Las minucias de Isabel Díaz Ayuso
La presidenta de Madrid ha cambiado de guion tras la declaración de su jefe de gabinete ante el juez que investiga la causa de la filtración de los e-mail
Isabel Díaz Ayuso inauguró ayer el nuevo vestíbulo de la estación de Atocha donde se ha instalado el nuevo recordatorio del atentado de 2004
Cambio de tercio en la Comunidad de Madrid ante el caso del presunto delito fiscal del compañero sentimental de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Si hasta esta semana el embrollo político y judicial era, según la propia presidenta, un asunto que afectaba a un ciudadanos particular –su compañero sentimental, Alberto González Amador– y al fiscal General del Estado acusado abiertamente de emprender una cacería contra él, la declaración del jefe de gabinete de la presidenta Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez ante el juez que investiga esta causa cambia el panorama.
Ahora es la propia comunidad, o cuanto menos un cargo muy relevante de esta institución, quien de un modo u otro se ve enzarzado en esta guerra de acusaciones y filtraciones interesadas. El testimonio de Rodríguez salpica a la presidenta aunque solo sea porque Ayuso ya no puede decir que ella o su equipo no tienen nada que ver con el tremendo enredo.
Tras pasarse meses acusando al fiscal, Álvaro García Ortiz, de haber manejado y difundido información personal de González Amador para montar una causa contra la pareja de la presidenta madrileña, M.A.R, como se le conoce al jefe de gabinete de Ayuso, ha reconocido tras declarar ante el juez Ángel Hurtado que él mismo difundió a un grupo de periodistas afines el contenido de un supuesto e-mail enviado por el ministerio público a la defensa de Alberto González Amador y donde proponía llegar a un acuerdo para evitarle la entrada en prisión por fraude fiscal.
Pero lo cierto es que, en realidad, lo que había sucedido era lo contrario. Es decir, que era el novio de Ayuso, a través de su abogado, quien había solicitado al ministerio público llegar a un acuerdo tras admitir sus delitos fiscales.
La oposición ya ha visto la brecha abierta y empieza a pedir explicaciones a la presidenta
Para intentar sacudirse la culpa, Rodríguez ha alegado que, cuando él filtró la información, pensó que era cierta. Porque desconocía que hubiera un correo previo de la pareja de Ayuso.
Pero como varios periodistas han relatado al juez, y se han ofrecido a probar poniendo sus móviles a disposición del magistrado, el correo electrónico previo que Rodríguez omitió se filtró a los medios de comunicación antes de que el fiscal general tuviera acceso al mismo. Es más. Alguno de ellos, como es el caso de un redactor de elDiario.es , incluso intentó contactar con M.A.R para contrastar su versión al entender que era falsa.
El jefe de gabinete de Ayuso, quien hasta ahora había negado todos estos hechos, ha acabado matizando que no recuerda que este le hubiera llamado. Pero los abogados del Estado que defienden a Álvaro García Ortiz, y a la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, se han apresurado a solicitar al juez instructor del caso el volcado del contenido del teléfono móvil de Miguel Ángel Rodríguez para confirmar sus contradicciones.
Rodríguez, que declaró a instancias de la Abogacía del Estado se ha sumado al embrollo arrastrando a la presidenta, de modo que lo que hasta ahora eran supuestas “pruebas irrefutables” contra Sánchez y García Ortiz han pasado a ser “minucias”, como declaró Ayuso el jueves.
Las medias verdades y amenazas de Rodríguez a la prensa han pasado a ser actuaciones “sacadas de contexto”. Y lo que era una causa para defender a un “ciudadano anónimo” ha mutado de la noche a la mañana en una supuesta “operación de Estado” como la propia presidenta de la Comunidad de Madrid ha repetido en las últimas horas. “Lo importante no es saber qué le dijo el uno al otro o quién le mandó el e-mail”, sostuvo esta semana Ayuso.
La oposición al actual gobierno de la Comunidad ya ha visto la brecha abierta y empieza a pedir explicaciones a la presidenta. Es la primera vez desde que se desató esta causa que algo le sale mal a Isabel Díaz Ayuso y a su jefe de gabinete.