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‘Little fires everywhere’: Una tensión que arde y arrasa con todo

La recomendación

Reese Witherspoon lo ha vuelto a hacer

Que decía la canción de Aitana: "Arde"

Erin Simkin / Hulu

Si Reese Witherspoon aparece en una serie, puedes dar por sentado que será una obra entre notable y sobresaliente. Ella misma se busca los papeles y se los produce y, además, saca lo mejor de si misma. Lo vimos en Big little lies al lado de Nicole Kidman y Laura Dern, lo comprobamos otra vez con Jennifer Aniston en The Morning Show y ahora es el turno de Little fires everywhere, donde comparte protagonismo y producción con Kerry Washington (Scandal).

Elena Richardson (Witherspoon) es la madre, esposa y ama de casa perfecta. Domina casi cualquier aspecto de su vida a la perfección, incluyendo el de periodista local a media jornada, salvo por la falta de química con su hija menor. El problema es que esta fachada de mujer perfecta no entusiasma a Mia Warren (Kerry Washington), una madre soltera negra que se instala en el vecindario con su hija Pearl y se encuentra, de repente, más que metida en el mundo de los Richardson.

Elena cree tener la vida perfecta pero su fachada se tambalea con la llegada de Mia al vecindario”

El punto de partida de Little fires everywhere, que se ha estrenado en Amazon Prime Video, puede interpretarse sobre el papel como una serie sobre la rivalidad entre dos mujeres, una de esas que permite momentos cómicos y frotarse las manos cada vez que se encuentran las dos actrices una delante de la otra. Pero esta aproximación, que sí que pudimos ver en The Morning Show, aquí no está presente. Lo que tenemos es una de las series dramáticas más tensas que se hayan paseado por la televisión.

Tanto el guión de Liz Tigelaar (Revenge), que adapta la novela de Celeste Ng, como la dirección de Lynn Shelton, la directora independiente que falleció este mismo mes de mayo por un trastorno sanguíneo, entienden la historia como un cúmulo de tensiones que deben transmitirse al espectador. Y así se vive Little fires everywhere. Con la ayuda de una escena futura que muestra la casa de los Richardson en llamas, cada escena tiene una losa encima: la del desastre inminente.

Kerry Washington es productora y protagonista junto con Reese Witherspoon.

Erin Simkin / Hulu

No solamente son los microracismos y el elitismo de Elena, acostumbrada como está a salirse siempre con la suya y venderse con una progresista desde su privilegiada posición. También es una Mia extremadamente maleducada, que tampoco tiene la necesidad de inmiscuirse en la vida de los Richardson pero se siente irremediablemente atraída hacia ellos (y con un instinto destructivo desde el comienzo).

También es la incapacidad de Elena de comunicarse con Izzie (Megan Stott), su hija menor. Es Pearl (Lexi Underwood) avergonzándose de Mia, su madre, por tenerla trabajando en casa de los Richardson y no poder permitirse más caprichos como ellos. Pero es que incluso son las tensiones entre los hermanos Richardson y también en su relación con Pearl: hay conductas humillantes, envidias, manipulaciones.

A veces para destruir vidas no necesitas un atentado sino pequeñas acciones, malentendido hasta que finalmente ya no hay marcha atrás”

Esto es lo más estimulante de Little fires everywhere: esa nube que acecha los personajes en todo momento, que indica que esa aparente perfección puede estallar en cualquier instante, sin saber cuál de los conflictos abiertos, sutiles, cercanos hará que todo vuelve por los aires. Porque esa nube que se intuye es el humo de todas sus vidas ardiendo. A veces para destruir vidas no necesitas un atentado sino pequeñas acciones, malentendidos hasta que finalmente ya no hay marcha atrás.