Las fiestas de Sant Jaume en Beniflà, València, se vieron empañadas por un violento altercado que involucró al alcalde del municipio, Borja Gironés, y al concejal de Deportes, Rafael Mira, en una pelea con un menor de 17 años. El incidente tuvo lugar durante la discomóvil organizada por el ayuntamiento y fue captado en vídeo, desatando una ola de críticas y preocupación en la comunidad.
En el vídeo difundido por el programa de televisión 'TardeAR', se puede observar al alcalde lanzando golpes a un grupo de jóvenes mientras intentaban separarlo. Según el testimonio del alcalde, su intención era únicamente separar a los involucrados en la pelea, aunque las imágenes parecen contradecir su versión. Como resultado del enfrentamiento, uno de los jóvenes sufrió lesiones en el rostro, y el alcalde deberá comparecer ante el juez tras la denuncia presentada por el menor
El concejal Rafael Mira, quien también participó en el altercado, ha sido relevado de sus competencias y será expulsado del Partido Popular, aunque esta decisión aún debe ser formalizada en un pleno municipal. Mira, por su parte, sostiene que respondió a una agresión inicial del joven, mientras que la madre del menor afirma que su hijo solo intentaba mediar en la pelea y que fue agredido sin provocación.
Durante el altercado
El menor denuncia amenazas
Uno de los menores implicados, Iván Cabrera, no solo narró la violencia física del incidente, sino que también denunció haber recibido amenazas verbales del alcalde durante la trifulca. Según Iván, después de que intentaran separarlos, el alcalde le gritó: “Cuando te vea, te voy a matar”. Estas palabras, proferidas en un momento de alta tensión, han añadido una nueva dimensión al escándalo, sugiriendo un comportamiento intimidante y agresivo por parte del primer edil.
Iván también mencionó que perdió sus gafas en medio de la pelea, y cuando intentó recuperarlas, el concejal Rafael Mira le dirigió una amenaza similar, incrementando aún más el sentimiento de vulnerabilidad del menor. Estas acusaciones han exacerbado la indignación pública y han puesto bajo el foco la conducta de las autoridades locales, que ahora enfrentan un escrutinio aún mayor tanto por sus acciones como por sus palabras durante el altercado.
El alcalde Borja Gironés, a pesar de la gravedad de los hechos, no ha sido destituido de su cargo y ha evitado hacer declaraciones públicas. Mientras tanto, la comunidad de Beniflà permanece dividida y a la espera de las decisiones judiciales que definirán el futuro político de los implicados.