Loading...

Assassin’s Creed Odyssey: un viaje virtual a la Antigua Grecia

Videojuegos

La franquicia estrella de Ubisoft regresa con una nueva entrega disponible desde hoy para PlayStation 4, Xbox One y PC

Assassin's Creed Odyssey está disponible para PS4, Xbox One y PC

Ubisoft

¡Por Esparta! Assassin’s Creed Odyssey arranca por todo lo alto. Nada más empezar, el jugador debe ponerse en la piel del rey Leónidas en medio de la famosa Batalla de las Termópilas. En esta intensa primera escena se ponen a prueba algunas de las nuevas habilidades de esta entrega y, todo ello, en medio del combate más despiadado. Se trata de un inicio que busca el efectismo, que sabe jugar con el recuerdo colectivo de la famosa adaptación cinematográfica del cómic 300, y que define en gran parte el tono de esta nueva aventura con trasfondo histórico.

Un año después de reiniciar la franquicia con Assassin’s Creed Origins, Ubisoft vuelve a la carga con una nueva entrega de su juego estrella. De las imponentes pirámides de Egipto retrocedemos unos cuantos años más, hasta una Antigua Grecia en plena ebullición ante la inminente Guerra del Peloponeso en el año 431 aC. La recreación de esta época vuelve a ser uno de los puntos fuertes de esta producción, y aunque el rigor histórico hace más concesiones de las que debería, perderse entre las playas, pueblos y ciudades de su enorme mundo abierto sigue siendo una de las virtudes del juego.

Ubisoft Quebec, el equipo que anteriormente había firmado Assassin’s Creed Syndicate, ha dado forma a un juego que es continuista respecto a la anterior entrega, pero que también se reserva algunas novedades interesantes. Para empezar, la posibilidad de elegir entre dos personajes, Alexios o Kassandra. Esta elección no afecta al transcurso de la historia más allá de algunos pequeños matices fruto de la diferente personalidad de cada uno, pero se trata de un buen añadido. Lo que sí puede alterar el curso de la narración (y del final del juego) es la implementación de un sencillo sistema de decisiones y opciones de diálogo, una novedad que acerca a Assassin’s Creed todavía más a los juegos de rol, y que es positiva por el simple hecho de permitir una mayor inmersión en la historia.

Desde siempre, los combates y el sigilo habían sido uno de los aspectos más criticados de la franquicia, pero desde el retorno del año pasado y el giro de la serie al RPG de acción se ha conseguido ofrecer un juego más equilibrado en este sentido. El sistema de combate se ha pulido, pero la verdadera novedad está en la inclusión de poderosas habilidades que se van recargando. Estos poderes, desde la famosa patada espartana hasta otras habilidades directamente mitológicas, dotan de más vistosidad a los enfrentamientos. Además de ser bastante útiles en las nuevas batallas a gran escala entre decenas de enemigos.

Sócrates es uno de los personajes históricos que aparece en Assassin's Creed Odyssey

Ubisoft

Una de las novedades menos publicitadas, pero, aun así, de gran calado, es la presencia del nuevo modo “Explorador”. Se trata de una modalidad que elimina las ayudas visuales, tan presentes en la serie, para dejar que el jugador descubra la localización de su próximo objetivo a través del diálogo con otros personajes y la investigación del entorno. No es una opción que cambie de forma radical la experiencia, pero sí la acerca un poco a otros juegos de mundo abierto que han conseguido llevar más allá este género, como The Legend of Zelda: Breath of the Wild.

Donde Assassin’s Creed sigue sin encontrar una solución apropiada es en la estructuración de su contenido. Entre las misiones principales y las secundarias el juego de Ubisoft puede seguir presumiendo de ofrecer una enorme cantidad de contenido. Superar el juego pueda llevar más de 50 horas, pero otra vez este generoso contenido cae en la peligrosa costumbre de ofrecer actividades que siempre son muy repetitivas. La acumulación de misiones extremadamente parecidas y esa obsesión por el coleccionable, tan propia de la compañía, forman parte del ADN de la serie y, nuevamente, empañan un conjunto que se diluye y no sabe poner el acento en sus momentos más memorables.

Imagen del videojuego Assassin's Creed Odyssey

Ubisoft

La repetición excesiva de misiones contrasta con otros aspectos en los que este Odyssey consigue mejorar a la entrega del año pasado. El sistema de menús puede parecer un aspecto menor, pero su genial diseño es digno de mención. Mejorar el equipo y las habilidades de nuestro personaje es una parte importante a lo largo de la aventura, y la forma como el juego hace visible estos cambios consiguen un muy buen equilibrio entre profundidad, comodidad y accesibilidad. Todo ello sin dejar de mencionar el acabado visual de una Grecia que, sí, busca más el efectismo que el rigor histórico, pero que es tremendamente exuberante en su representación.

Sin ser una revolución para la serie, Assassin’s Creed Odyssey construye un juego más que notable a partir de los sólidos cimientos de la anterior entrega. La repetición de misiones sigue siendo su principal punto débil, como también lo es esa falta de atrevimiento a salir de un enfoque únicamente comercial — ¿por qué no han incluido doblaje en griego clásico? —. Pero, aun con todo, vuelve a sobresalir esa voluntad de trasladar al jugador a otra época, un sistema de progresión que funciona y una fórmula que más de una década después sigue resistiendo.

Sin ser una revolución para la serie, Assassin's Creed Odyssey construye un juego más que notable a partir de los sólidos cimientos de la anterior entrega”