Crítica de 'Dexter: Original Sin', la precuela del psicópata más popular de la televisión

Esperada

La serie llega a SkyShowtime el 30 de enero con Michael C. Hall como narrador y Patrick Gibson en la piel del asesino

Patrick Gibson (The OA) es el joven Dexter con Christian Slater (Mr Robot) como su padre Harry.

Patrick Gibson (The OA) es el joven Dexter con Christian Slater (Mr Robot) como su padre Harry.

Patrick Wymore

El canal de cable Showtime, ahora en horas bajas en Estados Unidos por la decisión de Paramount de dar prioridad a su plataforma de streaming, tuvo su momento a principios de este siglo. Si HBO había abierto camino como productora de ficción de calidad que desafiaba los estándares de la televisión en abierto, las series de Showtime estaban concebidas para provocar. Dexter Morgan, el protagonista de Dexter, era un ejemplo clarísimo: la perversión definitiva de la figura del antihéroe que, con Tony Soprano en cabeza, había iniciado una tendencia televisiva.

El personaje era un psicópata en serie que, camuflado en la comisaría de Miami como analista forense y especialista en salpicaduras de sangre, seguía un código moral establecido por su padre. Harry Morgan sabía que su hijo tenía tendencias homicidas y que era cuestión de tiempo que necesitase saciar sus instintos degollando otros seres humanos, así que le entrenó para que matara únicamente a asesinos, violadores y otros criminales sin posibilidad de redención. ¿Pero cómo fueron los inicios de Dexter? Dexter: Original Sin, la precuela que estrena SkyShowtime el jueves 30 de enero, intenta responder a la cuestión.

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La excusa es que el Dexter de Michael C. Hall, al que vimos por última vez en Dexter: New Blood, está desangrándose en una ambulancia tras los hechos acontecidos al final de la secuela. Está entre la vida y la muerte cuando recuerda sus orígenes como asesino. La acción pasa al Miami de 1991 con Hall de narrador. El hogar de los Morgan está destrozado por la muerte de la madre. Debra, en modo rebelde, se siente abandonada por culpa de la complicidad entre su hermano y su padre: ni se imagina que, en realidad, esta relación estrecha se debe a la preocupación de Harry por la psicopatía de Dexter.

La táctica de obligar a su hijo a estudiar medicina para poder diseccionar cadáveres no da los resultados esperados. Antes de terminar el primer capítulo, el joven Dexter ya se ha graduado como asesino a sangre fría y empieza como becario en el departamento de policía donde su padre es detective.

Patrick Dempsey es el capitán Aaron Spencer, el jefe de Harry Morgan.

Patrick Dempsey es el capitán Aaron Spencer, el jefe de Harry Morgan.

Patrick Wymore

El espectador, por supuesto, puede esperar un arsenal de personajes conocidos interpretados por nuevos actores. Aparte de Patrick Gibson, Christian Slater y Molly Brown como la familia Morgan, están Christina Milian como María LaGuerta, James Martinez como Angel Batista o Alex Shimizu como Vince Masuka. Y, como fichajes destacados, dos estrellas televisivas como Patrick Dempsey (Anatomía de Grey) y Sarah Michelle Gellar (Buffy, la cazavampiros) como los jefes de los protagonistas.

Ver los mismos personajes pero con cambio de rostros y de estilismos, esta vez noventeros, conlleva una extraña sensación: como si se viera un sketch de un programa de comedia que parodia Dexter y no tanto una precuela como tal. Es injusto para los actores implicados como Gibson, que está cómodo como Dexter (y gracias a Dios que la peluca le dura poco). Este, que conste, no es el problema de la producción al cabo de unos minutos.

Sarah Michelle Gellar es Tanya Martin, la supervisora de Dexter cuando entra a trabajar como becario forense.

Sarah Michelle Gellar es Tanya Martin, la supervisora de Dexter cuando entra a trabajar como becario forense.

Patrick Wymore

Lo incomprensible es cómo Clyde Phillips desecha el potencial del proyecto en apenas unos minutos. En la serie original, mediante flashbacks, ya se contaron los momentos clave de la educación psicópata de Dexter. Incluso se mostró cómo y por qué elegía a la primera víctima. Y aquí, en vez de profundizar en cómo Dexter da el paso de cazador de animales a cazador de personas, o hacer un coming-of-age descabellado, o mostrar cómo establece su modus operandi como psicópata, se da todo hecho.

Dexter: Original Sin se remonta a la juventud del Carnicero de la Bahía Harbor para, en realidad, acomodarse en la fórmula original, sin aportar nuevos matices. Hay una escena en los primeros capítulos en la que Harry plantea a Dexter si, con un poco de suerte, investigar crímenes puede ser su metadona, aquello que evite males mayores como que se convierta en un psicópata en serie. El protagonista duda de la efectividad de esta hipótesis. Y, en el plano televisivo, también cuesta pensar que esta copia noventera satisfaga la nostalgia del público incondicional.

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