A finales de marzo, el Pacte Nacional per la Llengua estaba atascado. Partidos y entidades intentan reconducir la situación para que fructifique después de que Junts y la CUP negaran su firma. Hasta hoy, las asociaciones civiles están a la espera de que las formaciones políticas se pongan de acuerdo y se han mantenido cautelosos a la hora de pronunciarse. Pero Xavier Antich (La Seu d'Urgell, 1962), presidente de Òmnium Cultural, urge ahora a que salga adelante.
Un 25% de la población en Catalunya nunca usa el catalán. ¿La lengua está en crisis?
Actualmente, el gran problema es el descenso del uso social del catalán. Durante décadas habíamos entregado todos los esfuerzos al aprendizaje del catalán, básicamente a partir de la escuela, y por tanto, hemos facilitado el acceso al conocimiento. Ahora descubrimos que el acceso al conocimiento, que a través de la escuela se ha hecho y se ha hecho con garantías, no garantiza su uso social. Hay que seguir insistiendo en el acceso al conocimiento del catalán más allá del ámbito de la escuela.
¿Pero se trata de que la gente conozca el catalán o que lo use más?
De las dos cosas. Hay que garantizar el conocimiento allí donde no está garantizado. Ahora, básicamente, esto afecta al gran porcentaje de gente recién llegada a Catalunya. Nosotros hemos cuantificado esta demanda en más de dos millones de personas que quieren aprender o mejorar el catalán que saben. Con los actuales recursos, esto no es posible, porque los recursos de aprendizaje formal de la lengua catalana hoy están en 120.000 plazas al año. Dos millones de demandas y 120.000 de oferta nos condena a veinte años para garantizar el acceso al conocimiento de la lengua.
Buena parte de las aportaciones que se han hecho, incluso por parte de Junts y de la CUP, están incluidas”
El Pacte Nacional per la Llengua, impulsado desde el 2021 por el gobierno de Pere Aragonès, no acaba de cristalizar. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no se firma?
Porque todo el mundo tiene conciencia de que es muy importante que el Pacte Nacional per la Llengua sea bueno. Desde Òmnium creemos que es un instrumento de país. Seguramente, la propia ambición del Pacte Nacional per la Llengua está haciendo que su aprobación sea más lenta. El Pacte actualmente está en una fase de redacción casi definitiva en lo que respecta a los objetivos. Toda una gran lista de objetivos con los cuales, prácticamente en la próxima década, habría que avanzar para conseguirlos. Consideramos que es imprescindible que se apruebe, y que se apruebe de manera urgente, tan rápido como sea posible. Y estamos convencidos de que todo el mundo actuará con la máxima responsabilidad para poder disponer de un Pacte Nacional per la Llengua.
Hay dos formaciones políticas, Junts y la CUP, que de momento se están desmarcando. ¿Ve motivaciones políticas?
Nosotros hemos estado hablando con todos los grupos parlamentarios, desde el PSC hasta los comunes, incluyendo a Junts, Esquerra y la CUP, y constatamos que hay un gran consenso en torno a la lengua. Cada partido político está haciendo el esfuerzo para que sus posiciones sean recogidas. Buena parte de las aportaciones que se han hecho, incluso por parte de Junts y de la CUP, están incluidas.
¿Pero si gran parte de las iniciativas de Junts y la CUP están en el Pacte Nacional, por qué no hay acuerdo ya?
Sabemos que en el caso de Junts, ahora mismo, se lo acaban de mirar, están pendientes de disponer de la última versión del Pacte Nacional por la Llengua, que, no lo olvidemos, lo único que define son objetivos. Es decir, no medidas concretas, sino objetivos. Y sabemos que están haciendo una lectura muy cuidadosa, muy exigente, sabemos que nos estamos jugando mucho. Porque el Pacte Nacional per la Llengua no es para el 2025: marcará el trabajo en torno a la lengua catalana en la próxima década. Y con respecto a la CUP, sabemos también que su posición tiene más que ver con la reacción o el respeto [del Govern] a la sentencia del Constitucional, y no estrictamente al Pacte Nacional por la Llengua, que es un marco estructural, no una respuesta coyuntural.
Uno de los argumentos que ha utilizado Junts para no acabar de firmar el documento es que el Govern no ha trabajado suficientemente con las entidades que promueven la lengua. ¿Ha sucedido esto con Òmnium?
