La verdadera razón por la que muchos chinos optan por abrir bares o bazares en España

Punto de partida excelente

El idioma, lejos de ser un problema insalvable, se ajusta a las necesidades de estos negocios.

Un bazar afectado por las inundaciones en las calles de Terrassa, a 13 de junio de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). Los chubascos intensos han provocado graves incidentes en la tarde de hoy en distintos puntos de Catalunya, como la tormenta que ha caído en Terrassa, que ha acumulado más de 110 litros en apenas dos horas en el observatorio de la plaza Lluís Companys. El Meteocat ha emitido un aviso de situación meteorológica de riesgo seis sobre seis por las lluvias, y prevé que también pueden afectar a las comarcas del Vallès Oriental, el Moianès y el Baix Llobregat (Barcelona) con una intensidad superior a 40 litros por metro cuadrado en 30 minutos.

Detrás de cada bazar hay una historia de adaptación y supervivencia

Lorena Sopêna - Europa Press / Europa Press

El modelo de negocio de los bazares chinos es tan reconocible como las tapas en un bar. Desde que se instalaron en España durante los años 90, estos establecimientos se han multiplicado en cada rincón del país, convirtiéndose en una opción recurrente para adquirir desde artículos de papelería hasta herramientas de última hora. Pero ¿qué lleva a tantas personas de origen chino a optar por este tipo de negocios o por la hostelería? La respuesta no está tanto en la tradición como en las circunstancias.

El usuario de TikTok Jiajunyin, conocido por abordar temas sobre la comunidad china en España, tiene una explicación clara al respecto. Según él, muchos chinos que llegan a España se ven empujados a emprender porque no cuentan con alternativas laborales que les permitan subsistir dignamente. Tal y como afirma en su vídeo, si se ponen a “trabajar por cuenta ajena, sin el idioma, solo conseguirían trabajos muy mal pagados. Y para eso es mejor quedarse en China”.

Modelos de negocios

Un fenómeno cotidiano en las ciudades españolas

La barrera lingüística se convierte en un obstáculo difícil de superar, especialmente para aquellos que recién llegan al país. En este contexto, abrir un bazar o un bar se presenta como una salida viable. No solo porque los costos iniciales pueden ser asumibles, sino porque estas actividades no requieren un dominio avanzado del idioma. 

Como señala el propio Jiajunyin, en la hostelería basta con aprender “el nombre de cuatro cosas básicas” para salir del paso con los clientes, mientras que en los bazares, ni siquiera eso: “Basta con señalar y decir al fondo a la derecha”.

El apoyo entre compatriotas también juega un papel esencial. Según el joven, es común que quienes llevan más tiempo en el país presten dinero a los recién llegados para que puedan empezar su propio negocio. Esta red de ayuda mutua facilita que nuevos bazares abran sus puertas constantemente, manteniendo vivo el modelo que tantos han replicado con éxito.

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Por último, hay una ventaja comercial indiscutible: los productos que se venden en estos establecimientos suelen llegar desde China a precios muy bajos, lo que permite obtener márgenes de beneficio importantes incluso en artículos de poco valor. Así, mientras el idioma y las opciones laborales limitadas empujan a muchos a este camino, las condiciones del mercado les permiten prosperar.

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