Eurovisión se esfuerza por corregir sus errores del festival de Malmö

Cambios en marcha

En Basilea habrá una zona en que los cantantes no podrán ser grabados

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Recreación por ordenador de cómo será el escenario del festival de Eurovisión en Basilea en mayo del 2025

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El festival de Eurovisión del pasado mayo en Malmö (Suecia) estuvo atravesado por tensiones y polémicas que ni organizadores ni eurofans quieren que se repitan. Por ello, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), el organismo de las televisiones públicas europeas y asociadas del que depende el veterano concurso, ha hecho cambios para la próxima edición, que se celebrará en mayo del 2025 en Basilea (Suiza). Objetivo: atajar controversias como las desatadas por la participación de Israel y la descalificación del representante de los Países Bajos.

En un comunicado de prensa, la UER explicó estos cambios como parte de su “compromiso continuo de crear la mejor experiencia posible para todos los involucrados”, para “salvaguardar el bienestar de los participantes, garantizar experiencias positivas para los artistas y delegaciones y promover los valores fundamentales de comunidad, respeto e inclusión”.

La edición del 2025 intenta evitar situaciones como la que llevó a la descalificación del representante neerlandés, Joost Klein

Así, la UER establecerá zonas sin grabación en las áreas reservadas para los artistas; para los ensayos habrá un horario que les permitirá descansar y disfrutar de la ciudad anfitriona; y habrá más ensayos a puerta cerrada para garantizar la privacidad. El concursante neerlandés, Joost Klein, fue descalificado tras el comportamiento agresivo con el que reaccionó a una cámara –que le denunció por ello–, que intentó grabarle cuando él había avisado de que no quería ser grabado.

Durante el concurso habrá una figura profesional de nueva creación, encargada de velar por el bienestar de los cantantes, que actuará como el principal contacto entre ellos y el personal. La televisión pública suiza SRG SSR, coorganizadora del festival, anunció que el lema de la próxima edición será “Escuchar”, en busca de inspirar diálogo, unidad y el poder de la música para acercar a distintas opiniones.

El St Jakobshalle de Basilea acogerá el festival con un escenario inspirado en las cumbres alpinas

El St Jakobshalle de Basilea acogerá el festival con un escenario inspirado en las cumbres alpinas

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La 69.ª edición del veterano concurso de canciones tendrá 38 países participantes, uno más que en el 2024, porque regresa Montenegro tras dos años sin participar. La lista fue dada a conocer hace unos días por el nuevo director de Eurovisión, Martin Green. Rusia no figura al estar sancionada desde el 2022 por la invasión rusa de Ucrania, si bien tampoco consta que quiera ya participar; y se mantiene la presencia de Israel, muy criticada por sectores de aficionados y activistas debido a la guerra en Gaza.

De los 38 participantes, 32 deberán lograr su pase a la final del 17 de mayo en las semifinales que se celebrarán los días 13 y 15 de ese mes. El St Jakobshalle de Basilea acogerá las tres competiciones, con un escenario inspirado en las cumbres alpinas. Como siempre, Alemania, España, Francia, Italia y el Reino Unido tienen asegurada la presencia en la final, como mayores contribuyentes financieros al concurso, así como Suiza, al ser la anfitriona por la victoria de Nemo con su canción The code . Los países tienen de plazo hasta mediados de marzo para presentar sus canciones y artistas, y de momento solo unos pocos lo han hecho.

La venta de entradas comienza el 29 de enero, con precios que oscilarán entre los 40 y los 350 francos suizos (42-373 euros), según indicó Eurovisión en un comunicado. Para comprarlas hay que inscribirse antes en un registro que ya está abierto.

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