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Por qué ‘Star Wars’ ha maltratado a Kelly Marie Tran (y cómo quitarse el mal sabor de boca)

El lado oscuro

El personaje de Rose Tico ha sido ninguneado después del bullying que Tran sufrió con ‘Los últimos Jedi’

Kelly Marie Tran, maltratada por 'Star Wars'.

Disney

Cuando fichas por una franquicia tan popular como Star Wars y encima colocan tu cara en el cartel de la película, puedes celebrar a los cuatro vientos que Hollywood te ha abierto las puertas de par en par. Como mínimo vivirás un fenómeno en primera persona. La verdad es que hay personas a quienes estas oportunidades les ofrecen una realidad opuesta. Kelly Marie Tran podía pensar que era su momento de triunfar y, en vez de esto, Star Wars debe haber sido de las peores experiencias de su vida. ¿Cómo podemos quitarnos el mal sabor de boca? Pues con una serie de televisión.

Una víctima del bullying

El director Rian Johnson, responsable de Star Wars: Los últimos Jedi (2017), había apostado por ella. Consideraba que Tran era la persona idónea para interpretar a Rose, una mecánica divertida que desarrollaba sentimientos por Finn (John Boyega) y que encabezaba parte de la aventura de ese título. Por motivos difíciles de comprender para el público general de la saga espacial, hubo un sector de los fans que la tomó con Kelly Marie Tran, hasta el punto de tener que abandonar las redes sociales porque no podía soportar más los insultos.

Los fans más tóxicos de 'Star Wars' le hicieron la vida imposible en redes sociales”

En teoría, este bullying cibernético era porque consideraban que Tran y Rose sobraban en el universo de George Lucas. A la práctica, el acoso que recibía tenía tintes machistas y racistas: ni entusiasmaba que tuviera un físico no-normativo ni entusiasmaba que una mujer de rasgos asiáticos se hubiera incorporado al primer plano de Star Wars. “¿No había suficiente con colocar una mujer en el rol principal y a un hombre negro en la piel de Finn? ¿Encima tenían que meter a una mujer asiática?”, rezumaban los trolls.

Una autoestima dañada

“El problema no eran sus palabras sino que empecé a creérmelas”, explicó la propia actriz en un artículo para The New York Times. Era una misiva desgarradora: “Sus palabras confirmaron lo que ya me había enseñado crecer como mujer y como persona de color: pertenecía a los márgenes, sólo era válida como personaje menor en sus vidas e historias”. Después de plantearse si todo sería mejor si fuera más delgada, si tuviera el pelo más largo o si dejara de ser asiática, se dio cuenta que estaba equivocada: “Me habían lavado el cerebro para pensar que mi existencia estaba limitada por los límites de aprobación de otra persona”.

La actriz consideraba que le habían lavado el cerebro hasta pensar que su existencia “estaba limitada por los límites de la aprobación de otra persona”

Ante este panorama, cabía esperar Star Wars: El ascenso de Skywalker como una redención para Kelly Marie Tran. O, mejor dicho, era una buena oportunidad para dar su merecido al fandom racista que se había pasado meses insultándola, que criticaban cualquier decisión que desafiase un Star Wars blanco y heterosexual y eminentemente masculino. Y, contra todo pronóstico, J.J. Abrams hizo todo lo contrario.

La traición de J.J. Abrams

Aquellos que hayan ido al cine a ver el final de la trilogía producida por Disney, se habrán dado cuenta que Rose es todo lo que Kelly Marie Tran temía: un personaje secundario relegado a los márgenes del relato, sin molestar en exceso, sirviendo solamente para aportar un par de datos en toda la película. La humillación, además, era evidente: tenía pocas líneas y encima estaba presente en muchas escenas como si fuera una extra glorificada.

En 'El ascenso de Skywalker' es una extra con frase.

Disney

Daba la impresión que Abrams, no contento con la reacción de ciertos fans ante el título anterior de Rian Johnson, había claudicado ante los más tóxicos. De hecho, el director de Star Trek y de Perdidos también había tirado por los suelos otros cimientos erigidos por Johnson en la anterior película. Como si Los últimos Jedi nunca hubiera existido, la mitología daba un salto de El despertar de la fuerza a El ascenso de Skywalker.

El propio Johnson se dio cuenta de la injusticia sufrida por Kelly Marie Tran: en vez de verse compensada por la tortura, había sido castigada demostrando que el lado oscuro de la fuerza había ganado la batalla. Así que el director subió una imagen en redes sociales de Tran en la alfombra roja con una corona. Era su forma de apoyarla en público y reivindicar su talento después de haber sido invisibilizada por Disney como si fuera el equivalente contemporáneo de Jar Jar Binks.

Cuidados desde otra serie

Y, una vez uno reflexiona en el calvario sufrido por Tran, de tan solo treinta años, quizás sea necesario ver la serie Sorry for your loss. De hecho, es imprescindible. Creada por Kit Steinkellner, se centra en una joven (Elizabeth Olsen) que enviuda demasiado pronto y relata la forma en la que esto le afecta a ella y también a su hermana (Kelly Marie Tran) y su madre (Janet McTeer).

El personaje de Tran es Jules, una chica que había sido adoptada en Vietnam por una mujer blanca y que siempre ha tenido la impresión de ser la oveja descarriada de la familia. Es optimista y divertida pero ya ha pasado por rehabilitación y vive con el temor de no ser suficiente y de caer otra vez en las adicciones que le impedían llevar una vida normal.

En 'Sorry for your loss' da la impresión que el equipo ha querido apoyarla y reivindicar su físico, su talento y su carisma”

En la segunda temporada de Sorry for your loss, que se puede encontrar en Facebook, hay un episodio donde Jules está al borde del colapso. Su madre está fuera de la ciudad, ella debe llevar el negocio de fitness, su hermana está en su propia odisea emocional y encima tiene una lesión en la pierna. Cuando se da cuenta que necesita asistir a alcohólicos anónimos de forma urgente, tiene una conversación íntima con una profesora que hasta el momento la detestaba.

El ascenso de Kelly Marie Tran

El personaje (que aparece casi de la nada) le revela que siempre ha tenido un flechazo por ella. “¿Por qué te piensas que tienes tantas personas apuntadas en tu clase? Es porque ven lo mismo que yo”, le dice con un tono inequívocamente seductor. Le explica que tiene un físico muy atractivo y que desborda carisma, razón por la cual es tan buena profesora. Y Jules, sorprendida, se deja llevar por esas palabras de quien pensaba que nunca en la vida sería su aliada.

Kelly Marie Tran en Sorry for your loss.

Facebook

Este episodio salido de la nada (Norway), puesto en perspectiva con la vida de Tran, parece un regalo. Es un bonito homenaje de los productores de Sorry for your loss hacia una actriz que había sido devorada y escupida por la factoría de Disney. No deja de ser una mujer que, cuando recibió el odio racista de los fans más tóxicos, le disminuyeron el papel hasta borrarla casi del mapa de las galaxias.

Por suerte, no toda la industria audiovisual es como J.J. Abrams, que prefirió ser cómplice del fandom más machista, racista y homófobo de Star Wars. Hay quienes creen en cuidar a las personas, sobre todo cuando son víctimas de los comportamientos más deleznables de las redes sociales y por razones que nada tienen que ver con el talento. En este sentido, Sorry for your loss es un bálsamo para quienes se solidarizan con Tran (y esperemos que también para la propia Tran). Es, además, una serie espléndida.

Hay quienes creen en cuidar a las personas cuando son víctimas de los comportamientos más deleznables y Abrams, en cambio, prefirió borrarla de 'Star Wars'”