Cuando se coge una lata, casi nadie se para a pensar por dónde ha pasado antes de llegar a nuestras manos. Algunos le pasan un trapo, otros la frotan con la camiseta, y muchos simplemente abren y beben. Pero, ¿es seguro beber directamente de una lata sin limpiarla? Un experimento reciente podría cambiar la forma en que lo hacemos.
Una prueba compartida en TikTok por Javier Clemente ha puesto el foco sobre la higiene de las latas que se consumen a diario. Según detalla en su vídeo, un investigador llevó a cabo un análisis en profundidad para determinar si limpiar la superficie antes de beber tiene algún efecto real.
Prueba científica
Hay que limpiarlas, pero no todo vale
El experimento incluyó cuatro muestras: una lata sin limpiar, otra frotada con ropa, una limpiada con servilleta y la última desinfectada con alcohol. Tras recoger las muestras, se realizó una siembra en placas Petri que fueron incubadas a 28 grados durante 24 horas.
Los resultados, según explicó el tiktoker, fueron sorprendentes: “Las latas sin limpiar o frotadas con ropa mostraron un crecimiento significativo de hongos y bacterias”. Esto se debe probablemente a que la ropa, aunque pueda parecer útil, no es lo suficientemente limpia ni está diseñada para eliminar microorganismos; más bien, puede transferir suciedad adicional.
En cambio, las latas que fueron limpiadas con servilletas o alcohol no presentaron rastro alguno de microorganismos, ya que estos métodos eliminan los contaminantes más eficientemente.
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Merece la pena limpiarla antes de empezar a beber
En el vídeo, el usuario subrayó que este simple gesto de limpieza puede prevenir la ingesta de agentes potencialmente perjudiciales para la salud. Incluso mencionó que muchos, por costumbre o por desconocimiento, pasan por alto este detalle que podría evitar problemas gastrointestinales. “No se trata de crear alarma, sino de tener información”, garantizó.
La próxima vez que alguien decida beber directamente de una lata, quizá se lo piense dos veces. Lo que parece un gesto mínimo puede marcar la diferencia para evitar un mal trago. Y tú, ¿limpiarás tu próxima lata?