El portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, revela este domingo en una extensa entrevista en 'Lo de Évole' de La Sexta (21:25 horas) que Convergència trató de ficharle antes que ERC. En 2014 emergió como portavoz de Súmate (plataforma de los independentistas castellanohablantes) y accedió al secretariado de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), protagonizando muchos actos sobre el procés en Catalunya. En esta “eclosión”, Rufián señala que “quien primero me quiso fue CDC”.
“Yo no sabía que estaba en el mercado, yo hacía charlas. Dije que no, que yo era de izquierdas”, afirma a lo largo de la entrevista. El portavoz republicano en la Cámara Baja también detalla cómo se gestó su incorporación a Esquerra: “Me citan en un bar con Mònica Terribas y me ofrecen ir a tertulias de Catalunya Ràdio. De ahí, un día me dicen 'tú haces política y tus ideas se asemejan mucho a las de ERC, ¿te apetecería ir a Madrid con Joan Tardà?'”.
Sobre su rápida popularidad al poco tiempo de llegar al Congreso, Rufián admite que quería “ganar a Tardà” y que se hablara más de él: “A día de hoy echo de menos esa ambición, que llegue alguien y me diga que va a por mí”. Por otro lado, relata que hay diputados de otros grupos “antagónicos” que le han pedido que él haga el turno de réplica o que les conteste a un tuit para tener más difusión.
En su intervención se muestra autocrítico y considera que el independentismo “ha repartido carnés de pureza”. “Hemos participado, yo he participado de ello y me avergüenzo”, admite. Por otro lado, sostiene que el movimiento soberanista se equivocó al “no entender que no éramos suficientes y que no se hace vía palos, sino vía seducción sin canjear tus principios”.
El diputado también carga contra Junts per Catalunya e insiste en que si Alberto Nuñez Feijóo es algún día presidente del Gobierno será con el apoyo “directo o indirecto” de los de Carles Puigdemont porque les interesa el “cuanto peor, mejor”, aunque Vox pueda estar en la ecuación. De hecho, deja caer que no se habla de la formación de Santiago Abascal en Catalunya porque “no sé hasta qué punto la gente sabe que Junts está votando con PP y Vox de forma reiterada”: “Me da que no se sabe, y eso no es gratuito”, apuntando hacia los medios de comunicación.
Insistiendo en los medios, precisamente Gabriel Rufián cree que su partido es el que sufre más “desgaste” por apoyar al Gobierno respecto al resto de socios del PSOE porque el ecosistema les es desfavorable: “Cuando alguien pone la EITB no escucha a nadie diciéndole a Arnaldo Otegi que es un traidor. En TV3, se ha escuchado a opinadores insignes de medios de comunicación catalanes llamando traidor a Junqueras”.
De hecho, el portavoz republicano señala a Junts de estar “detrás de estas campañas que nos califican de traidores a la patria simplemente por entender que había que ser más”. “Su manera de hacer es que cada vez seamos menos pero más convencidos y estoy por mayorías extensas, no intensas”, defiende. Además, reprocha a los posconvergentes que “entiendan que somos diversos y que a veces también pierden”: “No somos los criados de nadie”.
Aún sobre Esquerra, lamenta que no haya más perfiles como el suyo -independentista castellanohablante hijo de inmigrantes- en la dirección: “No ha habido esa voluntad. Yo no debería ser el Copito de Nieve de Esquerra”. El republicano puntualiza que en las bases de la formación hay más gente como él.
Por otro lado, hace alusión a los que creen que se ha moderado: “Me niego a que el crecimiento de mi opción política sea en base al sufrimiento de mi gente”. Al mismo tiempo, indica que “no se consigue nada en política si no es a través del conflicto”: “Necesito eso porque sino hago discursos aburridos y digo cosas que todo el mundo dice”. El parlamentario de Esquerra reconoce tener “el ego de un camión”, pero cree que en caso contrario no se podría dedicar a la política.
En cuanto a la actual situación política, Gabriel Rufián reclama al PSOE “dejar de lado el malmenorismo” y pide a Sánchez más “valentía”. El político augura una ola de “derecha y extrema derecha”, ante lo que plantea que “no sirve de nada llamar fascistas” a los que votan estas opciones políticas. Para ello, receta que la izquierda sea capaz de “hablar y legislar de escuela, trabajo y familias”.
Preguntado por el tiempo que se ve en política, Gabriel Rufián sostiene que seguirá “hasta que los que me pusieron me lo digan” y mientras le compense. Lo que descarta es ser candidato a la presidencia de la Generalitat: “Cada vez más gente me lo dice. No aspiro a eso y creo que quizá no sirvo para eso”. Sin embargo, confiesa que hay elementos que le motivarían de hacer política en Catalunya: “Enfrentarme a Sílvia Orriols, enfrentarme a ese mundo chungo. Veo mucha desorientación y aportar en eso me llama la atención”.