Cronología del caso Diana Quer
Tras los pasos del Chicle
La joven madrileña estuvo desaparecida desde el 22 de agosto del 2016 hasta que se halló su cadáver un año y cuatro meses después
‘El Chicle’: el veredicto en el juicio Diana Quer, última hora en directo
El caso Diana Quer, que ha llegado este sábado a su resolución con el veredicto del jurado que ha declarado a José Enrique Abuín, alias el Chicle , culpable de asesinato y agresión sexual pero no de violación a la joven madrileña desaparecida en agosto de 2016.
El suceso arrancó con la desaparición de la joven madrileña la madrugada del 22 de agosto del 2016 en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) y dio un vuelco un año y cuatro meses después con el arresto y confesión de José Enrique Abuín, alias ‘el Chicle’. El cadáver de la víctima, de 18 años, fue hallado sumergido en el interior de un pozo en una nave industrial de la parroquia de Asados. A continuación repasamos la cronología del caso, uno de los más mediáticos de la historia del país.
22 de agosto del 2016
La desaparición
La madrugada del 22 de agosto del 2016 la joven volvía a casa después de participar en la fiesta local Carme dos Pincheiros. Aquel verano, Diana, con la mayoría de edad recién estrenada, pasaba unos días de vacaciones, como tenía por costumbre, en esta localidad costera junto a su madre –ya que sus padres están divorciados- y su hermana, Valeria. Según varios testigos, fue y vino de las fiestas del pueblo, que se celebraban en el parque Valle-Inclán, a la pizzería “Mi manda Picone”, situada en el número 10 del paseo de O Areos, que se encuentra a un kilómetro de distancia del chalet donde veraneaba, en Cabío (Xobre, A Pobra).
Para ir hacia su casa, los investigadores concluyeron que Diana tenía que caminar en línea recta por el paseo de O Areos hasta llegar hasta el chalet en el que veraneaba, en Cabío (Xobre, A Pobra), que transcurre junto a la playa, iluminado en el primer tramo y oscuro, en el segundo, en el que abundan las naves y edificios destartalados. Fue en algún punto de este recorrido donde su rastro se perdió. A las 8.30 horas de la mañana de ese mismo día su madre denunció su desaparición.
La joven alargó la velada hasta las 2.30 horas de la madrugada, cuando se despidió de sus dos amigas. Diez minutos después, se topó con una conocida en el paseo, a la altura de la pizzería. Fue la última vez que la vieron con vida. Desde allí debió emprender el camino de regreso al chalet, adonde debía llegar en 20 minutos aproximadamente. Durante el trayecto, la joven estuvo interaccionando con el móvil y envió un inquietante mensaje de Whatsapp a una amiga para advertirle que un hombre la estaba increpando. “Me estoy acojonando”, y luego especificó en un mensaje enviado a las 2.42 horas que un hombre le había dicho: “Morena, ven aquí”. Un comentario al que su amiga contestó con un “¿Y qué le has dicho?”. Pero Diana nunca llegó a responder y ni siquiera dio señal de haber leído el mensaje.
Se cree que en el momento de ser increpada, la joven pasó cerca del páramo donde aparcaban los feriantes, que también piropearon a otras chicas aquella noche. A partir de ese momento, el análisis de las antenas de telefonía móvil de Taragoña, Boiro y A Pobra do Caramiñal concluyen que el terminal -un iPhone6 S de color blanco- se movió rápidamente por una ruta coincidente con la autovía de O Barbanza desde A Pobra hasta Taragoña (Rianxo), donde fue detectado a las 2.58 horas de la madrugada.
27 de octubre del 2016
El hallazgo del teléfono de Diana Quer
Dos meses después de la desaparición de la joven, un mariscador encontró su móvil en las profundidades de la ría de Arousa , en el mismo lugar donde se perdió la señal del dispositivo. No obstante, el aparato resultó bastante dañado y tuvo que ser sometido a un largo proceso de restauración para acceder a la información que contenía. Un agente de la UCO que declaró durante el juicio detalló que antes del hallazgo del celular de la víctima la investigación ya disponía de los listados telefónicos de datos y llamadas del móvil, pero no del contenido del teléfono para lo que era necesario desbloquearlo.
La memoria del terminal se pudo trasladar a otro teléfono. En ese momento, los investigadores descubrieron que, de los nueve intentos de los que dispone este modelo, “se había intentado en seis ocasiones desbloquear el teléfono” y que el móvil se arrojó “encendido” al agua. Tras recurrir a una empresa externa en Colonia, en Alemania, se logró desbloquearlo y obtener los datos de posicionamiento GPS de la joven hasta las 2:58 horas de la madrugada de la desaparición, cuando el terminal se desconecta en el puente de Taragoña.
Enero del 2017
Un error en la reconstrucción de los hechos
A la hora de relacionar el posicionamiento del móvil de Diana Quer con otras personas con las que pudiera ir, el agente explicó que los investigadores se encontraron con un “grave problema” del que no se percataron hasta enero del 2017 y que hizo que, en un primer momento, no se centrasen en El Chicle como principal sospechoso. Un error de posicionamiento horario de las cámaras de la autovía de más de 14 minutos, por lo que en todos los estudios previos había un número de vehículos bastante grande que no se correspondían con el horario por el que pasó Diana aquella madrugada a bordo del coche de José Enrique Abuín.
