España y Finlandia, a casi 5.000 kilómetros de distancia, son dos de los límites exteriores de la Unión Europea. Y si España es frontera del flanco sur, bajo la que se cierne el explosivo Sahel, Finlandia está en primera línea del frente oriental, con la amenaza rusa al otro lado del bosque.
La última vez que Pedro Sánchez estuvo en Helsinki, en enero del 2022, arropó a la entonces primera ministra finlandesa, la socialdemócrata Sanna Marin, en su acelerado cambio de guion para refugiarse bajo el paraguas de la OTAN, lo que el país nórdico finalmente logró, a la carrera, en abril del 2023. Y el presidente del Gobierno regresó ayer a la capital nórdica, para reunirse con el sucesor de Marin, el conservador Petteri Orpo, quien defendió el aumento del gasto en defensa ante una amenaza rusa. Pero Sánchez reafirmó su compromiso: “Estamos preparados para cumplir el objetivo del 2% del PIB, lo vamos a hacer”, garantizó. “España ha aumentado el gasto en defensa en los últimos siete años, y estamos preparados para cumplir con nuestro compromiso de invertir un 2% del PIB”, recalcó.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo este jueves en la Moncloa
A lo largo de todo el día de hoy, el presidente del Gobierno se reunirá con todos los presidentes de todos los grupos parlamentarios para discutir la nueva estrategia de seguridad y defensa. A las 10 de la mañana prevé reunirse con Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP.
Justo en este momento, en el Congreso, la líder de Podemos, Ione Belarra, acusaba al Gobierno de “lamerle las botas” a Estados Unidos. “Se acaban de comprometer con un fascista peligroso como Donald Trump a duplicar el gasto militar en nuestro país”, denunció. Ahora un 2%, luego un 3%, después un 5%... “¡Nadie les votó para esto!”, advirtió Belarra a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y negó todo respaldo a “esta barbaridad” que, a su juicio, implicará el “profundos recortes” en el Estado de bienestar.
“Estamos preparados para invertir el 2% del PIB en defensa, y lo vamos a hacer”, afirma Sánchez en Finlandia
En Helsinki, no obstante, Sánchez evitó concretar por ahora con qué mecanismos, en qué cantidades y en qué plazos pretende lograr el aumento de la inversión en seguridad y defensa antes del 2029 inicialmente previsto. “Estamos dispuestos a cumplir con la obligación del 2%, pero les explicaré a mis ciudadanos en España, no aquí, cómo y cuándo vamos a llegar a este objetivo”, alegó.
El jefe del Ejecutivo está pendiente de que la UE concrete a su vez las fórmulas financieras para afrontar el nuevo escenario. “La defensa y la seguridad son un bien público en Europa”, recalcó Sánchez, y por tanto debe recibir una “respuesta conjunta”, con “recursos comunes”. “Cuanto más nos unamos en la respuesta, más fuertes resurgiremos. No importa que las amenazas vengan del norte o del sur, porque Europa puede lidiar con todas ellas”, aseguró.
Y ya adelantó que su propuesta, ante el Consejo Europeo que se reunirá de nuevo la próxima semana en Bruselas, es que se articulen no solo préstamos sino también subsidios, como ya se hizo con los fondos de recuperación ante la pandemia. “Yo no estoy pidiendo subsidios para los países del sur –precisó–, estoy pidiendo subsidios para los países orientales y bálticos”. Justo los más próximos a la frontera rusa.
“¡Nadie les votó para duplicar el gasto militar!”, advierte al Gobierno la líder de Podemos, Ione Belarra
Sánchez se desplazó después a Luxemburgo, donde también se reunió con su exvicepresidenta Nadia Calviño, actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), un organismo clave para el programa de rearme de la UE. Y ambos coincidieron en la necesidad de reforzar la industria de la seguridad y la defensa en Europa, con la identificación de proyectos estratégicos.
Pero si el pleno del Congreso de ayer podía servir al Gobierno para tomar el pulso de los grupos parlamentarios con los que hoy se reunirá Sánchez en la Moncloa, la evidencia fue el rechazo de las izquierdas a los planes de incremento acelerado de la inversión militar en España.
“Les pido la unidad de todas las fuerzas políticas y el apoyo al Gobierno para tomar las decisiones vitales que requiere el cambio en el orden mundial”, demandó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Pero tanto Sumar como los aliados de izquierda en la investidura expresaron resistencias, con más o menos énfasis.
El Ejecutivo demanda unidad y apoyo para “tomar decisiones vitales ante el cambio en el orden mundial”
Agustín Santos (Sumar) alertó que “triplicar” el gasto militar, según el programa de Ursula von der Leyen, creará “inflación, crisis económica, recesión y un recorte inevitable del gasto social por mucho que se proponga comunitarizar la deuda”. Y no resolverá, a corto plazo, el riesgo de la seguridad. Francesc-Marc Álvaro (ERC) defendió la “soberanía estratégica” europea, “también en el ámbito de la defensa y la seguridad”. Pero alertó del riesgo de desmantelar la Europa social.
“Escalar en militarismo, en belicismo y en reforzar imperialismos no es una opción vitalmente viable”, avisó Oskar Matute (EH Bildu). Y Belarra insistió en remarcar el rechazo de Podemos a los recortes sociales: “Cada euro que van a destinar a defensa es un euro menos para nuestros servicios públicos”, denunció. “Este es un pueblo de paz, es el pueblo del no a la guerra”, zanjó.
Carlos Floriano (PP) aprovechó para criticar la debilidad del Gobierno, sin presupuestos ni mayoría parlamentaria, pero con unos socios “antioccidentales, cuando no pro Putin”.
El PP y la formación morada coinciden en pedir que subir el gasto en defensa requiera del aval del Congreso
Pero incluso el Partido Popular coincidió por una vez con Podemos: ambas formaciones registraron sendas iniciativas para que todo aumento del gasto militar requiera el aval del Congreso.
