De la misma manera que Syriza, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) o Podemos, fueron movimientos políticos llamados a ser el reemplazo de las izquierdas socialdemócratas tras la crisis financiera del 2008, las derechas autoritarias están llamadas hoy a ser el reemplazo de las viejas derechas conservadoras o democristianas en 2025 y años venideros. ¿Por qué? Fundamentalmente para que el capitalismo occidental pueda competir con las mismas armas y garantías que el capitalismo BRICS (economías emergentes). Esta conclusión nos la tendremos que grabar a fuego para entender qué nos está pasando como sociedad.
Con respecto a la izquierda, el reemplazo se ha visto cortocircuitado por diversos factores internos y el error clásico de la división. Por poner unos ejemplos, Plaza Pública, de Rafael Glucksmann , aspiraba a desplazar a la Francia Insumisa de Jean Luc-Melenchon en el liderazgo del lado izquierdo ante el reto mayúsculo que supondrán las presidenciales del 2027, enfrentándose a Marine Le Pen , que se frota las manos como reemplazo natural de la derecha republicana. De la misma manera, Elly Schlein lidera la oposición a Giorgia Meloni , el reemplazo consolidado de la vieja democracia cristiana y de la noventera Forza Italia.
Sánchez y Feijóo aspiran a ser una excepción, y su mejor estrategia es articular una España plural
El Partido Democrático, heredero del viejo PCI, volviendo a escena tras años de zozobra y psicodramas, con su rival, el M5S, hoy demediado. Recordémoslo: el M5S llegó, con el premier Giuseppe Conte mediante, a presidir el Consejo de Ministros. La vieja izquierda del siglo XX, pues, aggiornándose para competir con la derecha autoritaria tanto en Francia como en Italia, ante la caída a los infiernos de una izquierda que no supo ofrecer un lugar en el mundo a sus votantes, solo dar surco al malestar de la austeridad.
El viejo PASOK, por su parte, ya supera también a Syriza dónde empezó todo: ¡en Grecia! Pero gobernando la derecha, claro está. En 2025 le llegará el turno a los compañeros del metal en Alemania. Y sucederá más de lo mismo: reemplazo, relevo, sustitución por división. Las tres economías más importantes de la UE, del corazón de la vieja Europa –porqué lo del Reino Unido está fuera del sistema métrico decimal–, gobernando en un eje que va de la derecha a las derechas autoritarias.
¿Y en España? El PSOE supo hacer frente al empuje del espacio de ruptura que en 2014 representó Podemos. Acuérdense que los morados lideraron en intención de voto la encuesta del CIS de noviembre de aquel año para unas generales. Lo logró hablando en élfico Podemos, ganando una moción de censura, todas las elecciones en un tiempo en el que los socialistas declinaban, por ejemplo, términos como “plurinacionalidad” y otras palabras nuevas que siguen representando a millones de personas. Avanzaron gracias a ello en esa década pasada que orilló a las viejas socialdemocracias francesa e italiana. Así fue en el periodo 2017-2021. Sin embargo, se olvidaron de esos conceptos imponiéndose otra cultura política que, sin pretenderlo, hizo al PSOE muy vulnerable a la ola conservadora europea. Jugando en exceso además en la política doméstica al reemplazo PP-Vox. Olvidando que si bien el reemplazo es el particular signo de los tiempos, opera diferente en cada país.
Miren, al igual que el Concilio Vaticano se anticipó a una etapa expansiva para al progresismo en los sesenta del siglo pasado y la reacción de las derechas, entonces, fue intensa, hoy llegamos al final técnico de la globalización con las derechas autoritarias acopiando mucho capital político gracias a una constante guerra de posiciones. La competición ya está además en un rasante inexpugnable con la vuelta del chico de Queens, Donald Trump , a la presidencia de los EE.UU el 20 de enero.
Y el reemplazo afecta de lleno, cómo no, a Pedro Sánchez en su calidad de presidente con socios a su izquierda muy debilitados, y al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo , en su relación con la derecha autoritaria fuera o dentro de un hipotético Ejecutivo conservador. Ambos aspiran a ser una excepción europea. Pero el “malmenorismo” no les funcionará porque bebe de un bipartidismo que ya no existe. La mejor estrategia para uno y otro es articular frente al futuro terror la idea de una España plural. El PSOE organizando un proyecto plurinacional y el PP representando la causa de la derecha plural a la que pertenece dotándose de autonomía estratégica. En el año del reemplazo lo mejor para todos es que ambos tengan un feliz año.
Next Week
El cordón sanitario
Se está abriendo una etapa floreciente para la reacción, ante el terrible canto de cisne del demócrata Biden. Con los Cheney y los Bush reemplazados por el movimiento MAGA. Y con Macron y las élites tecnocráticas no representando a la derecha francesa, con primeros ministros que duran poco más que una lechuga. La geografía del malestar dirige los electorados europeos tras el Frexit o el Dexit como propone AfD. El cordón sanitario dejó de ser tabú. Está roto, como el ascensor social. Esto es Europa hoy, y Jacques Delors, un bello recuerdo del siglo XX.
El ojo de halcón
Brics
Este es un post de Trump: “La idea de que los Brics están tratando de alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados y observamos ha TERMINADO. Exigimos que se comprometan a no crear una nueva moneda ni a respaldar ninguna otra que sustituya al poderoso dólar estadounidense o se enfrentarán a aranceles del 100% y dirán adiós a las ventas en la maravillosa economía estadounidense. ¡Que se busquen a otro ‘tonto’!… Y cualquier país que lo intente debería decir adiós a EE.UU.”. El futuro terror es ese miedo que acelera el reemplazo.