Si hay algún lugar donde el ocio y competición comparten pista, ésta es La Molina. La estación decana se hizo popular por la llegada de sus primeros esquiadores en 1908, una época donde los amantes de la nieve llegaban con una diligencia. La tartana cubría el trayecto entre la localidad pirenaica de Ripoll y Puigcerdà. El trayecto se mantenía limpio a golpe de pala entre Alp y La Molina.
La llegada del primer tren a La Molina, en 1923, le daría gran popularidad. Un año más tarde, se organizó el primer cursillo de esquí. Y las pistas de Fontcanaleta fueron igualmente protagonistas de los primeros Campeonatos de Cataluña y estatales de esquí de fondo y alpino, respectivamente.
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Tren de La Molina
La entrada en funcionamiento del Chalet, el primer alojamiento del centro invernal a cargo del Centro Excursionista de Cataluña (CEC) en 1925, añadió otro salto cualitativo. Sin obviar, el centro médico que atendía desde 1940 a los accidentados del deporte blanco.
La Molina instaló en solitario el primer telesquí de Fontcanaleta. La innovación del invierno del 1943 causó furor. Y es que los esquiadores ya no tenían que remontar a pie la montaña, antes de descender.
Tres años más tarde, el centro invernal de FGC implantó el segundo remonte, conocido como el telesilla del Turó de la Perdiu. Pese a ello, la expansión del centro invernal llegaría en 1954 gracias a la implantación de la telecabina de dos plazas a los 2.280 metros del Puig de Alp.
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Un esquiador en la estación decana
Al cabo de un año, se prolongaba esta línea hasta arriba de Tosa con un telesquí. En la cima de la Tosa se construyó el refugio del Niu de l’Àliga, actualmente servido por la Telecabina Cadí-Moixeró. El refugio propone todos los servicios de restaurante y bar con una amplia terraza.
En la actualidad, la estación decana aglutina 71 Km, repartidos en 68 pistas para todos los niveles. A destacar el Fun Park -en la pista verde del Club (Zona Trampolín), un espacio abierto infantil decorado con módulos diversos con las mascotas de la estación, Moli y Lina.
Con grandes pruebas internacionales, como la Copa del Mundo de esquí alpino en 2008 o la de Snowboardcross en 2013, es el refugio competitivo de los futuros campeones, como el Trofeo Infantil que se lleva a cabo este fin de semana, con pruebas de slalom gigante y slalom en categorías U14 y U16.
La Molina, firme apuesta por el deporte adaptado
La discapacidad tiene un puesto preferencial en La Molina. La estación de La Cerdanya es gran impulsora del deporte y turismo adaptado. Desde el año 2002, que tuvo lugar en la estación la primera competición para personas con discapacidad, La Molina ha apostado por el esquí adaptado como herramienta de integración social. De ahí que es una de las tres estaciones de esquí de Catalunya reconocida por la Agència Catalana de Turisme.
Junto al parking y edificios adaptados o el alquiler de material específico para diferentes tipos de discapacidad, las entradas más anchas a los telesillas, junto a la pista de debutantes El Bosquet -que incluye un remonte exclusivo-, o las clases de esquí y snowboard facilitan la actividad a cualquier discapacitado. Con la colaboración de la Fundación Johan Cruyff y la asociación Play and Train, las actividades especiales se abren igualmente al tubbing, parque de aventura, viaje en telecabina, y las específicas como mono-ski, dual-ski, skikart, tándem o esquí para personas con discapacidad visual.