Desde que se dejó ver en el ya lejano E3 de 2018, había muchas ganas de recorrer los escenarios poligonales de Tunic. Ya entonces, muchos medios –entre ellos esta misma casa– eligieron este juego de aventuras como uno de los títulos más destacados del evento de Los Ángeles. Después de mucha espera, hoy sale a la venta (y llega por sorpresa a Game Pass) este título independiente, desarrollado por una sola persona, y que apunta maneras para convertirse en uno de los videojuegos imprescindibles del año.
La premisa de Tunic es toda una declaración de intenciones. El juego arranca cuando un zorro vestido con un traje que recuerda al de Link, el héroe de The Legend of Zelda, que despierta en una misteriosa playa. A partir de aquí empieza la exploración de un reino desconocido, con sus combates, sus jefes finales, sus rompecabezas y, sobre todo, sus muchos secretos.
Del desarrollo de Tunic se ha encargado el diseñador canadiense Andrew Shouldice, quien durante más de un lustro ha trabajado en solitario para dar forma a una aventura que no deja de ser un homenaje a los clásicos de este género. La dedicación que este creador de juegos ha volcado sobre este proyecto personal se nota en cada una de los detalles de su mundo, pero, sobre todo, en los muchos secretos que se esconde. Habilidades, puertas invisibles, caminos, objetos especiales... Las referencias a Zelda y otros juegos de aventuras de la era de los 8 bits van mucho más allá de la espada y el escudo.
Uno de los detalles más brillantes del título es el curioso sistema con el que se van desentrañando muchos de los secretos de Tunic, una serie de páginas dispersas por el mundo del juego que se revelan como las páginas de un antiguo manual de videojuego (recuerda a los de NES). El gran detallismo puesto en estas páginas dispersas por todo el mapeado está al nivel del resto del mundo, unos escenarios preciosistas de perspectiva isométrica en los que tampoco faltan intensos combates.
Otro pilar de la experiencia de Tunic es la banda sonora firmada por Lifeformed, el nombre artístico del dúo formado por Terence Lee y Janice Kwan, quienes ya han trabajado en títulos como FEZ o Hyper Light Drifter, dos clásicos indie que comparten bastantes similitudes con el título que hoy nos ocupa. Su música es el acompañamiento ideal para un juego que anima como pocos a la curiosidad, la exploración y al descubrimiento. Tunic lo consigue sin indicar el destino, sino dejando libertad, algo que solo logran las grandes aventuras.
Tunic ya está disponible para PC, Mac, Xbox One y Xbox Series. El juego también forma parte del servicio Game Pass de Microsoft.