El Consejo de Ministros del 23 de diciembre del 2024 reconoció la titularidad del Partido Nacionalista Vasco (PNV) sobre el edificio de la avenida Marceau, 11 de París, antigua sede del PNV en el exilio, incautada por el ocupante nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Esa es una vieja reivindicación del Movimiento Europeo, con el apoyo de todos los grupos políticos –incluido el PP– desde hace muchos años. Incluso en el 2012, el presidente del Movimiento Europeo español Eugenio Nasarre, siendo diputado del PP, consiguió colocar una placa en el sonado edificio con presencia del Movimiento vasco y español, donde se reivindicaba una vez más la restitución del inmueble a su propietario, la formación jeltzale.
El inmueble fue comprado en 1937, a título personal pero por encargo del PNV, por Marino de Gamboa con la aportación de varios vascos exiliados en Estados Unidos. La empresa Finances et Enterprises SA (integrada por militantes del PNV), a su vez, lo compró en 1939 y lo alquiló a la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, entidad del PNV, que lo cedió para el establecimiento del gobierno vasco en el exilio. En 1940, la Gestapo, con el apoyo de policías españoles, ocupó el edificio, que se convirtió en sede de la Falange en París. En 1943, un tribunal francés bajo la ocupación nazi adjudicó los bienes de la empresa propietaria al Estado español. En mayo de 1944, el PNV recuperó el control del edificio hasta que en 1951 un tribunal francés ordenó la entrega al Estado español en base a la sentencia de los tiempos de la ocupación nazi.
El edificio tiene una especial significación histórica, porque en él se constituyó el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (CFEME) el 8 de febrero de 1949, tras el reencuentro de demócratas exiliados españoles en el congreso del Movimiento Europeo de La Haya de 1948 a iniciativa de Salvador de Madariaga, con la participación de José Antonio Aguirre, Indalecio Prieto y el doctor Josep Trueta, entre otros.
En el acto fundacional del CFEME estuvieron representadas diversas corrientes de la oposición antifranquista. Participaron Carles Pi i Sunyer, Ramón Nogués, Josep Tarradellas y Joan Sauret, de Esquerra Republicana de Catalunya; Fernando Valera y Juan Arroquia, de Unión Republicana; Salvador Quemades y Julio Just, de Izquierda Republicana; José Antonio Aguirre, José María Lasarte y Javier de Landaburu, del Partido Nacionalista Vasco; Trifón Gómez, del Partido Socialista Obrero Español; y Salvador de Madariaga. El resultado fue la creación de un instrumento de coordinación y cooperación de la oposición democrática en el exilio llamado a jugar un papel clave en el entendimiento entre la oposición interior y exterior en la lucha antifranquista.
Su primer paso fue el congreso del Movimiento Europeo de Múnich en 1962, calificado de contubernio por la propaganda franquista, que deportó a Fuerteventura a muchos de sus participantes. Entre ellos, Fernando Álvarez de Miranda, que fue presidente del Congreso de los Diputados constituyente. Fue una escuela de diálogo y libertad en la transición democrática y tuvo gran relevancia en el proceso de adhesión de España al Consejo de Europa y a las Comunidades Europeas.
En el libro 75 años del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo. París, febrero de 1949 editado por Francisco Aldecoa y Eugenio Nasarre, se explica con todo detalle los fundamentos jurídicos y la controversia sobre la sede del PNV en el exilio. Situándolo en su contexto histórico.
Se ha realizado un acto de memoria democrática con voluntad de futuro