Ningún otro videojuego había recreado la Edad Media de manera tan realista y ambiciosa. Esta es la sensación que tuvimos hace siete años cuando nos sumergimos en la Bohemia virtual de Kingdom Come: Deliverance, un título que se presentaba a la par como una aventura inmersiva y como un simulador de la vida en la Europa Central del siglo XV.
Esta semana, tras más de un lustro, el equipo de desarrollo checo Warhorse Studios ha lanzado para PC, PlayStation 5 y Xbox Series una secuela que redobla la apuesta por ofrecer la representación más detallada e inmersiva que se ha hecho de esta época histórica. En su primer día a la venta ya ha vendido un millón de copias.
En su primer día a la venta ya ha vendido un millón de copias
Kingdom Come: Deliverance II es una continuación directa que vuelve a situar la acción en la Bohemia de 1403, la región que actualmente correspondería a la República Checa y que en ese momento estaba inmersa en todo tipo de tensiones políticas y militares entre los partidarios del rey Wenceslao IV y Segismundo de Hungría.
Repite también su protagonista, Henry, el hijo del herrero de Skalice, quien ha dejado atrás sus orígenes humildes para convertirse en un caballero tan capaz de dominar la espada como la oratoria. Como protector y consejero de un noble, la aventura comienza con una simple misión diplomática, pero una sangrienta emboscada precipita los acontecimientos y da inicio a un viaje en el que deberá vengar la muerte de su familia y restaurar al rey legítimo.

'Kingdom Come: Deliverance II' se juega en primera persona
Sorprenden lo verosímiles que son el mundo y el comportamiento de los personajes
La premisa argumental es solamente una excusa para lanzar al jugador en plena Edad Media. A partir de aquí toca explorar el mundo abierto, hacer avanzar la historia a través de las misiones principales o, directamente, sumergirse en los días del Sacro Imperio Romano realizando todo tipo misiones secundarias. Y es que uno de los pilares de la experiencia que propone Kingdom Come: Deliverance II es lo verosímiles que son tanto el propio mundo como el comportamiento de los personajes que lo pueblan.
Comer, dormir, asearse o trabajar son acciones que el jugador no debe descuidar mientras intenta sobrevivir en medio de esta época llena de hostilidades. Uno puede optar por la vía rápida de robar, pero si es descubierto, su reputación caerá en picado y el resto de personajes no se olvidarán de ello. De hecho, en nuestro análisis de la primera entrega ya destacamos como las mecánicas se adaptaban a la época, y esto es algo que también se nota en los combates, que son muy exigentes, o en la propia supervivencia, que no perdona descuidos como aventurarse desarmado y sin un buen equipo.

Imagen del videojuego 'Kingdom Come: Deliverance II'
Los paisajes son fotorealistas y el guion tiene una extensión de récord
Los más de cinco años que esta superproducción ha estado en desarrollo y el equipo de hasta doscientas cincuenta personas que han trabajado en ella se nota en los paisajes fotorealistas generados gracias al motor gráfico CryEngine, pero también y en las ciudades llenas de vida que el jugador puede visitar, como Kuttenberg –la actual Kutná Hora–. De hecho, se calcula que la superficie del mundo es de alrededor de 25 kilómetros cuadrados, una auténtica barbaridad de terreno que el jugador puedo explorar en primera persona.
La historia tampoco se queda corta. El director del juego y fundador de Warhorse Studios, Daniel Vávra, ha alardeado de que el guion ocupa 2,2 millones de palabras, una cantidad superior a la del reciente y exitoso Baldur’s Gate 3. A este respecto, es de recibo añadir que el título no tan solo está totalmente localizado al español, sino que el trabajo de los actores de doblaje es realmente bueno. Acompañan perfectamente el carácter cinematográfico que el título exhibe en sus cinemáticas.

Imagen del videojuego 'Kingdom Come: Deliverance II'
Kingdom Come: Deliverance es trabajo de recreación histórica excelente, pero también es un juego muy exigente
El resultado de este enorme trabajo de recreación histórica no es apacible tour por la Eda Media, sino todo lo contrario. Por encima de todo es un juego de rol profundo y denso, un título que sorprende por la enorme cantidad de opciones y variables que ofrece al jugador, pero también por su exigencia. Aquellas personas que no estén acostumbradas a los juegos de rol occidentales deberán armarse de paciencia para acomodarse a su jugabilidad. Todas las situaciones pueden resolverse de infinidad de maneras, hasta el punto que cada partida puede ser completamente diferente. Y sí, también nos hemos encontrado algún pequeño bug, pero su repercusión es mínima en un título de esta escala.
En una época de contenidos de consumo rápido, Kingdom Come: Deliverance II es un título de esos que es aconsejable disfrutar a fuego lento. Su compromiso en la recreación histórica lo acerca al simulador, pero también hay mucho de juego y, sobre todo, de inmersión en su propuesta. El resultado es una experiencia sorprendente, uno de los juegos de rol más ambiciosos jamás creado y, desde ya, un futuro contendiente a juego del año.