En junio se despedía la sexta temporada de Black mirror. En ese momento, Netflix debía mantener un perfil bajo. Hollywood estaba en plena huelga de guionistas y los actores estaban a punto de iniciar sus propios piquetes. Pero, ahora que todo ha vuelto a la normalidad, la plataforma se ha posicionado sobre el futuro de la serie: tendrá séptima temporada.
La renovación llega después de una última tanda de episodios que obtuvo el beneplácito de la crítica. Una de las historias más destacadas, de hecho, era la primera entrega de la temporada: Joan is awful, que criticaba cómo los estudios como Netflix podían aprovecharse de la inteligencia artificial para vulnerar los derechos de los actores. El creador Charlie Brooker firmaba el guion y contó con Annie Murphy, Salma Hayek o la catalana Bea Segura en el reparto.
Otro capítulo destacado fue Loch Henry, donde a partir del personaje interpretado por Myha’la Herrold se contribuía a dar una vuelta de tuerca al género del true crime con una investigación amateur en un pueblo escocés con un caso legendario de la crónica negra. Y, rematando el trío de los más comentados, Demon 79 incluyó a los demonios en una reflexión política sobre el ultranacionalismo contemporáneo.
La serie que había dado episodios tan míticos como USS Callister o San Junipero, que se llevaron el Emmy a la mejor película para televisión, recobró fuerzas e inspiración saliéndose de los caminos más esperados.
Joan is awful era una comedia meta-televisiva y afilada que demostraba la capacidad (recuperada) de Brooker de especular sobre el futuro inmediato; Loch Henry ni necesitaba adentrarse en la ciencia ficción para contar una historia que intrigase al espectador; y en Demon 79 se aceptó un enfoque sobrenatural al universo de Brooker, hasta entonces únicamente asociado a la ciencia ficción y la distopía.
Lo que se desconoce es cuándo podrían llegar los episodios de la séptima temporada. Entre la quinta, la más ninguneada hasta la fecha, y la sexta, pasaron cuatro años.