El juez del Tribunal Supremo que investiga al ex ministro de Transportes José Luis Ábalos por el caso Koldo escuchó ayer –en un lapso de poco más de una hora– dos versiones opuestas sobre las presuntas entregas de dinero en efectivo en la sede del PSOE. Ambas de dos testigos, que estaban obligados a decir la verdad. Por un lado, la empresaria Carmen Pano ratificó que llevó 90.000 euros a la madrileña calle de Ferraz. Un dinero que procedía de Claudio Rivas, uno de los presuntos cabecillas de la trama de los hidrocarburos, que se instruye paralelamente en la Audiencia Nacional, pero con claras ramificaciones con la primera. Por otro lado, Rivas negó por completo haber dado dinero para hacerlo llegar a la sede socialista.
El relato de Pano, que coincide con el que hizo a la Guardia Civil el pasado diciembre cuando fue detenida, sitúa el origen del dinero en Claudio Rivas, quien estuvo dos meses en prisión provisional. Este se lo habría entregado a Víctor de Aldama y el conseguidor se lo dio en su despacho a Pano. La empresaria, según su versión, acudió en dos ocasiones a la sede del PSOE. La primera en taxi y la segunda en un coche que conducía un amigo de Rivas. Ayer aportó el nombre del conductor, como prueba de su testimonio, por si el instructor quiere citarlo. Asegura que subió a la segunda planta de Ferraz, donde entregó los dos paquetes con el dinero en efectivo a un hombre que “no superaría los 40 años, pelo corto y un poco más alto”, al que no identificó, según fuentes jurídicas.
A consecuencia de la declaración de Carmen Pano, el PP exigió una “explicación inmediata” al PSOE . “El escándalo es cada vez más grave y cada vez hay más personas implicadas”, indicó el PP, en un comunicado, en el que dijo que el presidente Pedro Sánchez, “no puede seguir escondido ni escudándose en el silencio para tapar esta trama”.
Rivas lo negó todo. Negó ante el magistrado que investiga a Ábalos que diese ese dinero para entregar al PSOE en octubre de 2020, cuando el exministro seguía siendo todopoderoso en el partido. Y también se desvinculó de la compra del chalé en Cádiz con el que la trama premió a Ábalos, según señalaba la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en uno de sus informes. Esa sería una contraprestación a las adjudicaciones de contratos de material sanitario a la empresa Soluciones de Gestión, epicentro de la trama. El empresario también negó estar detrás de la empresa que adquirió el chalé, Have Got Time, como señaló otra testigo que desfiló ayer por el Supremo, la hija de Carmen Pano, a quien la Guardia Civil señala como administradora.
