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Las preguntas sin respuesta cinco años después de la tragedia del Alvia en Angrois

Accidente ferroviario

Las víctimas denuncian que el conductor no fue el único responsable de un suceso que dejó 80 muertos y cuya investigación sigue abierta

Servicios de emergencia trabajan en el lugar del accidente de tren en Santiago

EFE / Lavandeira Jr.

24 de julio de 2013. Un tren Alvia sale de la estación madrileña de Chamartin a las 15 horas con destino Ferrol. Debía finalizar su recorrido a las 22.36 horas. Sin embargo, a las 20.41, el Talgo descarrila en la curva de A Grandeira a la entrada de Angrois, a unos tres kilómetros de la estación de Santiago de Compostela.

El resultado fue de 80 muertos y 144 heridos, la mayor tragedia ferroviaria de España en toda la democracia. Tras cinco años la investigación continúa abierta y las víctimas reclaman respuestas y responsabilidades que aún no han llegado.

No ha sido hasta este 2018 cuando las víctimas han visto materializado su deseo de que se celebre una comisión de investigación sobre el accidente en el Congreso de los Diputados. Ha sido este el escenario aprovechado por los familiares y afectados para denunciar las “mentiras”, “prisas y presiones” en la puesta en marcha de la línea Ourense- Santiago.

La vía no contaba con un sistema de aviso para iniciar el frenado

El Alvia entró a la curva a una velocidad de unos 180 kilómetros por hora, cuando el límite para ese tramo es de 80 km/h. A pesar de tratarse de un fallo humano, tanto las víctimas como el conductor han denunciado que hubo más factores que intervinieron en el trágico desenlace. La vía no contaba con un sistema de aviso para iniciar el frenado.

“¿Cómo va a depender esto de que se acuerde un señor de que debe frenar cuatro kilómetros antes?”, explicaba Jesús Domínguez de la Rosa, presidente de la asociación Víctimas Alvia 04155, en la Comisión de Investigación.

A pesar de no existir ninguna señal que alertara al conductor para reducir la velocidad, la vía estaba equipada con el sistema de europeo ERTMS, encargado de frenar automáticamente en caso de que el tren supere el límite de velocidad. Sin embargo, según explicó un técnico de Alvia ante el Juzgado, esto fue desactivado meses antes del accidente por una “anomalía” que provocaba retrasos en el servicio.

El maquinista: “Le tenía dicho al de seguridad que eso era muy peligroso”

El maquinista, Francisco José Garzón, pidió perdón a las víctimas por su responsabilidad en lo que considera “un accidente anunciado”, según explicó en la Comisión de Investigación. En un estado visiblemente nervioso, pidió que se pudiera escuchar el audio de su conversación con la central de Atocha tras el descarrilamiento, cosa que fue denegada por la mayoría parlamentaria.

En la grabación se escucha a Garzón afirmar que fue un “despiste” pero que “le tenía dicho al de seguridad que eso era muy peligroso [la falta de señalización]” ya que “somos humanos y se nos puede pasar”.

Por su parte, el jefe de tráfico de Renfe, Nicolás Izquierdo, aseguraba en el Congreso no haber leído ninguna advertencia sobre la peligrosidad de la curva de “A Grandeira” ya que el informe en el que se explicaba “era muy extenso” y “venía con mucha literatura”. No obstante, desmintió que hubiera presiones para acelerar la puesta en marcha de la línea, al tiempo que garantizaba que “nunca” detectó “problemas” en esa infraestructura.

Las víctimas denuncian haberse sentido solas todo este tiempo, a la vez que los responsables políticos de aquel momento no han dado explicaciones todavía sobre su papel. “Nadie ha colaborado, ni nadie ha dimitido. Esa es la responsabilidad política. En vez de asumirla luego les hemos tenido de presidenta del Congreso, de ministro de Justicia o de eurodiputado”, señalaba Domínguez en referencia a la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, al entonces secretario de Estado Rafael Catalá, y al extitular de Fomento José Blanco.

Estoy esperando una llamada. Un 'lo siento', ¿tanto cuesta eso?”

María Concepción DíazVíctima del Alvia

El caso también sigue abierto en la vía judicial. La fase de investigación ha sido reabierta por la Audiencia Provincial de A Coruña después de que el Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela la diera por cerrada con la única imputación del maquinista. Sin embargo, esta vez han sido citados como investigado a varios altos cargos de Adif y Renfe por su posible responsabilidad en la seguridad de la vía.

“Estoy esperando una llamada. Un ‘lo siento’, ¿tanto cuesta eso? Jamás he recibido una llamada de Renfe”. Así se explicaba María Concepción Díaz, de la asociación de Perjudicados por el Accidente de Angrois, después de que aquel 24 julio perdiera a su hijo de 27 años y a la novia de este. “Estoy declarando cuando tendría que ser al contrario, mi hijo ha muerto y deberían estar declarando los responsables de la catástrofe y no yo”, lamentaba.