No. Estamos hablando desde hace meses con el Govern, con todas las instancias. Nosotros, ya en el 2022, hicimos un gran número de aportaciones: 600 medidas concretas que proponíamos que se incluyeran. Y por lo que afecta a los objetivos concretos, los que planteó Òmnium están recogidos.
En la CUP y Junts
“Quien crea que no hay objetivos recogidos en los pactos que los acabe de verbalizar para que sean incluidos”
Pues la CUP dice que es “un pacto de mínimos”...
Nuestra perspectiva no es esta. Hay que tener muy claro que la parte que se propone para ser suscrita es la que define los objetivos. Nosotros creemos que son ambiciosos y responden a lo que es un gran consenso de país. Hay que decir que a partir de la aprobación o la firma del Pacte Nacional per la Llengua empieza la batalla importante, que es cómo se determinan las medidas concretas para aplicarlas y llegar a estos objetivos y cómo se dotan presupuestariamente cada una de las medidas concretas. Quien crea que no hay objetivos recogidos en los pactos que los acabe de verbalizar para que sean incluidos, porque es imprescindible que el Pacte cuente con el máximo consenso posible y con la máxima transversalidad.
“A partir de la aprobación del Pacte empieza la batalla importante: determinar las medidas concretas y dotarlas de presupuesto”
Hay partidos que han criticado a Illa por expresarse en catalán. ¿También lo critica Òmnium?
El presidente de la Generalitat en Catalunya tiene que hablar siempre en catalán, y por descontado en el Parlament de Catalunya, y creemos que esta es la tónica dominante.
¿Qué pasa si este Pacte fracasa?
No lo contemplamos. Si no disponemos de un marco del Pacte Nacional, que es un pacto político, pero también social, iremos poniendo parches a una situación como es la de la lengua, y que la encuesta de usos lingüísticos reclama intervenciones urgentes. Desde Òmnium no contemplamos que no sea firmado o aprobado.
¿Cuántos asociados tiene Òmnium?
En el último informe de marzo, 173.867.
¿Y una entidad que tiene esta fuerza, como mínimo en lo que respecta a asociados, y que desde años se dedica a promover y defender la lengua catalana, entre otras cosas, no se ve con ánimos de empujar para que los partidos se pongan de acuerdo?
Dos cuestiones. La primera: hasta donde nos consta, el Goverrn no está hablando primero con partidos políticos y después con organizaciones de la sociedad civil, sino que el proceso se está haciendo de forma simultánea. Es decir, nos consta que igual que ha pasado con Òmnium, el Govern ha hablado con Plataforma per la Llengua, el Govern está hablando con sindicatos, el Govern está hablando con patronales, y que las dos fases de secuencia, aunque efectivamente solo se abrirán las firmas de entidades después de las firmas de los partidos, en realidad la negociación está yendo de manera conjunta. Segunda: Òmnium, desde el 2010, decidió hacer incidencia política y, por lo tanto, nosotros estamos hablando de manera regular y habitual con todos los grupos parlamentarios de lo que consideramos que es el catalanismo democrático, y eso afecta desde al PSC, insisto, hasta los comunes, por una parte. Estamos hablando de temas de lengua, de las posiciones parlamentarias en torno a la lengua. Pero por otra parte, donde estamos poniendo el mayor de nuestros esfuerzos es en vertebrar a la sociedad civil en torno al consenso en favor de la lengua.
¿Cómo lo hacen?
Desde el noviembre pasado que nos reunimos con las principales organizaciones empresariales del país, como, por ejemplo, Foment del Treball, la Cecot, la Pimec, Femcat, con los principales sindicatos del país, CC.OO., UGT, la Intersindical, etcétera. Pero también con las principales organizaciones de la sociedad civil catalana, que son desde la Confederació d'Associacions de Veïns de Catalunya, la Taula d'Entitats del Tercer Sector, la Confederació de Cooperatives de Catalunya, la FAC, que representa 600.000 familias, y con todos ellos, de manera regular, estamos blindando un poco el consenso de eso que hemos llamado “Català per a tothom”, que es trabajar para garantizar el acceso universal al catalán y por revertir los datos del descenso del uso social.

Xavier Antich durante la entrevista.
¿Y entidades deportivas?
El Barça se suma.
