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Prey, un videojuego que explora los límites de la ciencia-ficción

Primeras impresiones

Jugamos al nuevo proyecto de los creadores de Dishonored, una de las experiencias más prometedoras para PC, PlayStation 4 y Xbox One

Ilustración conceptual de ‘Prey’ el nuevo videojuego de Arkane Studios

Bethesda

Así de primeras, Prey puede parecer otro videojuego de acción en primera persona, con elementos de rol y ambientación futurista. Ahí están los claustrofóbicos pasillos de una solitaria estación espacial, los crípticos mensajes de una tripulación que ha pasado mejores días y, claro está, la compañía de unos alienígenas con muy malas pulgas. Son lugares comunes de un tipo de ciencia-ficción genérica que, sin embargo, se diluye al poco de empezar a jugar.

La semana pasada La Vanguardia tuvo la oportunidad de visitar las oficinas de Bethesda en Londres para probar durante dos horas el último videojuego de los creadores del aclamado Dishonored y de su reciente secuela Dishonored 2. Tras esta primera sesión de juego queda claro que más allá de las apariencias, este título para PC, PlayStation 4 y Xbox One está muy lejos de ser un juego acción convencional.

La premisa argumental de Prey es de las que ponen los dientes largos a los aficionados del género fantástico. El juego transcurre en un futuro alternativo en el que la humanidad ha llevado la exploración espacial mucho más lejos de lo que conocemos. Este 2032 imaginado es fruto de una línea temporal diferente, una en la que el presidente John F. Kennedy no fue asesinado y en la que Estados Unidos y la Unión Soviética unieron fueras para hacer frente a un ataque alienígena.

La vida de Morgan Yu (hombre o mujer a elección del jugador) es pura rutina en la estación espacial Talos I, hasta que una mañana una misteriosa comunicación le advierte que debe abandonar su habitáculo cuanto antes. A partir de este momento empieza una historia que no necesita de cinemáticas para atrapar el jugador, que se explica a través de sus entornos y que deja a cada uno decidir hasta qué punto quiere profundizar en la trama gracias a la infinidad de pistas que los guionistas de Arkane Studios han diseminado por cada rincón.

Los alienígenas Tifón no son la única amenaza que espera al jugador en la estación espacial

Bethesda

Los responsables de Dishonored son especialistas a la hora de crear ambientes que se salen de lo común. Aquí lo demuestran con una oscura trama de ciencia-ficción que, al menos en sus primeros compases, huye de tópicos. Ahora bien, si en algo destaca este estudio de desarrollo a medio camino de Lyon y Texas es en su firme voluntad a la hora de dejar que los jugadores dispongan de total libertad para afrontar sus juegos, algo que sin duda es el verdadero punto fuerte de Prey.

Como en la aventura de Corvo Attano, cada situación puede resolverse de infinidad de maneras. Sin necesidad de demasiados tutoriales, el juego permite que el jugador experimente con objetos, herramientas, armas o habilidades que están conectadas entre sí y que ofrecen la oportunidad de jugar de manera creativa. De hecho, videojuegos clásicos como System Shock, Deus Ex o Thief ya ofrecían este tipo de enfoque abierto, pero esta característica encuentra en Prey un nuevo nivel de refinamiento.

Experimentar de formas creativas con los poderes es esencial para salir airoso de la aventura

Bethesda

Es importante que el juego no esté tan enfocado a la acción como a la supervivencia. Sentirse en clara desventaja frente a los escurridizos alienígenas Tifón es clave mientras recorremos unas asfixiantes instalaciones en las que se mezclan la tensión que se respiraba en la Nostromo de Alien con la decoración recargada de Bioshock. En este sentido, cada nueva arma o habilidad se sienten como una recompensa, no tan solo por el alivio que supone sentirse con más recursos, sino por cómo enriquecen los mecanismos del juego con más y más capas de profundidad.

Poder experimentar de formas creativas con el llamado cañón de Gloo, un arma que dispara una sustancia pegajosa tan capaz de paralizar a los alienígenas como de crear improvisadas plataformas, es solo una muestra de las posibilidades del juego. Algo a lo que hay que sumar tanto las habilidades humanas del protagonista (hackear, reparar, etc.), como el plato fuerte que suponen las habilidades extraterrestres (descargas cinéticas, manipulación de la gravedad, control mental o la capacidad de mimetizar con cualquier objeto del escenario, etc.).

‘Prey’ está totalmente enfocado en ofrecer una experiencia inmersiva para un solo jugador

Bethesda

A la salida del evento de presentación de Prey cada periodista relata su partida como si se tratara prácticamente de un juego distinto. Mientras unos han apostado por la acción directa, otros han optado por la vía sigilosa. Mientras unos han potenciado tales habilidades, otros se han dedicado a escudriñar cada rincón para conseguir más equipo. Se trata de la libertad de acción marca de la casa de las producciones de Arkane Studios, pero también de muchos de los juegos de Bethesda Softworks (The Elder Scrolls, Fallout).

Después de una primera aproximación, queda claro que más allá del aspecto de juego de acción en primera persona subyace un título que quiere ir más allá. En Prey se notan las ganas de explorar los límites de un género como es el de la ciencia-ficción. A partir del próximo 5 de mayo, que es cuando llegará a las tiendas para PC, PlayStation 4 y Xbox One, podremos saber si lo ha conseguido.

Una magistral ambientación y una gran libertad de acción son las claves de 'Prey'”