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Interior 'esconde' a los inmigrantes del CIE de Madrid

Los periodistas visitan por primera vez el centro de extranjeros aunque no logran captar imágenes ni conversar con niguno de los 'sin papeles'

Imagen del CIE de Madrid

Propias

Lo que debía ser una visita de la prensa para que el ministerio del Interior presumiera tanto de las instalaciones del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid como de su funcionamiento se ha convertido en una nueva polémica del Ejecutivo. El CIE se abrió este lunes por primera vez a los medios de comunicación, una visita esperada desde la muerte hace unos meses de una interna en extrañas circunstancias. Pero estos solamente pudieron realizar una visita parcial pese a la "transparencia" de la que hablaba el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Las razones de la controversia se deben a que el centro estaba vacío. La instalación tiene una capacidad para 280 personas y en ella viven actualmente 156, pero pese a recorrer un par de módulos, la enfermería, las zonas de ocio, el comedor, y las cocinas, ninguno de sus residentes ha podido ser visto, ni, por tanto, entrevistado.

Sí han estado dispuestos a charlar los responsables del servicio médico, que en las tres primeras horas de su turno de consulta habían atendido ya a 36 pacientes, aunque ninguno de los ellos estaba cerca para explicar su experiencia. Según cuentan la responsable del servicio, el médico que está en el turno y la ATS que le acompaña, la demanda de asistencia es "muy grande" dentro del centro, sobre todo por "catarros, problemas de piel, hongos, alergias y estreñimiento".

Ni siquiera a la hora de comer pudo verse a alguno de los internos. Llegadas las 13 horas los responsables de alimentar a los hasta 280 extranjeros que pueden llegar a convivir en el CIE, enseñaron una bandeja con el rancho del día: lentejas, albóndigas, aros de calamar, una ración de fruta y media barra de pan. Pero ni por esas aparecieron los 'sin papeles'. Y la bandeja, obviamente, quedó intacta, enfriándose con el paso de los minutos sin ningún comensal a la vista.

Descartando gran parte de las instalaciones la prensa llegó a la conclusión de que todo el mundo debía estar en el patio. Y en parte llevaban razón. La única forma de verlos fue a través de las pantallas de televisión de la sala de control de seguridad.

Preguntados por el caso de Sammba, la extranjera que falleció el pasado mes de diciembre en un hospital madrileño horas después de ser trasladada desde este CIE, poco tienen que decir, salvo que no han sido informados aún del resultado de la autopsia, que ella contó con un intérprete -extremo que negó su familia-, y que presentaba "un comportamiento absolutamente normal" durante las primeras visitas que hizo a la consulta, aquejada de un mal no diagnosticado que finalmente, acabó por causarle la muerte.

Denuncia de irregularidades en las instalaciones

El Defensor del Pueblo y distintas ONG especializadas han venido denunciando en los últimos años todo tipo de irregularidades dentro de estas instalaciones. Algunas, por el mal estado de los edificios, la falta de prestación de servicios básicos como la asistencia letrada o sanitaria o el hacinamiento de los internos. Otras, por violaciones de derechos humanos, malos tratos o tratos degradantes.

El Ministerio del Interior tiene listo ya un anteproyecto del reglamento que deberá solventar estas situaciones y poner en negro sobre blanco las condiciones en que deben estar los internos de los CIE. El texto recibió las observaciones de las ONG especializadas, para quienes "se limita a cambiar el nombre de los CIE" -que pasarán a llamarse Centros de Estancia Controlada de Extranjeros-, "pero no el sistema de funcionamiento".