Un día después de registrar la proposición de ley para delegar a Catalunya las competencias de inmigración, la disonancia en las interpretaciones del acuerdo fue notoria. A ello se sumaron las dudas que la entente suscita entre algunos de los socios parlamentarios del Gobierno, lo que puede comprometer su aprobación en el Congreso de los Diputados.
La ministra de Inclusión, Elma Saiz, defendió ayer la “constitucionalidad” del acuerdo y destacó que “se aplicará la normativa vigente en materia lingüística”. Esto es, indicó Saiz, la ley de extranjería: “La lengua es un elemento esencial para la inclusión e integración. En las comunidades autónomas que tienen una lengua cooficial se valora su conocimiento”. El reglamento de extranjería sí que fija el castellano como requisito para la nacionalización, pero no el catalán.
También hizo referencia a este asunto el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que afirmó sobre la capacidad de Catalunya para expulsar inmigrantes que “hay cuestiones que entran en la Constitución y otras que no”. “Todo será lo que ya decidimos en una aprobación mayoritaria en el 1978, que es lo que dice la Carta Magna”, añadió.
Desde Junts, tanto Jordi Turull como Miriam Nogueras insistieron en que la norma acordada con los socialistas faculta en su artículo 12.5 que el conocimiento de la lengua catalana sea un requisito para autorizar permisos de residencia, aunque no hay una referencia explícita en este sentido. Los posconvergentes consideran que “sin el conocimiento de la lengua propia es obvio que no hay integración plena”. En todo caso, JxCat apunta que para desplegar las herramientas de esta delegación competencial habrá que legislar su regulación en el Parlament, y admiten que ahí se deberá “reforzar” el aspecto lingüístico.
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, calificó esta “cesión” como “la más grave de la historia constitucional” porque “compromete la seguridad nacional”. En esta línea, el líder de la oposición prometió revertir este acuerdo si alcanza la Moncloa. El popular sostiene que el resultado “puede ser muy grave” puesto que es un “asunto explícitamente vetado por la Constitución”.
Feijóo promete revertir el pacto si llega a la Moncloa por ser “el más grave de la historia constitucional”
Feijóo argumentó que “dar al independentismo el control de sus fronteras ficticias es continuar desmantelando el Estado” y se preguntó “a qué nivel de degradación hemos llegado para tener que recordar que ningún español es extranjero en España”.
Otra de las críticas al acuerdo entre el PSOE y Junts es el componente “racista” de la ley. En este término coincidieron los populares –a través de las palabras de uno de sus vicesecretarios, Elías Bendodo– con los partidos a la izquierda de los socialistas, Sumar y Podemos.
La diputada de los Comuns, Aina Vidal, manifestó que Puigdemont se está “excediendo con su interpretación interesada” del acuerdo y subrayó que “estas delegaciones no son para JxCat, sino para el Govern y el Parlament. Aunque ve el acuerdo “positivo”, Vidal alertó que hay que mirar la “letra pequeña” porque los posconvergentes “compiten con Aliança Catalana” y ello les lleva a adoptar “actitudes racistas”. Cabe añadir que, dentro de Sumar, partidos como Izquierda Unida o Más Madrid también han manifestado su recelo a esta ley.
Por su parte, Podemos recalcó su rechazo porque “la exposición de motivos incluye marcos propios de la extrema derecha”. “Legitima el racismo institucional”, adujo su secretario de Organización, Pablo Fernández. La formación morada solo se abre a negociar si Junts aprueba la Iniciativa Legislativa Popular para regularizar a más de 700.000 inmigrantes.
Quien se desmarcó del pacto dentro de las filas socialistas fue el Gobierno de Castilla-la Mancha. La portavoz, Esther Padilla, cuestionó que se “naturalicen los acuerdos con un aliado extremista de derechas” y que se le dé a los de Puigdemont “el megáfono esparcidor de odio”. Consideran que el líder de JxCat “se acerca a Trump” porque “comparten las políticas antiinmigración”.