Sánchez tira “p'alante”

Sin Permiso

Sánchez tira “p'alante”
Directora adjunta

Hay expresiones pensadas solo para exhibirse en las redes sociales, donde cuajan durante un tiempo. Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont, se inventó aquello de “…y ahí lo dejo”, para insinuar victorias de su cliente frente al Poder Judicial, cual David contra Goliat. Miguel Ángel Rodríguez, hoy asesor de Isabel Díaz Ayuso y en su día de José María Aznar, ha popularizado el “p’alante” como una forma de augurar imputaciones judiciales de dirigentes socialistas o su entorno. Esos casos judiciales son ahora mismo el principal lastre para Pedro Sánchez, quien en los últimos días lanza constantes mensajes de resistencia. Lo hizo en el congreso del PSOE del fin de semana pasado y también el viernes, cuando quiso desmentir que simplemente esté soportando el chaparrón: “Yo no resisto en el Gobierno, yo avanzo en el Gobierno. Gobernar es avanzar y eso hago”. Si algo ha quedado claro en esta semana es que Sánchez se toma las elecciones de 2027 como un reto para el que ya ha empezado a prepararse.

Los cinco días de abril abonaron las tesis de una retirada del presidente. Sin duda, el PSOE deberá pensar en algún momento en el relevo, pero Sánchez deja claro que él será el candidato en las próximas generales. Incluso a Alberto Núñez Feijóo ha asumido que las elecciones serán en 2027 o, como pronto, unos meses antes. “Aguanta Pedro, no dimitas porque te vamos a echar los españoles, libre y democráticamente”, clamó el líder del PP hace una semana. Si hasta ahora los populares confiaban en hacer caer a Sánchez más pronto que tarde, ahora se van haciendo a la idea de que deberán esperar, aunque sin levantar la presión sobre el presidente.

Si Ayuso confronta con Sánchez, Óscar López se enfrentará a Ayuso desde el Gobierno central

En los próximos meses el PSOE renovará candidaturas en varias autonomías para tratar de recuperar poder territorial, muy diezmado por el avance del PP. Una de las decisiones más relevantes será el cartel electoral en Andalucía. De momento, Sánchez ha encomendado a uno de sus fieles, el ministro Óscar López, la tarea de plantarle cara a Ayuso en Madrid. La líder popular suele desdeñar a sus rivales en la Asamblea madrileña y busca el enfrentamiento directo con Sánchez, hasta tal punto que hay veces que consigue que el presidente confronte con ella, lo que la encumbra como referente político. La tarea de Óscar López será precisamente darle la réplica, incluso atacando primero, desde el altavoz del Gobierno, pero sin involucrar al presidente.

Sánchez espera que el PSOE aguante, pero el problema lo tiene a su izquierda. Para que las cuentas le salgan no es ya que necesite que Sumar y Podemos vayan juntos, lo que se antoja imposible, sino que incluso precisarían de un liderazgo que supere personalismos agotados, algo que tampoco se vislumbra.

Celebracion del Dia de la Constitucion en el Congreso de los Diputados Pedro Sanchez

Sánchez habla con los periodistas en el acto por el día de la Constitución

Dani Duch

Pese a los buenos resultados macroeconómicos, la sociedad española da muestras de inquietud ante carencias del Estado del bienestar. Las movilizaciones por la sanidad pública, las protestas en demanda de vivienda a precios asequibles e incluso las manifestaciones en favor de la universidad pública en Madrid son ejemplos claros. El congreso del PSOE apenas envió señales en esos ámbitos, salvo el del anuncio de la puesta en marcha de una empresa pública de vivienda. Tampoco Sumar o Podemos están capitalizando ese mar de fondo, aunque insistan en sus propuestas para dar solución a la crisis habitacional, ya que todos ellos tienen un problema de credibilidad dados los antecedentes.

Del resto de fuerzas que sostienen al Gobierno de Sánchez, la principal incógnita reside en los independentistas. Si, como es probable, la pugna en ERC entre las candidaturas de Oriol Junqueras y Xavier Godàs acaba con una victoria ajustada de uno de los dos, el nuevo líder tendrá que dirigir uno partido dividido sobre las alianzas con los socialistas. Pero la mayor fuente de inestabilidad proviene de Junts, donde no se tiene claro si les conviene más apoyar o no los presupuestos para sacar el máximo rédito de su apoyo parlamentario.

Mientras, el PP ha ido asumiendo que la carrera hacia la Moncloa es más de fondo que un esprint. A la vuelta del verano, Feijóo empezó a desgranar propuestas programáticas para mostrar una alternativa y no limitarse solo a la crítica dura y sin cuartel. Pero interrumpió esa labor a raíz de la dana de Valencia y de las declaraciones relacionadas con el caso Koldo.

A Vox le va bien en el contexto internacional y quiere apretar las tuercas al PP, poner las cosas difíciles a sus barones

A Feijóo también se le ha complicado el frente territorial. Vox salió de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP y ahora hay seis comunidades que no pueden aprobar sus presupuestos. Santiago Abascal ha ganado enteros en la galaxia de la ultraderecha europea y estadounidense. Vox quiere apretar las tuercas al PP, poner las cosas difíciles a sus barones, acusarlos de traición, como está ocurriendo con el reparto de menores migrantes llegados a Canarias.

Feijóo ve cómo el viento de la política en Europa es favorable a la derecha (puede que demasiado a la derecha), aunque quizá tendrá que esperar más de lo que creía para que Sánchez vaya “p’alante” en el sentido que le da Miguel Ángel Rodríguez. Y el líder socialista apela justamente a seguir “p’alante” con otro significado, el de “avanzar” más que simplemente “aguantar”, consciente de que solo así tendrá una oportunidad.

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