La diputada socialista más joven lanza el debate para acotar por ley el porno
Andrea Fernández
La regulación podría inspirarse en la del Reino Unido de verificación de la edad
Invitaciones para entrar en un convento y, a partir de aquí, comentarios de toda índole es lo que ha recibido Andrea Fernández, la diputada más joven del PSOE, que en una entrevista en El Español señalaba la necesidad de actuar contra la pornografía ya que es lo que está educando a “las manadas”. La diputada hacía referencia sobre todo al acceso de los menores a una pornografía misógina, una reflexión que no es nueva ya que está en la mesa del debate y el Partido Socialista lleva esta propuesta en su programa electoral.
Pese a los comentarios despectivos –y también de apoyo– recibidos por la diputada socialista, hace ya tiempo que organismos e instituciones, empezando por Naciones Unidas, consideran imprescindible abordar el peligro de lo que se conoce como cultura del porno, extendida en todo el mundo a través de internet. Sobre todo al entender que el acceso a la sexualidad de los menores se realiza a través de la visualización de unos contenidos pornográficos que cosifican a las mujeres. Generaciones de menores que están creciendo de la mano de unos contenidos que en muchos casos invitan a la violación.
Cultura del porno
La voluntad última del PSOE es dificultar el acceso de los menores a las páginas web de pornografía
Como se señalaba, desde el calificativo de neomonja o las comparaciones con la Inquisición llenaban las redes ante la citada entrevista, pero lo que el PSOE quiere poner sobre la mesa esta legislatura no es una actuación contra la libertad de un adulto de consumir pornografía, sino frenar que la pornografía se entienda como la sexualidad natural sobre todo para los menores. La banalización de la pornografía, como señalaba en unas jornadas recientes Anna Plans, presidenta de Consumidors de Mitjans Audiovisuals a Catalunya, provoca que se vea normal a cuatro hombres teniendo relaciones sexuales con una mujer que a todas luces se ve que no lo desea.
Ruth Sala, abogada penalista y y representante de la comisión de transferencia digital del Col.legi de l’Advocacia de Barcelona, explica que en su práctica profesional en la Fiscalía de Menores observa como el sexo se ha convertido en un instrumento sin ningún valor. Los menores, dice, no tienen la madurez para saber que la pornografía no es la realidad.
La cuestión es cómo puede regularse este acceso sin límites y Ruth Sala señala el ejemplo del Reino Unido. Está previsto que este 15 de julio entre en vigor una ley para que los usuarios de porno online deban verificar su edad de forma fehaciente y robusta. Esta iniciativa está respaldada, según las explicaciones del Gobierno británico, por el 88% de los padres de niñas y niños entre 7 y 17 años. Las páginas que no cumplan este requisito podrán ser sancionadas económicamente o bloqueadas en el Reino Unido.
Actualmente es muy fácil burlar la “mayoría de edad” para entrar en estas páginas y la abogada considera que es interesante y exportable esta legislación que bloqueará a los distribuidores en el Reino Unido que lo incumplan. La iniciativa lleva como nombre AV ( Age Verification).
Es evidente que las personas que no quieran dar los datos que se soliciten podrían acudir a la internet profunda, donde los contenidos no están indexados y los navegadores ocultan la identidad. Pero esta ya es otra cuestión. La primera es cómo evitar, según los expertos, esta barra libre actual para los menores. Y lo que esto supone a la hora de entender las relaciones sexuales.
Age Verification
Reino Unido obligará a que las webs porno deban verificar la edad de los usuarios de forma fehaciente
“Nos encontramos ante un caballo desbocado”, señala la penalista Ruth Sala. Y por ello considera que el debate ha de llegar pronto al ámbito político, como ha sucedido en el Reino Unido, que se convertirá en el primer país en tener este tipo de legislación. Ante las quejas por las amenazas a la intimidad de los usuarios, el Gobierno británico indica que no se tendrá que dar el nombre. Será un tipo de información similar a la que se requiere para acceder a las webs de apuestas. Los distribuidores que cumplan con los requisitos llevarán el sello AV.
No se trata, señala el Gobierno británico, de controlar la libertad de los adultos sino de preservar a los menores. La edad media en la que se comienza a ver pornografía en internet es de 11 años, según la ONU, y uno de cada tres niños entre 10 y 14 años accede a estas páginas con cierta frecuencia. El debate sobre los efectos de la cultura del porno misógino (o denominada también la cultura de la violación) están abriéndose paso a nivel social y llegando a los centros de decisión política
Gail Dines, feminista estadounidense antiporno y profesora emérita de Sociología, alerta de que “la industria del porno ha secuestrado la sexualidad de toda una cultura y está echando a perder a toda una generación de niños”.