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Los profesores, necesarios en una educación con tecnología aplicada

Avances

Conferencia organizada por Telefónica y La Vanguardia en el Movistar Centre de Barcelona

De izquierda a derecha, Bruno Vilarasau, director de servicios digitales de Telefónica; Lucía Ballarino, jefa digital de la Fundación Telefónica; Luca Longo, doctor en Inteligencia Artificial; y Enric Sierra, subdirector de La Vanguardia.

Mané Espinosa

El profesor, autor y divulgador Luca Longo, doctor en Inteligencia Artificial, profesor en la Universidad Tecnológica de Dublín y ganador del National Teaching Hero Award (premio nacional héroe de la enseñanza) en el 2016; y Lucila Ballarino, jefa digital de la Fundación Telefónica, hablaron ayer sobre las oportunidades, los desafíos y el poder transformador de la inteligencia artificial aplicada a la educación en una conferencia organizada por Telefónica y La Vanguardia en el Movistar Centre de Barcelona.

Ballarino mostró una imagen muy esclarecedora sobre el estado actual de la aplicación de las tecnologías en la educación. Un aula universitaria en 1982 y otra actual. No hay diferencias. Profesor, una pizarra y alumnos que toman apuntes con bolígrafo sobre papel. Esto, según apuntó, deja claro que estamos bastante retrasados en la aplicación de las tecnologías en las enseñanzas, que van más allá de la pizarra electrónica.

Los móviles, la inteligencia artificial y la realidad aumentada, entre otros, son algunos de los avances tratados en la conferencia. Luca Longo señaló que es importante que los maestros adopten las nuevas tecnologías per mejorar el nivel educativo y ser más eficaces, pero sin sustituir al profesor.

Se puede utilizar la realidad aumentada para desarrollar el proceso cognitivo y utilizar el móvil en clase con herramientas propias que sirvan al propósito de la enseñanza. Por ejemplo, pueden servir para determinar en un tiempo real si los alumnos están adquiriendo los conocimientos necesarios que el profesor está impartiendo.

Para Longo, el profesor debe saber no sólo de pedagogía, sino también de interacción, porque eso va a ayudar a que sus alumnos aprendan más. Por ejemplo, con el uso de la ludificación para facilitar el aprendizaje. Sin que eso lleve nunca a sustituir al docente.

Ballarino apuntó que en un entorno educativo con mayor aplicación tecnológica el profesor humano enseñará ética y moral y será siempre necesario para que, si las tecnologías un día son maliciosas, los alumnos tengan un conocimiento para detectarlas.

La realidad aumentada, en su opinión, potencia en los alumnos la autoexploración, la creatividad y la curiosidad, esenciales en un buen aprendizaje.

Una de las grandes conclusiones de ambos ponentes especializados en el uso de la tecnología es que las máquinas no sustituirán a las personas como profesores.