Disney lanza los trailers de Star Wars analizando la expectación en redes sociales
Big Data en el cine
La industria audiovisual aplica métodos cada vez más sofisticados para adaptar sus producciones a las preferencias de la mayoría de espectadores
El sector audiovisual está incorporando el big data a todas sus fases, labores y actividades. No sólo se sistematiza con este método la venta de entradas en las taquillas o en internet; o se conoce profundamente qué significan las cifras de audiencia. Esta tendencia se extiende hasta gestiones como la investigación para averiguar las preferencias de los clientes potenciales sobre los argumentos o el casting de series de televisión y largometrajes de Hollywood, según destacan especialistas como los consultores de PwC Alex Mannella y Todd Supplee.
Un nutrido grupo de profesionales de Netflix clasifica por categorías abundante material. Son los “etiquetadores” —taggers, en inglés—, que cuentan con el apoyo de personal autóctono para preparar el lanzamiento de sus producciones en cada país o territorio. Este equipo humano trabaja sobre la información de la que ya dispone la compañía, puesto que en Netflix guardan y ordenan la cantidad de veces que son buscados, visionados y repetidos sus programas, las puntuaciones que les otorgan los usuarios y las condiciones de consumo (por plataforma, día, hora...). De este modo, la empresa de streaming aspira a consolidar su paso de la oferta a la prescripción.
Así, pueden llegar más lejos que herramientas como Story Sync, la función que, asociada a la popular serie The Walking Dead, de AMC, ha permitido la participación de la audiencia durante la transmisión. Una de las mejores revistas sobre entretenimiento en el mundo, la estadounidense Variety, concede tanta importancia a estas innovaciones que organiza anualmente un encuentro, el Big Data Summit. En una de estas citas trascendió que Disney había planificado la promoción del episodio VII de Star Wars en función del comportamiento de quienes se mueven por las redes sociales.
La cantidad habitual de imágenes que se muestra en los anuncios actuales se redujo a la mitad para que los aficionados estuviesen en la misma situación que quienes se apasionaron por la trilogía original de La guerra de las galaxias a finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX. Fox, el estudio de la premiada película The Revenant (2015), reclamó los servicios de una firma tecnológica de bioanálisis, Lightwave, para perfeccionar su estrategia de distribución. Sus empleados observaron de qué modo reaccionaron casi un centenar de espectadores de Washington, Boston, Filadelfia y Chicago que gozaron de una proyección exclusiva a partir de sus movimientos físicos, su temperatura, su pulso y hasta su piel.
Gracias al wearable —dispositivo inteligente— que llevaba puesto cada uno de ellos se detectó una quincena de instantes determinantes desde el punto de vista emocional. Por supuesto, estos detalles son muy útiles para la industria. Los expertos subrayan que estos procedimientos son idóneos para complementar otros de corte más tradicional, como los cuestionarios que rellenan representantes del público en pases previos a los estrenos, los grupos de discusión, etc. Cuando aún no se había dado el bum del big data, la neurociencia ya estaba contribuyendo a aportar precisión al séptimo arte.
Las exitosas y oscarizadas Avatar (2009) y Rango (2011) se beneficiaron en su momento del escrutinio del sistema nervioso de los individuos que se sometieron a experimentos anteriores a su puesta en circulación. En el caso de la segunda, un filme de animación, esta técnica sirvió para diseñar al protagonista. Un personaje principal de carne y hueso, Matt Damon, fue elegido para La gran muralla (2016), de Zhang Yimou, porque en China superaba en las búsquedas en internet a cualquier otro actor.
Antes del lanzamiento de 'The Revenant' se observaron los movimientos, la temperatura, el pulso y la piel de quienes vieron anticipadamente el filme”
Las posibilidades de este mercado, el del gigante asiático, son enormes. Warcraft: El origen (2016) consiguió más de 200 millones de euros allí, a pesar de que no funcionó como se esperaba en Estados Unidos. Los responsables de esta adaptación del videojuego homónimo, financiada desde Legendary Entertainment, pudieron acceder a la lista de compradores de tíquets anticipados. Con estos miles de perfiles orientaron su publicidad. Sin embargo, en Norteamérica, donde no disfrutaron de este privilegio, tuvieron que conformarse con los espots.
Con el mismo objetivo se vale del big data Viacom, uno de los mayores conglomerados de medios de comunicación a escala global, con más de 170 redes de cable, online y convencionales en unos 160 países. Esta corporación, que es propietaria de marcas tan relevantes en el sector como Comedy Central, Nickelodeon o MTV, se mantiene como referente por haber sabido cómo satisfacer las necesidades de los televidentes, incluso si se trata de anuncios, con instrumentos como Apache Spark, inicialmente desarrollado en la Universidad de California en Berkeley, y Databricks.