, hasta los partidos de la izquierda e, incluso, sus aliados en el gobierno. Begoña Villacís (Ciudadanos) indicó en Twitter: “Sr. Ortega Smith, no puede venir a un acto de apoyo a las víctimas por el #DíaContraLaViolenciaDeGénero, a negarles en su propia cara la violencia machista. En lo que va de año, 52 mujeres han sido asesinadas. Puede tener diferencias, pero lo mínimo que les debe es respeto”. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, avisó a Vox de que los demócratas estarán “enfrente” y serán “firmes” ante los “envites” que lanza contra la violencia de género. “La ultraderecha ha llegado para hacer contra la democracia algunos envites importantes. Han empezado por cuestionar libertades y una realidad que hoy duramente tiene otra asesinada en Tenerife. ¿Cómo vamos a negar que ha sido asesinada? ¿Qué le vamos a decir a su familia?”, indicó.
Minutos antes de la escena que protagonizó Ortega Smith, centenares de hombres y mujeres acudieron a la puerta del Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida, vestido con una gran bandera de España pero sin el lazo violeta, en protesta por la ausencia del manifiesto contra la violencia de género de la ciudad de Madrid. En sus manos, un folio con el nombre de cada una de las mujeres asesinadas desde el 2003 y el de los niños desde el 2013. “Vergüenza” fue la palabra más coreada. “Nos queremos vivas”, las segundas.
La convocatoria surgió en las propias redes sociales, de la mano de Yolanda Domínguez, artista feminista, con el objetivo de que no se olvide a ninguna de las víctimas. “Lo que no se nombra no existe –explicó–, y eso es precisamente lo que persiguen los machistas, negar la existencia de la violencia de género, silenciarla”. Ellas ya no pueden hablar, pero nosotras sí, recalcó.
Esa fue la antesala de lo que llegó por la tarde, donde decenas de miles de ciudadanos mostraron el apoyo a las víctimas de todas las violencias machistas en las más de 200 manifestaciones, mientras exigían el compromiso claro de todas las instituciones, desde la sanitaria, la judicial, la policial y, sobre todo, la política.
En definitiva, que se desarrollen todas las medidas del pacto de Estado contra la Violencia de Género. El temor a que la lucha contra esta lacra pierda fuerza por la presencia de formación ultra, unió aún más a las entidades y ciudadanos que combaten el machismo en todas sus vertientes. En Catalunya, ayer se dejaron de lado todos los enfrentamientos políticos y las instituciones –desde eel Govern, al Ayuntamiento y la delegación del Gobierno– salieron al unísono a la plaza Sant Jaume con un manifiesto unitario.
La manifestación más numerosa fue la que se celebró en Madrid, que tuvo en la plaza de Cibeles,donde se encuentra el Ayuntamiento, su momento más álgido. Al unísono, miles de voces pidieron unidad contra la violencia machista. Y gritaron un “No os tenemos miedo”