Elon Musk quiere ser recordado, aunque no se sabe si por sus obras empresariales o por sus apariciones mediáticas. Nada más aterrizar Twitter, el magnate se presentó en oficinas de la compañía en San Francisco con un lavabo, recordando a un famoso meme que alude a la expresión inglesa “let that sink in”, algo así como “piénsalo un momento”, en referencia a los 44.000 millones de dólares de la operación.
Desde entonces, el multimillonario no ha parado de tomar decisiones: fulminó a los máximos responsables, despedirá a la mitad de la plantilla (alrededor de 3.700 puestos de trabajo) y anticipa cambios en la política de verificación. Eso es lo que se sabe, al menos hasta el momento. Y todavía no ha aclarado nada sobre las normas de uso y libertad de expresión. Tampoco hay noticias de si Twitter cambiará para parecerse a la superapp china WeChat.
Muchos cambios en poco tiempo que le han costado importantes críticas de la opinión pública. Entre tanta decisión, algunos especialistas han encontrado paralelismos entre la llegada de Elon Musk a Twitter y el papel de Steve Jobs en Apple.
Empresarios
Similitudes entre Elon Musk y Steve Jobs
Twitter no atraviesa su mejor momento
Los similitudes comienzan por la delicada situación de ambas compañías. El magnate sudafricano ha asegurado que no le ha quedado otro remedio que aplicar despidos masivos, a tenor de las pérdidas diarias de la plataforma. A eso, hay que sumarle la pérdida de anunciantes. Y no hay que olvidar que Twitter viene perdiendo “usuarios de peso”, que representan una pequeña parte del total, pero que suponen una elevada cantidad respecto a los ingresos de la empresa.
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Algo parecido ocurría en Apple en la década de los 90. Según recuerda Bloomberg, en aquel entonces Microsoft le había comido mucho terreno a la compañía de la manzana y esta solo controlaba solo el 4,4% del mercado de los ordenadores. Jobs solía decir que Apple estaba a solo unos meses de la bancarrota. En 1997, volvió a la compañía en forma de asesor del entonces director ejecutivo de Apple, Gil Amelio.
Los despidos no se hicieron esperar. Apple prescindió de 4.100 empleados mientras echaba por tierra proyectos que, hasta ese momento, eran estratégicos. Las decisiones del Jobs fueron duramente criticadas. “Se cometerán algunos errores. Está bien. Porque al menos también se tomarán algunas decisiones. Los arreglaremos... Pero creo que es mucho mejor que donde estaban las cosas no hace mucho tiempo”, respondió el responsable en una intervención pública.
El tiempo le dio la razón y la compañía con sede en Cupertino remontó el vuelo. En el caso de Musk, aún es pronto para saber si la política de despidos y los cambios prometidos serán suficientes para reflotar la red de microblogging.
A Musk y Jobs tampoco les importa asumir responsabilidad. El currículum del primero es imponente: fundador, consejero delegado e ingeniero jefe de SpaceX; CEO de Tesla; fundador de The Boring Company; y cofundador de Neuralink y OpenAI. La lista es extensa, aunque los resultados de sus apuestas han sido variables. Por su parte, Jobs tenía una empresa de software (NeXT), que terminaría vendiendo a Apple. Además, se embarcó en proyectos relacionados con The Walt Disney Company.
Futuro
¿Cómo reflotar Twitter?
Musk no ha dudado en tomar decisiones tras su desembarco en Twitter
También hay diferencias. Según apunta Brad Stone en Bloomberg, Jobs llegó en el momento justo a Apple, “con la revolución móvil a la vuelta de la esquina”. No se augura un futuro tan prometedor para el sector de la comunicación y de las redes sociales, que aparentemente han dejado de ser un negocio en crecimiento.
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El viaje de Twitter está lleno de turbulencias porque empresas como General Motors y L’Oreal, la farmacéutica Pfizer, el grupo automovilístico Volkswagen o el de alimentación General Mills ya han optado para frenar en seco sus anuncios. Y eso significa menos ingresos para la plataforma.
Musk no lo tiene fácil y nadie sabe si está acertando en su toma de decisiones. Solo queda dejar pasar el tiempo, que le dará (o no) la razón. A Jobs, el riesgo no le salió mal.