La fiscalía de Córdoba rebaja levemente la petición de pena para La Manada
Pozoblanco
Pide también para la víctima una indemnización conjunta y solidaria que deberán pagar los acusados de 4.500 euros por su curación y 6.000 más por los daños morales causados
El juicio contra cuatro integrantes de La Manada por presuntos abusos sexuales a una mujer de 21 años en Pozoblanco (Córdoba) el 1 de mayo de 2016 ha culminado con las exposiciones finales de la Fiscalía, la acusación particular y la defensa de los acusados, todos ellos en prisión, condenados a quince años por el Tribunal Supremo, por la violación de una chica de 18 años en Pamplona, suceso acaecido dos meses después.
En su alegato final el Ministerio Fiscal redujo la petición de pena de siete a seis años para José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero, los cuatro acusados.
Indemnización conjunta
También pide para la víctima, como responsabilidad civil, una indemnización conjunta y solidaria que deberán pagar los acusados de 4.500 euros por su curación y 6.000 más por los daños morales causados.
Mientras la acusación particular ha elevado a definitivas sus conclusiones sin modificar, con penas de cerca de siete años de prisión, la acusación popular, ejercida por la Asociación Clara Campoamor, ha incrementado la pena para uno de los procesados, Antonio Jesús Cabezulo, hasta los cinco años de cárcel por la supuesta comisión de un delito de agresión sexual, en vez de los dos años y seis meses que pedía por abusos sexuales.
Petición de absolución
Cabezuelo, exmiembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME), fue el imputado que agredió a la chica en la cara y un brazo cuando ésta se negó a hacerle una felación, al tiempo que la arrojaba del coche entre insultos de “puta”.
La defensa ha pedido la absolución y como pena alternativa, en caso de no considerarse la anulación del vídeo, que José Ángel Prenda cumpla dos años de cárcel, por un delito de maltrato de obra en concurso con un delito contra la intimidad; una multa de 180 euros para Jesús Escudero por un delito de maltrato de obra, y para los otros dos, Antonio Manuel Guerrero, y Alfonso Cabezuelo, penas de seis meses de prisión por delitos contra la integridad moral.
Se ofrecieron para llevarla
En su último turno de palabra, José Ángel Prenda, quien iba de copiloto en el coche en el que ocurrieron los hechos, ha dicho que grabó el vídeo desde el teléfono móvil de A.M.G. y “haberlo pasado sin el conocimiento de ninguno” de los otros tres acusados. Los otros tres procesados no han intervenido en el último turno de palabra, todo ello después de que se acogieran a su derecho a no declarar ante el juez el primer día de juicio, el lunes, tras mantener que son “inocentes” de los hechos.
Según el relato definitivo del Ministerio Público, recogido por Europa Press, los procesados se encontraban en una caseta cuando coincidieron con la joven, que igualmente se había desplazado en compañía de otros amigos. En el transcurso de la noche, acusados y perjudicada, que “consumió diversas bebidas alcohólicas”, entablaron conversación. Una vez que se produce el cierre de la caseta, sobre las 07.15, se encontraron todos en la puerta y cuando la joven se disponía a volver a su domicilio, en Pozoblanco, el militar se ofreció a llevarla en el vehículo en que habían llegado los implicados.
Tocamientos
Antonio Manuel Guerrero se situó en el asiento del conductor, José Ángel Prenda en el de copiloto y los otros dos, en los asientos traseros, con la chica entre ellos. El Ministerio Público relata que, “debido probablemente a la cantidad de alcohol ingerida, y sin que haya podido determinarse si, además de ello, tomó de forma deliberada o sin saberlo alguna otra sustancia estupefaciente”, la chica “cayó en un estado de profunda inconsciencia, hasta el punto de no recordar lo sucedido en el trayecto del vehículo”. Así, en el interior del turismo, aprovechando que ella “se hallaba privada de sentido”, todos los acusados, “con ánimo libidinoso”, comenzaron supuestamente “a realizarle diversos tocamientos de carácter sexual”.
El fiscal asegura que todos “le tocan el pecho tanto por fuera como por dentro de la ropa, incluido el conductor”; el militar, incluso, “llega a darle varios besos en la boca”. Al mismo tiempo que realizaban tales accesiones “de índole evidentemente sexual”, Prenda, “con el concierto de todos ellos”, procedió supuestamente a grabar todo lo sucedido con el teléfono móvil propiedad del guardia civil. Se generaron dos archivos de vídeo sin que la joven, que “se encontraba privada de sentido”, tuviera conocimiento o diera su consentimiento, señala el relato.