“¡Estefaníaaaa!”, la crueldad que se esconde bajo el grito viral más desgarrador
¿Dónde están los límites?
Un concursante de ‘La isla de las tentaciones’ al que su novia le ha sido infiel se convierte en carne de burlas en las redes sociales
‘El debate de las tentaciones’, en directo | Última hora de las parejas en la isla
Christofer y Fani, pillados juntos tras ‘La isla de las tentaciones’
Gritar “Estefania”, el nuevo reto viral en redes sociales
Hace días que lo sabíamos. Solo era cuestión de horas ver la reacción de Christofer, participante del programa La isla de las tentaciones al que su novia le ha sido infiel por todo lo alto. Ante todo, un apunte. Este programa se grabó hace unos meses, así que el susodicho ya debe tener asimilado- o quizás no, que si se presentó al concurso para saber si su relación iba por el buen camino se ha dado un buen coscorrón. Y si nos ponemos en su piel, eso sí, sabiendo que aceptó previamente las reglas de juego, debemos suponer que no es fácil que toda España se entere en el mismo momento que tú de que tus cuernos raspan las nubes.
Ella es Fani. Pero pasará a los anales de la televisión como Estefanía. Competirá probablemente con el “Pedroooo” de Penélope Cruz en los Oscar, y esta semana solo el nombre de Gloria ha albergado más crueldad que el suyo. Pero los efectos emocionales han sido igualmente devastadores para su pareja, un Christofer que decidió ver las imágenes junto a los demás concursantes masculinos y que, tras asegurar que su novia seguía siendo el amor de su vida, se tuvo que enfrentar a la dura realidad.
Y esa realidad no es otra que la de la citada Fani besándose apasionadamente con su soltero elegido, Rubén, con el que ha conectado profundamente. En todos los sentidos. Si Christofer esperaba un final perverso, poco podía imaginar que se produciría en tan solo dos semanas de programa y con unas imágenes que se han hecho virales. O sería más justo decir que lo que realmente se ha hecho viral ha sido la reacción del joven al ver lo bien que se lo estaba pasando su pareja en el paraíso.
Hundido, abandonaba la hoguera donde veía las imágenes junto a Mónica Naranjo, la maestra de ceremonias de la perversidad, y el resto de compañeros para deshacerse del micrófono fuera de sí y adentrarse hacia la playa para soltar todo su dolor e impotencia en un desgarrador “Estefaníaaaaaaaa” convertido en una mezcla de ira, súplica y sufrimiento. No sabemos si ella escuchó su lamento pero en España llegó para demostrarnos, una vez más, que ante la desgracia ajena, hay dos actitudes opuestas que suelen salir a relucir al unísono.
Lo más humano sería sentir cierta empatía con una persona que en ese momento- aún sabiendo que ha sido él quien ha elegido meterse en ese percal- lo está pasando realmente mal. Pero la humanidad muchas veces deja mucho que desear. Así que en un universo paralelo como el de las redes sociales donde parece que no vamos precisamente sobrados de asertividad, su desgarrador grito ha cobrado especial protagonismo para hacer de ello un meme constante.
Y es que en pocas horas- minutos incluso- no solo salieron a florecer las primeras burlas y comentarios grotescos sobre lo que había ocurrido, sino que parte de España ya se había inventado la manera de divertirse a costa del dolor de Christofer. Tan fácil (y perverso) como crear un juego, en este caso llamado #Estefania Challenge consistente en imitar el desgarrador grito del joven en cualquier rincón que se preste. Cualquier lugar es bueno si nos podemos divertir juntos a costa del dolor de otro.
Y así es como ese “Estefaníaaaa” pronunciado por alguien en un momento duro de su vida, se convierte en carne de bromas y parodias, a cual más surrealista, para dejar constancia que en nuestro país nos tomamos con humor los golpes que nos da la vida. Hay que relativizar las cosas, y más lo que sucede en realities preparados como este, nos debemos decir para que nuestra moral no ande deambulando como un zombie por nuestra cabecita.
Es evidente que el humor es sano, especialmente cuando uno es capaz de reírse de uno mismo. Y que la cuestión no cruza ninguna línea roja como podría ser una enfermedad o algo más dramático. Pero tampoco estaría mal tener presente que hay cierto grado de perversidad en orquestrar una campaña anónima a través del altavoz del siglo XXI, las redes sociales, para burlarnos de alguien que, a su manera, está sufriendo. Uno no se chupa el dedo tampoco. No sabemos qué grado de guionización hay en todo este vodevil. Cierto.
Pero ante la duda hay una estrategia que suele funcionar. ¿Qué haríamos nosotros si fuéramos el blanco de las flechas 2.0? Unos dirán que, para empezar, no se presentarían nunca a un programa como este. Aunque, desgraciadamente, muchas veces la realidad supera la ficción. Y creo que todos coincidimos que no nos gustaría vernos un día corriendo en la playa gritando el nombre de nuestra pareja al enterarnos que no solo ha mordido la manzana sino que se la está comiendo entera.
Y quizás ese día, entendamos que una vez nosotros hicimos un challenge con ello. Seguro que miraremos alrededor, recuperaremos la dignidad y nos felicitaremos de que ninguna cámara haya captado el desgarrador momento. Pero cuidado, ¡advertencia!: siempre hay alguien con un móvil en la mano dispuesto a joderte la vida.