Los ancestros de los neandertales ya cuidaban a los discapacitados
LEY DE DEPENDENCIA EN ATAPUERCA
El cuidado altruista de personas enfermas tiene raíces profundas en la historia de la humanidad
Los ancestros de los neandertales que vivían hace medio millón de años en la sierra de Atapuerca ya cuidaban a sus hijos discapacitados, según se desprende del cráneo de una niña -sus huesos poco robustos invitan a pensar que era niña- que nació enferma y que sobrevivió hasta el final de la infancia.
El cráneo, que se presenta esta semana en la revista PNAS, es claramente asimétrico debido a una malformación congénita. "Tenía la oreja izquierda más baja y adelantada que la derecha y probablemente la cara asimétrica. Muy guapa no debían de encontrarla", explicó ayer Ana Gracia, paleoantropóloga de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Salud Carlos III, y primera autora de la investigación.
Tenía una rara enfermedad llamada craniosinostosis en la que las suturas entre algunos huesos del cráneo se fusionan de manera prematura. En su caso, se cerró prematuramente la sutura entre el parietal y el occipital en el lado izquierdo de la cabeza. La parte interior de su cráneo presenta también una asimetría marcada, lo que indica que probablemente sufría retraso mental. En la cavidad del ojo se ha detectado una anomalía llamada cribra orbitalia que indica que sufría alguna enfermedad de la sangre.
Pese a su fealdad, su mala salud y su probable retraso mental, el volumen de su cerebro era de 1.200 centímetros cúbicos -aproximadamente igual que el de un adulto actual-, lo que indica que, cuando murió, ya no era una niña pequeña. "No me atrevo a decir que la querían, porque no hay modo de saber cómo eran los sentimientos de aquella gente, pero debieron cuidarla", señala Gracia. "Está claro que no actuaban contra los niños anormales o enfermos, como ha ocurrido en la historia de nuestra propia especie en muchas ocasiones y en muchas culturas".
Tenía el reborde óseo situado sobre los ojos menos desarrollado que otros miembros de su especie de 12 y 14 años de edad, lo que indica que murió más joven. "No sabemos de qué murió", aclara la investigadora.
El cráneo 14, como lo conocen los investigadores de Atapuerca, se ha reconstruido a partir de fragmentos óseos hallados en el yacimiento de la Sima de los Huesos. Corresponde a la especie Homo heidelbergensis,los ancestros de los neandertales, y se le atribuye una antigüedad mínima de 530.000 años.
La investigación confirma que el cuidado altruista de personas enfermas no es un comportamiento reciente en la historia de la humanidad sino que tiene raíces profundas. Un anciano desdentado hallado en sedimentos de 1,8 millones de años de antigüedad en Dmanisi (Georgia), y al que alguien debió de masticarle la comida para que pudiera sobrevivir, ofrece un ejemplo más antiguo. "Estos son comportamientos que otras especies animales no tienen. Lo habitual en la naturaleza es dejar morir a los enfermos", observa Gracia. "La gran pregunta a la que intentamos responder es cuándo aparecieron los comportamientos que nos hacen humanos".