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Un obispo acusado de encubrimiento presidirá la comisión de la Iglesia contra la pederastia

Nuevos protocolos

La Conferencia Episcopal elaborará una nueva normativa para la prevención y protección de los abusos sexuales a menores

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo

Smariscal / EFE

La Iglesia católica española creará una comisión que elaborará una nueva normativa para la prevención y protección de los abusos sexuales a menores dentro de esta institución y revisará sus protocolos de actuación ante estos casos, según ha informado este martes la Conferencia Episcopal (CEE).

Dicha Comisión estará presidida por el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez Fernández, acusado, precisamente, de haber encubierto un sacerdote de su diócesis que durante los años ochenta habría abusado de varios alumnos cuando ejercía de docente.

A principios de los 90 el cura abandonó la docencia al ser trasladado a la parroquia de Tábara, en Zamora, donde ejerció hasta el 2016. El año pasado, después de que los presuntos casos de pederastia saltaran a la prensa, el obispo emitió un comunicado pidiendo “perdón por el daño causado” y manifestando la voluntad “firme” de resolver “de una vez por todas este grave problema”.

Esta nueva normativa sustituirá a los protocolos de actuación elaborados en 2010 conforme a la legislación del Estado y al ordenamiento canónico que orientan a obispos, sacerdotes, religiosos e instituciones eclesiásticas sobre cómo proceder en caso de detectar agresiones o abusos sexuales a menores o posesión de pornografía infantil, entre otros supuestos.

Se establecerán nuevos protocolos sobre cómo proceder en caso de detectar agresiones o abusos sexuales a menores o posesión de pornografía infantil

Para actualizar estos protocolos, el Comité Ejecutivo de la CEE ha aprobado la creación de una Comisión que también servirá para preparar los materiales de trabajo que presentará el presidente Ricardo Blázquez en la reunión convocada para el próximo mes de febrero por el papa Francisco con los presidentes de todas las Conferencias Episcopales para hablar de los casos de abusos.

La comisión estará compuesta por juristas de la Junta de la Episcopal de Asuntos Jurídicos, del Servicio Jurídico Civil, del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica, del Servicio Jurídico de CONFER y de la vicesecretaría para Asuntos Generales.

Esta comisión tiene también el objetivo de actualizar los protocolos de actuación de la Iglesia española que sirven para tratar los casos de abusos a menores desde el punto de vista jurídico y canónico. Posteriormente, redactará una nueva normativa para la prevención y protección de abusos sexuales a menores.

Esta nueva normativa, que sustituirá a los protocolos actuales, se adecuará al “Modelo de Directivas” redactado por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores con fin de ayudar a las Conferencias Episcopales y a las Congregaciones religiosas a desarrollar e implementar políticas y procedimientos para la protección de menores y adultos vulnerables contra el abuso sexual, responder a los abusos en la Iglesia y demostrar integridad en este trabajo.

La CEE se compromete a seleccionar y formar “cuidadosamente” a todos aquellos con alguna responsabilidad en la Iglesia

La Iglesia española cuenta desde junio de 2010 con dos protocolos de actuación, conforme a la legislación del Estado y al ordenamiento canónico que sirve a los obispos, sacerdotes, religiosos e instituciones eclesiásticas para saber cómo actuar en caso de agresiones o abusos sexuales a menores.

La CEE ha subrayado que la Iglesia católica tiene el compromiso de “cuidar y educar, con respeto y ejerciendo su ministerio, proteger a todos menores y adultos vulnerables, crear comunidades seguras y solidarias que ofrezcan un entorno de amor donde haya una vigilancia informada sobre los peligros del abuso”.

Para ello, se compromete a seleccionar y formar “cuidadosamente” a todos aquellos con alguna responsabilidad en la Iglesia y a responder “a cada queja de abuso contra el personal de la Iglesia procurando ofrecer un ministerio apropiado de cuidado pastoral a aquellos que han sufrido abuso”.

También a ofrecer asistencia y apoyo pastoral, “incluyendo supervisión y remisión a las autoridades apropiadas, a cualquier miembro de la comunidad eclesiástica, que se sabe que ha cometido un delito contra un menor, joven o adulto vulnerable”.