Adrián Molina Romera, de 22 años, sigue veinticuatro horas después de fugarse tras una visita al dentista en Terrassa, en paradero desconocido. Un amplio dispositivo de los Mossos d'Esquadra con la colaboración de distintas policías municipales le siguen la pista, sin éxito, por el momento.
El joven delincuente, que cumplía una condena de once meses de prisión y tenía pendiente varios juicios por robos con fuerza y una tentativa de homicidio, aprovechó el martes una visita al dentista en Terrassa para fugarse, en colaboración con un compinche.
El joven cumplía una condena de 11 meses y tenía pendiente varios juicios por robos con fuerza y una tentativa de homicidio
Este miércoles se conocieron algunos detalles más de la fuga. El día anterior, el preso acudió a la enfermería de Lledoners porque aseguraba haber sufrido un esguince en una muñeca, que los sanitarios del centro penitenciario le vendaron. El miércoles, Molina Romera tenía hora en el dentista, en una de las oficinas que la multinacional Vitaldent tiene en Terrassa. Realizó la visita sin incidentes, y fue al salir cuando se produjo el suceso.
A diferencia de lo que se contó y publicó también este diario, el preso sí iba esposado, pero con las esposas flojas precisamente por el vendaje en la mano por el esguince. Además, en la información previa recibida por los policías encargados del traslado, de la unidad del entorno penitenciario, el preso no era conflictivo y había salido con anterioridad a otras visitas sin incidentes.
Ya en al calle y camino del coche patrulla, se acercó hasta los policías un compinche del preso que vació un extintor sobre el rostro de los policías. Aprovechando la confusión, el preso logró huir en compañía de su cómplice en un BMW de color gris con matrículas falsas. De hecho las placas eran robadas.