Cada día antes de soltar amarras los italianos de Luna Rossa Prada Pirelli tienen una ceremonia: saludan a un centenar de tifosi reunidos en el pantalán con la música a todo volumen del cantante Vasco Rossi, que dice: Vado al massimo. Vado a gonfie vele . (Voy a tope. Voy a toda vela). Y hoy martes el barco plateado ha ido realmente a tope.
La salida de Luna Rossa fue arriesgada y atestó un golpe psicológico a Nueve Zelanda
Se ha exhibido contra los poderosos neozelandeses. En su tercer encuentro contra Nueva Zelanda (que no puntúa y que puede ser el último antes de una posible final), Luna Rossa ha demostrado que sin averías o penalizaciones de por medio es muy competitivo. E incluso más fuerte.
En la salida, los timoneles Francesco Bruni y Jimmy Spithill han dado una lección de osadía y de pericia náutica. Han encontrado un pasillo estrecho entre la boya y sus adversarios y aprovechando su mayor velocidad anularon una posible reacción de los kiwis y han tomado la delantera. Los neozelandeses se han visto obligados a virar para buscar viento libre, pero han perdido el control de los alerones y se han quedado clavados en el agua. Los italianos también han estado a punto de echar al traste el día, cuando su embarcación casi sale volando tras una maniobra, pero la han reconducido a tiempo.
Al final los neozelandeses para evitar la humillación de perder con una distancia excesiva, han salido del campo de regata y fueron descalificados. Los italianos ahora son líderes provisionales de la tabla sin derrotas.
En el otro duelo de la muerte, entre suizos y franceses para evitar la eliminación, primera victoria de los helvéticos. Los galos han alegado problemas técnicos. En caso de empate al final de esta ronda, los dos equipos deberán jugársela en una regata de “dentro o fuera”, que promete ser muy emocionante.
El día ha estado marcado por una notable inestabilidad del viento, que empezó con mistral (noroeste) y ha acabado siendo levante (este). Los barcos han alcanzado los 100km/h. El mayor problema han sido los relámpagos. Uno ha caído muy cerca de Luna Rossa Prada Pirelli. Al final el comité de regata ha decidido suspender la regata por seguridad. El palo de estos barcos, de carbono, actúa como pararrayos. En caso de recibir una descarga, ésta podría causar daños irreparables en la electrónica, además de poner en peligro la tripulación.
“Hemos cometido un error”, ha reconocido Peter Burling, de Emirates New Zealand, que empieza a tener dudas sobre su presunta superioridad. En el otro bando, en Luna Rossa Prada Pirelli, los ánimos están eufóricos. Jimmy Sipithill ha dicho que “hoy hemos dado un paso psicológico adelante”. Van a tope.