En Primera División están el Girona y el Espanyol, también...
Por descontado, con el Girona y el Espanyol firmamos la campaña Català a l'Esport. Y con más de 600 clubs.
¿Òmnium todavía cree en la inmersión lingüística como herramienta?
Por descontado que todavía cree en ella, pero también aquí hay que ser muy cautelosos. La escuela catalana no dispone de un modelo de inmersión lingüística. El modelo es de conjunción con el catalán como lengua vehicular, para ser muy precisos. La inmersión es una estrategia pedagógica inicialmente pensada para aplicar especialmente en escuelas donde hay presencia significativa de alumnado que no tiene el catalán como lengua familiar. Por tanto, estamos hablando de una aplicación muy limitada. Fue pensada para estos lugares en los cuales la mayoría de los estudiantes, para entendernos, su primera lengua no era el catalán. No era un sistema aplicable a la totalidad del sistema educativo.
La sociolingüista Maite Puigdevall tiraba de las orejas al Govern porque “la acogida de inmigrantes se hace mayoritariamente en castellano”.
Es una anomalía. Todo el sistema de acogida de la enseñanza tiene que ser en catalán. El catalán ha sido siempre lengua de acogida, lengua de inclusión y lengua de sentimiento de pertenencia, y eso tiene que seguir siendo así de manera imperiosa. Pero no porque lo diga Òmnium, sino que forma parte del ADN del catalanismo democrático: el catalán siempre ha sido una lengua para favorecer la inserción y el arraigo en el país. Todos los estudios sociolingüísticos nos dicen que el principal problema de la lengua catalana a la hora de acceder a su conocimiento es el primer contacto con la lengua es la base de la pirámide. Es decir, no tanto las clases formales, que también, sino todos los espacios de contacto fluido con la lengua. Desde esta perspectiva Òmnium ha desplegado un programa que se llama “Vincles”, que es el espacio de aprendizaje informal de la lengua a través de la conversación y de hecho actualmente tenemos las 52 sedes territoriales de Òmnium creando estos espacios de conversación informal, que permite que madres que dejan a sus hijos en la escuela, en lugar de irse hacia casa y después ir a recogerlos, se queden a hacer estos grupos informales.
¿Uno de los retos no sería hacer entender que la lengua catalana no es una lengua que uno puede ahorrarse?
Completamente. El catalán tiene que ser una lengua imprescindible para vivir en Catalunya.
El catalán tiene que ser una lengua imprescindible para vivir en Catalunya”
¿Entonces, el catalán tendría que ser un requisito en el ámbito laboral?
El catalán tendría que ser un requisito en el ámbito laboral, el catalán tendría que ser un requisito en la rotulación de los comercios y en la información que damos, en la forma de atender al público de toda la Administración pública. Todas las normativas que favorezcan que el catalán sea una lengua imprescindible para vivir en Catalunya, no solo lo tenemos que valorar como positivo, sino que tendría que ser casi un requisito.
Hoy hay una manifestación convocada por la izquierda anticapitalista independentista. ¿Estará Òmnium?
Sí, sí. La situación de la lengua catalana es tan compleja que todas las medidas que ayuden a concienciar de la importancia del problema son buenas y, por lo tanto, nos hemos sumado, nos hemos adherido y estaremos en la manifestación por la lengua que no hemos convocado nosotros.
¿Se ha planteado la entidad Òmnium Cultural liderar una manifestación en favor del catalán a escala de Catalunya?
No nos lo hemos planteado. Sí que nos hemos planteado vertebrar esta gran alianza en favor de la universalización del acceso al conocimiento al catalán. Para nosotros, eso ahora es una cuestión absolutamente prioritaria. Creemos que es tan prioritaria y tan urgente, que, si no se toman medidas inmediatas, cada año que pasa se nos ofrecerán datos que seguramente serán irreversibles. Por tanto, hemos puesto todos los esfuerzos en garantizar que allí donde hay una oferta de plazas de aprendizaje formal que es insuficiente, se multipliquen. Que allí donde hay una oferta de plazas que no responden a la necesidad, como es el aprendizaje en el puesto de trabajo, que se haga a través de la formación continua. Que allí donde no existen todos estos ámbitos del primer contacto con la lengua que permiten la construcción de comunidad y del catalán como lengua de uso normal, se haga.