Nicky Jam regresó a El Hormiguero para promocionar una nueva canción, un futuro disco y su sorprendente negocio de pastelerías que quiere que llegue a España. El cantante demostró que, a pesar de ser una estrella de la música, sigue siendo una persona humilde que no ha cambiado tanto.
Ojos rojos es su nueva canción, lo que supone un adelanto del disco que se espera que salga a la venta a finales de 2022. Pero esa no es la única faceta del puertorriqueño, ya que entre gira y gira tiene muchos más proyectos en marcha como empresario, productor, presentador y mucho más.
"Me apetece ser director de cine porque el cielo es el límite. Después de la pandemia quiero hacer de todo, también abrir un restaurante en Madrid", afirmó. Esta hiperactividad le viene después de tanto tiempo encerrado por culpa de la pandemia, algo que le recordó a su estancia en la cárcel.
"El confinamiento por coronavirus no fue nada para mí después de haber estado en la cárcel unos años. Allí aprendí a disfrutar de la libertad porque estar entre cuatro paredes y que te digan lo que tienes que hacer, cuando comer... fue muy duro", reconocía entre risas. Desde entonces, la libertad es algo que valora mucho.
Aunque es algo de lo que ha hablado en más de una ocasión, el invitado de El Hormiguero recordó su paso por prisión y lo peligroso que era vivir allí. Por suerte, el humor fue su arma para evitar conflictos: "Dentro de la cárcel era el payaso y también cantaba, pero estaba muy asustado. Intentaba ayudar a todo el mundo. Cuando salí, mucha gente lloró".
Pablo Motos quiso saber qué hace para que el dinero no se le suba a la cabeza. "Yo ya tuve dinero y fama a corta edad, lo perdí todo y ahora con la madurez sé que no es importante, yo hago el dinero, pero el dinero no me hace a mí. Lo más importante es la salud, la familia y la conexión con Dios", explicó al presentador.
Aunque la noche estuvo plagada de anécdotas, el momento más divertido se vivió al final de la entrevista, cuando llegó el concurso en el que los espectadores tienen la opción de ganar 3.000 solo por contestar correctamente a una llamada. Aunque es posible que toda España conozca la respuesta a la pregunta "¿sabe usted qué es lo que quiero?", lo cierto es que costó mucho encontrar a un afortunado.
Aunque el cantante puso todo el esfuerzo, cada llamada era una nueva sorpresa para desesperación. Tras mandarles a algún que otro sitio, tuvieron la oportunidad de hablar con una mujer a la que habían despertado. Pese a que durante unos minutos habló con ellos, terminó perdiendo el dinero por tener "mucho sueño".