Inicialmente, los investigadores descartaron a El Chicle porque no pasaba en la misma franja horaria. Su teléfono pudo ser posicionado vía repetidor en esa zona, pero no con datos GPS porque, al entregarlo a la Guardia Civil, el dispositivo había sido formateado “a conciencia” horas antes. Los estudios también concluyeron que El Chicle abordó a Diana Quer en la intersección entre el Paseo del Arenal y la calle Venecia, ya que los posicionamientos GPS del móvil de Diana marcan por esta zona la ubicación de la joven esa madrugada. A pesar de los errores en los posicionamientos, de algunos metros, “donde José Enrique Abuín dice que la abordó es imposible” que estuviese, comentó un investigador del caso durante el juicio, dado que “hay casi 200 metros de distancia”.
29 de diciembre del 2017
Detención de José Enrique Abuín
La Benemérita llegó a investigar a 200 sospechosos, entre ellos el único acusado: José Enrique Abuín, alias ‘El Chicle’, a quien al inicio del caso se sometió a un interrogatorio. A pesar de no ser arrestado en un primer momento, la Guardia Civil nunca dejó de seguir la pista a este vecino de Rianxo, de nacionalidad española, casado y con una hija que trabajaba en una mejillonera. De hecho, la Benemérita tenía previsto detenerle tres semanas después de la fecha en la que finalmente se produjo su arresto, que se precipitó a raíz de que Abuín intentara perpetrar otra agresión a una joven de Boiro en las Navidades del 2017. Por este intento de secuestro y violación, El Chicle fue condenado el pasado mes de abril a cinco años de prisión.
Una de las cuestiones que llevó a la Guardia Civil a sospechar de Abuín fue su patrón de conducta con otras denuncias previas de acoso sexual, entre ellas la violación que denunció su excuñada pero que, inicialmente, fue archivada. Meses antes de la detención, la Benemérita inició un “dispositivo de vigilancia” de El Chicle, pero él se percató de que las fuerzas de seguridad lo estaban siguiendo, por lo que se puso en contacto con agentes que conocía en relación a un alijo de cocaína que le habían encontrado años antes y les confesó que la madrugada de la desaparición de Diana había estado en las fiestas de A Pobra con un amigo, el mismo que declaró durante el juicio que lo acompañaba habitualmente a conocer mujeres.
Junto a José Enrique Abuín, la Guardia Civil también detuvo a su mujer, Rosario Rodríguez, cuyo testimonio había servido de cuartada hasta entonces al sospechoso. Tras su arresto, la mujer se desdijo de su primera declaración en la que aseguró que se encontraba con su marido la madrugada en la que desapareció Diana Quer y salió en libertad sin cargos de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, donde pasó detenida una noche. Cuando El Chicle tuvo la certeza de que su mujer quedaba en libertad, confesó el crimen -dijo que había atropellado a la joven accidentalmente y, luego, ocultó su cadáver- y acabó conduciendo a la Guardia Civil hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de Diana.
31 de diciembre del 2017
El hallazgo del cadáver
Abuín abandonó el cadáver de la víctima a menos de 200 metros de la casa donde él reside, en Rianxo. El cuerpo de la joven madrileña fue hallado la madrugada del 31 de diciembre del 2017 en un pozo de una antigua fábrica abandonada situada en la parroquia de Asados, sumergido a más de ocho metros de profundidad, lastrado por dos bloques y con una brida enredada en el pelo. La acusación considera que esta brida fue la empleada para estrangular a Diana, mientras que la defensa plantea que podría haberse encontrado previamente en el interior del pozo y haber entrado en contacto con la cabeza después.
Un informe forense concluyó que el cuerpo estuvo al menos 20 días flotando ya que en el pelo de la víctima se detectó “pupas de mosca”, especie no acuática que necesita oxígeno para sobrevivir. El testimonio contradice la versión dada por El Chicle porque demuestra que el cadáver tuvo que ser contrapesado en una segunda ocasión. Por su parte, los equipos forenses que han intervenido en el juicio se han mostrado en desacuerdo con la existencia de indicios físicos de que Diana sufrió una agresión sexual, aunque han coincidido en que la joven murió estrangulada con una brida y no, como el acusado sostiene, por haber ejercido una presión excesiva con las manos. En este sentido se tiene que tener en cuenta el mal estado de conservación en el que se encontró el cadáver, ya que pasó sumergido cerca de 500 días.
A pesar de ello, uno de los forenses aseguró en el juicio que Diana Quer presentaba en su área genital un “edema importante”, concretamente en los labios mayores, hinchazón compatible con un acto sexual con violencia. La declaración de estos especialistas era un punto clave para dilucidar si el crimen de Diana Quer tuvo un móvil sexual, fundamental para justificar la pena de prisión permanente revisable solicitada por la familia y Fiscalía para José Enrique Abuín.