“A los 50 años se acabó mi vida como la conocía”: El conmovedor testimonio de Menchu, una paciente con síndrome cerebeloso

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El culpable de su situación es una afección que afecta al equilibrio y la coordinación

El camino no ha sido fácil, pero Menchu lo enfrenta con una fuerza inquebrantable

El camino no ha sido fácil, pero Menchu lo enfrenta con una fuerza inquebrantable

La vida no avisa cuando decide cambiar las reglas del juego. Menchu, una mujer de 53 años, lo sabe de sobra. Hace tres años, su mundo tal como lo conocía se vino abajo, pero no por un accidente, un ictus o alguna de esas razones que uno podría esperar. “De la noche a la mañana pasé de ser independiente a depender de los demás para todo. Los médicos lo llamaron síndrome cerebeloso. Yo lo llamo el golpe más duro de mi vida”, cuenta.

El síndrome cerebeloso

Cuando el cuerpo deja de responder

Este trastorno, que afecta la coordinación, el habla y el equilibrio, no llegó con un manual de instrucciones. Al principio, los síntomas parecían un mal menor: un ligero mareo, algo de torpeza. “Me dijeron que tenía una inflamación en el cerebelo, pero no sabían por qué. Y mientras ellos buscaban respuestas, yo perdía el control de mi cuerpo”, explica. En poco tiempo, Menchu dejó de poder escribir, leer, e incluso de reconocerse frente al espejo.

Sin embargo, lo que podría haber sido el final, se convirtió en el principio de una nueva vida. “He pasado de sentirme una carga a entender que mi experiencia puede ayudar a otros. Si mi historia sirve para animar a una sola persona, habrá valido la pena”, dice.

El camino no ha sido fácil, pero Menchu lo enfrenta con una gran fuerza. “Ya no espero a que los médicos me curen porque sé que no va a pasar. Ahora me toca a mí luchar cada día por mejorar y recuperar un poco de independencia”. Este espíritu de resiliencia la ha convertido en una inspiración para quienes la conocen y para los que han descubierto su historia a través de redes sociales.

Las palabras de apoyo no han dejado de llegar. “Sabía que había gente buena, pero no imaginé que tanta. Los mensajes me han dado más fuerza aún. Por eso, os invito a compartir mi historia. Si puedo ayudar a alguien más, todo esto tendrá sentido”. Menchu sigue adelante, demostrando que incluso en medio de las pruebas más duras, siempre hay motivos para seguir luchando.

Vivir sin quejas ni excusas

Un mensaje para quienes están sanos

Su mensaje no es solo para quienes atraviesan enfermedades complicadas, sino también para quienes dan por sentado todo lo que tienen. “A los sanos, os digo: dejad las tonterías y disfrutad de la vida. A los que están como yo, ahora es nuestro momento. Luchad y no os rindáis”.

Su lección, en pocas palabras, es clara: aprovecha lo que tienes, disfruta el presente y nunca dejes que una dificultad te defina. Y si puedes ayudar a alguien más en el proceso, no lo dudes. “No quiero nadie en la cama, ¿vale? Todo el mundo a ponerse en las pilas, a disfrutar de lo que tenemos”, le pide a todos. 

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