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La radiación “letal” que provocó Little Boy en Hiroshima

La bomba atómica de Estados Unidos dejó dosis de 9,64 Gy, cinco veces más elevada que cualquier radioterapia

Imagen de la destrucción causada por el lanzamiento de la bomba nuclear en Hiroshima

Archivo

El Enola Gay había despegado de madrugada, desde una posición desconocida del Pacífico. El bombardero B-29, con el coronel Paul W. Tibbets al mando, volaba con rumbo fijo hacia la costa oeste de Japón. A las 8:15 estaba sobre su objetivo, a unos 600 metros de altitud sobre Hiroshima, la que era la ciudad más industrializada de Japón y donde vivían unas 350.000 personas.

La mayoría aún se estaban despertando cuando oyeron estallar a Little Boy, la bomba de uranio-235 de 4.400 kilogramos de peso, tres metros de longitud, 75 centímetros de diámetro y una potencia explosiva de 16 kilotones (1.600 toneladas de dinamita). Era el 6 de agosto de 1945 y los Estados Unidos acababan de lanzar la primera bomba atómica sobre población civil.

Little Boy tenía una potencia explosiva de 16 kilotones (1.600 toneladas de dinamita)

Los supervivientes vivieron el horros en sus propias carnes. El calor era insoportable, tan intenso que quemaba la piel. El aire estaba tan contaminado que incluso se hacía difícil respirar. Lo que nadie podía medir en ese instante era la cantidad de radiación que estaba afectando sus organismos. Ahora, 73 años después, ya tenemos respuesta a esa pregunta.

Investigadores de la Universidad de Sao Paulo han medido la exposición a partir del hueso de la mandíbula de una de las víctimas del bombardeo. Su estudio, publicado en la revista Plos One , revela lo que era evidente: la cantidad mortal de radiación -que se extendió también por las estructuras de la zona, materiales de construcción, plantas, animales...- en el momento de la explosión.

La bomba ‘Little boy’

Wikipedia

Los huesos y, principalmente, los dientes sirvieron como dosímetro. ”Un dosímetro es un dispositivo utilizado para medir la dosis de radiación, es decir, la cantidad de energía que se deposita en la materia por unidad de masa”, explica el profesor Oswaldo Baffa en un comunicado

“Los huesos poseen una parte orgánica y otra mineral, y la parte mineral posee un componente llamado hidroxiapatita. Esta posee propiedades paramagnéticas, es decir, que es capaz de registrar la interferencia de los campos magnéticos externos, como el producido por la detonación, funcionando como un tipo de memoria magnética de la exposición a la radiación”, añade.

Los huesos poseen una parte orgánica y otra mineral, y la parte mineral tiene un componente llamado hidroxiapatita

Lograr estos resultados ha sido un trabajo largo y difícil que se remonta a 1973, cuando Sérgio Mascarenhas, uno de los autores de este estudio y profesor del Instituto de Física de San Carlos, viajó a Japón y realizó un experimento preliminar sobre las muestras de huesos de las víctimas. “Había un problema en la muestra, que era una señal de fondo de origen desconocida, que obstaculizaba las mediciones del dosímetro”, recuerda Baffa.

“Fueron necesarios avances en los estudios sobre propiedades paramagnéticas y la tecnología de procesamiento de señales para separar la señal de fondo y permitir la medición de la dosis”, indica. Con estas mejoras se ha podido analizar en profundidad un fragmento de la mandíbula de una víctima de la explosión de Hiroshima.

La mandíbula de una de las víctimas de Hiroshima

Universidad de Sao Paulo

Los expertos utilizaron equipos de resonancia para “leer” la memoria magnética y obtener el espectro paramagnético de la hidroxiapatita. “A continuación, añadimos una dosis adicional de radiación a la muestra. Cuando se miden las diferencias en el espectro, es posible obtener un marcador que estima la dosis a la cual el hueso fue sometido con la explosión de las bombas”, señala.

Los resultados indicaron que este hueso estuvo sometido a una dosis de 9,46 Gray (Gy), que indica la dosis de radiación. “Este valor es compatible con la dosis obtenida por medio de otras técnicas, en muestras no biológicas como, por ejemplo, en la medición de la luminiscencia de granos de cuarzo presentes en los fragmentos de ladrillos y tejas encontradas en el lugar de las explosiones”, cuenta el profesor.

Nube provocada por la explosión

Wikipedia

Baffa resalta que la dosis encontrada en la muestra se considera alta. “Una dosis de 5 Gy expuesta por todo el cuerpo, cerca de la mitad del valor obtenido, ya es fatal”, observa. “En una sesión de radioterapia, el paciente se somete a una dosis menor de 2 Gy aplicada en un lugar específico del cuerpo. Para eliminar un tumor, se utilizan 30 Gy, dirigidos a áreas más pequeñas, de algunos milímetros cuadrados”, apunta.

Una dosis de 5 Gy expuesta por todo el cuerpo, cerca de la mitad del valor obtenido, ya es fatal