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"Un brote psicótico no te define"

SALUD MENTAL (Crónica)

Belén Escudero

Madrid, 7 oct (EFE).- Isabel tiene claro que las crisis o brotes psicóticos que ha podido sufrir en un momento dado por su enfermedad no la definen como persona, que éstos se tratan con medicamentos o con otros apoyos y que puede hacer una vida equilibrada, en la que el trabajo es el camino hacia la normalización.

El martes día 10 se cumplirán 25 años de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental e Isabel, según ha contado a Efe, es muy activa en el movimiento asociativo, que hace una labor fundamental frente a la desinformación, la falta de conocimiento de estos trastornos y los grandes mitos infundados y erróneos que los acompañan.

Este año las barreras que se quieren romper con mayor intensidad son las del empleo, según el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González: las de tejido empresarial para fomentar la contratación y las que impiden que estas personas puedan realizar su trabajo "sin máscaras", es decir, hablar de su enfermedad con naturalidad.

Se trata de cambiar el rol de "enfermo" por el de "trabajador" y eso lo sabe bien Isabel. Recientemente ha tenido dos empleos, como operaria de limpieza y como formadora de costura a un grupo de mujeres en riesgo de exclusión.

"Me ha hecho mucho ilusión que hayan confiado en mí porque por fin he podido demostrar todas mis habilidades y destrezas, mis capacidades. No sentía ni que era trabajo, era como un bienestar, me sentía muy a gusto, no me condicionaba mi enfermedad. He sentido que todo fluía", comenta.

Y es que un problema de salud mental no tiene por qué ser un impedimento para obtener un empleo, sin embargo sólo un 15,9 % de las personas que lo padecen tienen trabajo debido a los perjuicios sociales que aún mantienen muchos empresarios y administraciones a la hora de contratarlas o mantenerlas en sus funciones.

Las asociaciones tienen una labor destacada en este salto al mercado laboral porque les abren sus puertas con talleres ocupacionales, sirviéndoles de puente con las empresas, enviando currículum...

A Isabel el trabajo le llegó así, lo que le ha permitido encontrarse con ambientes no hostiles. No tenía que ocultar su enfermedad, hablaba abiertamente con sus compañeros de ello, algo "muy bueno" para ella.

"Sirve para aclarar las ideas también de los demás porque a muchos cuando les he explicado lo que me pasaba me han comentado 'pues pensaba que esto no era así, gracias, me has educado y ayudado a ver que la diferencia no es tan grande y a desmitificar ideas erróneas'".

El presidente de la Confederación de Salud Mental lo deja claro: "Una persona con esquizofrenia trabaja perfectamente después de afinar los desajustes", una afirmación que tiene que calar en el empresariado porque en España hay más de un millón de personas con problemas de salud mental grave, de los que 400.000 sufren esquizofrenia y trastornos bipolares.

Mercedes cayó en una depresión muy profunda. Estaba todo el día, según cuenta, "encamada" y pasó meses sin salir de casa.

Hasta los 32 años había llevado una vida "normal" y hace dos salió del agujero gracias a la ayuda de su psiquiatra que un día le dijo: "sí o sí mañana tienes que hacer voluntariado, ir a una asociación, a cursos, pero ¡sal de la cama ya!".

Cuando reaccionó, sacó toda la fuerza que había retenido, acudió a una asociación y se apuntó a un taller ocupacional. Contaba gotas para una farmacéutica y, como a ella le gustan las manualidades, eso le servía para descargar el runrún de su cabeza.

Se volcaron con ella, empezaron a trabajar con su currículum -ella había trabajado antes como técnico superior de salud ambiental-, comenzó a manejar habilidades laborales, como la puntualidad, la productividad y la presión.

"El 'no puedo' -explica- lo convertí en 'ya estoy aquí'. He hecho un trabajo enorme en hacer valer mis capacidades".

Ha estado trabajando seis meses en un centro especial de empleo, con personas que tienen distintas discapacidades y le acaban de renovar.

No ha atravesado ninguna crisis en el trabajo: "solo un día la semana pasada que tuve un episodio de angustia y ansiedad, pero se lo comenté al encargado y me dejaron un espacio para que pudiera respirar y tranquilizarme. Se me permitió ese agobio".

Muchos otros, como Mercedes e Isabel, necesitan una oportunidad para demostrar sus capacidades, para realizarse, para mejorar esta sociedad porque, subraya Isabel, "todos somos necesarios". EFE