El exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos ya ha llegado alrededor de las 10 de la mañana al Tribunal Supremo donde intentará desmontar todas las “mentiras” ante el juez Leopoldo Puente que, a su juicio, vertió el empresario Víctor de Aldama, en el marco del caso Koldo, para conseguir su libertad.
Ábalos ha llegado en taxi sobre las 9.40 y ha entrado al Palacio de las Salesas por la calle de Marqués de la Ensenada, donde le esperaban desde primeras horas de la mañana decenas de medios de comunicación. El ahora diputado del Grupo Mixto ha optado por no hacer declaraciones a la prensa. Casi una hora después, sobre las 10.20, ha comenzado la declaración voluntaria.
El exsocialista defiende que él no favoreció a Aldama en contratos públicos a cambio de comisiones. Fuentes de la defensa sostienen que el diputado contestará a las acusaciones, aglutinadas todas bajo la representación letrada del PP, a la Fiscalía Anticorrupción y al juez porque, según defiende, no tiene nada que ocultar.
La defensa de Ábalos recuerda que se trata de una declaración voluntaria y por tanto no tiene sentido negarse a contestar. Además, el propio diputado sostuvo este miércoles alas puertas del Congreso de los Diputados que él ya pidió declarar como testigo para decir la verdad.
El juez del Supremo le había citado de manera voluntaria después de que el alto tribunal aceptara la exposición razonada enviada por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno.
Ábalos se niega a reconocer que cobró hasta 400.000 euros como sostuvo Aldama ante el juez a cambio de varios contratos de mascarillas vinculados al Ministerio de Transportes y de abrir la puerta, por su cargo en el PSOE, en otras administraciones tanto estatales como autonómicas.
Niega la mayor
Además, niega que le pagara ningún piso ni casa en concepto de mordida. Lo que sí reconocerá es que alquiló a una empresa vinculada con Aldama un chalet de Cádiz, pero matizará que él pagó las cuotas de alquiler correspondiente.
También negará lo afirmado por Aldama en un escrito remitido la semana pasada al Supremo sobre un pacto con Ábalos para darle un piso ubicado en el Paseo de la Castellana de Madrid -valorado en 1,9 millones de euros- como “garantía” de los pagos que una serie de constructoras le harían en un futuro a cambio de contratos “preadjudicados” de obra pública.
Según dijo Ábalos a los periodistas el día previo a su declaración como investigado, “hay cosas tan burdas que ofenden al ciudadano”, en referencia a las motivaciones de Aldama por señalar el pago de comisiones al exministro y su asesor, Koldo García, a cambio de lograr su libertad en otra causa, por un fraude en hidrocarburos.
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