Aunque La vida sin filtros de Cristina Tárrega se hunde en audiencia, sigue dando voz a numerosos testimonios. Una de las invitadas del programa fue Ivonne, una mujer que vive en una furgoneta porque su casa está okupada por una amiga a la que quiso prestar ayuda.
El inusual estilo de vida de Ivonne comenzó en mayo de 2020, en medio de la pandemia. Para ayudar a una amiga de toda la vida que había sido desahuciada, Ivonne le ofreció su casa familiar. La invitada, que vive con su perra, llegó a redactar un contrato de alquiler, pero nunca recibió ningún pago. En la actualidad, su amiga y su marido viven allí, rechazando cualquier intento de desalojo, convirtiéndose así en okupas.
Vive como puede esperando una solución
En el intento de solucionar la situación, Ivonne ha tenido que recurrir a medidas extremas, llegando a vivir en la puerta de su propia casa para instarles a que abandonen el lugar. Incluso propuso compartir la vivienda, que consta de dos plantas, con la pareja, quienes inicialmente parecían estar de acuerdo.
Sin embargo, después de permitirle llevar algunas pertenencias, le impidieron volver a entrar. "Dentro tengo las cenizas de mi padre y no le puedo enterrar porque él quería que se le enterrara en esa casa", contó con pesar Ivonne.
Mientras tanto, Ivonne ha hecho de su furgoneta su hogar. "Soy como los caracoles", bromeó. "Tengo mi cama y debajo tengo la comida y los cacharros de la comida". Sus necesidades básicas, como el aseo, se resuelven con la ayuda de Cruz Roja o siguiendo prácticas antiguas como lavarse con barreños.
Ivonne contósu historia con la esperanza de que su situación se resuelva pronto, subrayando que su única intención fue ayudar a una amiga necesitada. "Le ofrecí mi casa porque yo no la uso", recordó, un gesto altruista que, lamentablemente, la ha dejado sin un hogar.