Una azafata señala el hábito más molesto en los vuelos: ¿eres culpable?

Muy incómodo

Al haber poco espacio, sobre todo en clase turista, es poco respetuoso querer ocupar más terreno del debido

Las confesiones de una azafata de vuelo sobre lo que no vemos en los aviones

Una azafata está harta de un hábito masculino

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El espacio reducido es un problema en muchos contextos, pero en un avión, donde las rodillas apenas dejan distancia con el asiento de enfrente, cualquier movimiento puede generar tensión. Algunos hábitos, sin embargo, no solo resultan molestos, sino que deberían desaparecer por completo.

Cher Killough, una azafata con cinco años de experiencia, tiene claro cuál es el comportamiento más irritante que se encuentra en el aire: el manspreading. En un vídeo que publicó en TikTok, esta trabajadora de una aerolínea con sede en Dallas confesó que esta práctica es su principal pesadilla a bordo.

Poco sitio

Cansada de que los hombres abran las piernas

Para quienes no estén familiarizados, el término describe una tendencia, especialmente de hombres, pero que también lo hacen algunas mujeres, a sentarse con las piernas tan abiertas que invaden el espacio de los demás, algo que ella considera “simplemente inaceptable”.

Cher comenta que ha tenido “muchas veces” la experiencia de ver a hombres abriendo tanto las rodillas que terminan ocupando parte de su asiento o del de otra persona. Su frustración está justificada: en la estrechez de la clase turista, invadir el mínimo espacio ajeno puede convertir un vuelo entero en un suplicio. Y es que, según ella, esto es aún más intolerable cuando ocurre en el asiento del medio, donde ya de por sí las comodidades brillan por su ausencia.

El manspreading es habitual en muchos lugares, no solamente en el avión

El manspreading es habitual en muchos lugares, no solamente en el avión

La azafata no se queda ahí y extiende su lista de “actos imperdonables” a bordo, entre los que incluye quitarse los zapatos y poner los pies descalzos sobre superficies comunes, o reclinar el asiento sin mirar si el pasajero detrás está preparado. Sin embargo, el manspreading sigue siendo, sin duda, su queja principal.

Quizá sea hora de reflexionar antes de acomodarse en un avión. Lo que para uno puede parecer insignificante, para otro es una molestia constante durante horas. Y, tal como dice Cher, respetar los límites del asiento asignado debería ser una norma no escrita de cualquier vuelo.

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