El espacio más romántico de la televisión volvía a abrir sus puertas una noche más. En esta ocasión, los espectadores de First Dates han podido disfrutar de varias citas entre diferentes comensales, que acudían al restaurante más famoso de la pequeña pantalla para darle una nueva oportunidad al amor.
Uno de los protagonistas de la noche era Raúl (55), un chófer de Barcelona que se definía como una persona cariñosa, sensible, espontánea y detallista. Su vida amorosa había sido muy intensa. ''He estado enamorado tres veces'', contaba. Pero todo cambió tras la trágica pérdida de su última pareja en un accidente de coche. Ahora, el soltero estaba de nuevo abierto para encontrar a una mujer simpática, agradable, risueña y con conversación.
Su cita era María José (53), una administrativa de Barcelona que confesaba ser una persona muy activa, extrovertida, simpática y con una vida muy ocupada. Sin embargo, María José no entraba dentro del prototipo ideal de Raúl, que nada más verla ponía cara de decepción. ''Tipo tiene, pero no es de mi agrado'', sentenciaba. Una sensación muy distinta tenía la catalana, que se quedaba maravillada con el detalle dulce que le había traído Raúl: ''Es algo romántico y sin conocerme de nada, me parece algo bonito''.
Antes de desplazarse hasta el interior del restaurante, María José confesaba que tenía tres hijas, dos mayores y una de diez años. Algo que espantaba al soltero. ''Ostras, todavía necesita atención'', aseveraba él. ''La niña no es ninguna carga, tiene a su padre'', comentaba la soltera.
Tras este incómodo momento, los solteros comenzaban la velada con otro momento de tensión. Y es que el soltero no dudaba en presumir de su buen hacer con las labores domésticas. Algo que sacaba de quicio a la catalana. ''Es lo normal si eres un ser adulto funcional...No lo pongas como un logro cuando nosotras lo hacemos a diario por necesidad'', sentenciaba ella.
''Quiero una relación estable, no seria''
La cosa empeoraba cuando Raúl llamaba ''mandona'' a la soltera al descubrir que su signo del zodiaco era virgo. ''No soy mandona. Sé pedir lo que quiero, soy tolerante, empática y sé escuchar al otro'', replicaba ella. Poco después, la soltera mostraba interés en saber cuál había sido la primera impresión del soltero, ya que tenía la sensación de que no le había gustado. Y no iba desencaminada. Sin embargo, Raúl defendió su gesto, asegurando que solo eran nervios.
Tras una cita fría y llena de diferencias, los solteros se volvían a ver las caras en la decisión final, donde Raúl rechazaba tener una segunda cita por sus hijas. Unos argumentos que la catalana desmontaba sin pestañear: ''Yo no tendría ninguna cita con Raúl. Primero porque me he dado cuenta de que cuando te he hablado de la niña te has echado para atrás. Segundo porque te he visto muy cerrado, yo he intentado profundizar un poquito más, pero estabas con una pantalla puesta delante'', declaraba.
''Además, he tenido relaciones y mi hija no es ningún impedimento para nada. Quiero una relación estable, no seria, una relación en la que me pueda reír y creo que contigo me aburriría bastante'', concluía la soltera de Barcelona.