La casa Prat de la Riba, en Castellterçol (Moianès), fue un lugar habitual de peregrinación para los cuadros de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en los primeros años del partido, que se fundó hace 50 años. El expresident Jordi Pujol, junto a Ramon Trias Fargas, acudió allí con centenares de personas en 1977 con motivo del 70 aniversario de la muerte del primer presidente de la Mancomunitat y dirigente de la Lliga Regionalista. Repitió su visita poco después de ganar las elecciones de 1980 junto a miembros de su ejecutivo y cuatro años después, en 1984, inauguró lo que hoy es la casa museo Prat de la Riba.
En ese mismo escenario, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Enric Prat de la Riba y bajo el lema Hi ha país, el expresident ha recibido este viernes un homenaje rodeado de amigos que llevan en su carta de presentación el prefijo ex y viejos rockeros de la formación convergente como es el caso del expresident Artur Mas, el exalcalde de Barcelona y exconseller Xavier Trias, el exconseller Felip Puig, la exdiputada y abogada Magda Oranich y también la exconsellera y expresidenta del Parlament Núria de Gispert, que militaba en Unió, el otro partido de la federación nacionalista que gobernó Catalunya durante 23 años seguidos, entre 1980 y 2003. Algunos de ellos hasta se han atrevido con alguna imitación de su mentor político al rememorar experiencias pretéritas y se desprendía de los parlamentos y el ambiente que imperaba en el auditorio que lo de hoy ha sido una reunión de nostálgicos de CDC.
Ahora se puede decir un poco más porque se ha visto en los últimos años que esto de la independencia es muy difícil
Al tomar la palabra, en la reflexión final, en la que ha sacado el carácter de mandatario y se ha rebelado contra los que le pedían que pusiera fin a su intervención porque iba ya fuera de tiempo, Pujol ha expresado su “incomodidad” con los homenajes y ha atravesado algunos lugares habituales y conocidos de su trayectoria, como el ascenso al Tagamanent junto a su tío su visión de la necesidad de reconstruir Catalunya y su primer activismo político de corte catalanista.
El expresident también ha explicado que desde él principio él creía que el camino para Catalunya era “salvarse” a través de la negociación ante un Estado “poderoso” como España, que estça en todas partes y tuene la segunda o tercera lengua más importante del mundo. Así pues, ha aseverado que la independencia “es muy difícil” y que ahora se sabe que no se asumirá ese hito, al menos en los próximos años. “Ahora se puede decir un poco más porque se ha visto en los últimos años que esto de la independencia es muy difícil”, ha destacado. “Aún hay quien sigue teniendo esas ideas [independentistas], pero sabemos que no lo seremos, como mínimo ahora, ni en diez ni en quince años y ya no podemos pensar más [allá]”, ha rematado.
Tenemos que tener un país lo bastante consistente, con autonomía, es decir, el país Prat de la Riba
De hecho, Pujol ha revelado que ya tenía esas discusiones en el pasado con un amigo suyo independentista y activista, Pere Figuera, con quien “hacía conspiración de pa sucat amb oli”, según ha dicho. “Tenemos que tener un país lo bastante consistente, con autonomía, es decir, el país Prat de la Riba”, ha asegurado que le respondía cuando tenían ese debate.
Asimismo, el fundador de CDC, que ha insistido en lanzar un último mensaje después de que sonara Els Segadors, ha lamentado la disolución de Convergència y ha afirmado que bajar la persiana del partido que fundó fue un error que se tomó porque la gente estaba “agobiada” tras su confesión y ha pedido que no se pierda el espíritu y la mentalidad de CDC, al tiempo que ha concluido pidiendo a los partidos de tradición catalanista que sigan el ideario de Prat de la Riba.
Convergència no está, habría valido la pena mantenerla, ser capaces de superar un trauma del que me siento responsable
“Habíamos tenido un gran partido que había hecho mucho trabajo en la línea de Prat de la Riba, mucho trabajo a nivel catalán y a nivel español. Nosotros hicimos una política positiva también pensando en España, que eso también lo tenía Prat de la Riba. Era muy nacionalista, Catalunya lo primero... pero escuchad, España tiene que ir bien”, ha expuesto Pujol.
“Todo eso se ha malogrado. También en España. Convergència no está, habría valido la pena mantenerla, ser capaces de superar un trauma del que me siento responsable y estoy dispuesto a asumir responsabilidades”, ha proseguido. “Aquello se podía salvar, pero entonces todo el mundo se agobió. Ya lo entiendo, yo me retiro y me repudiáis, pero tenéis que seguir... pero eso no ha ido así”, ha puesto sobre la mesa justo antes de decir que había que “salvar el partido” y que los que están ahora tienen que “responder a aquel espíritu y a aquella mentalidad”, que, a su juicio, “era la buena”. Entre los presentes hubo quien tomó nota.
Lluís Prenafeta, estrecho colaborador de Pujol en la presidencia de la Generalitat, tenía previsto asistir, pero no ha podido por un problema de salud y su hijo ha leído unas palabras en su nombre: “Pujol ha sido el político más importante que ha habido en Catalunya, por su capacidad e inteligencia”, ha señalado en una carta en la que también ha apuntado que es preciso conocer la debilidad propia [de Catalunya] y –en alusión al procés– ha resaltado que no se dan los elementos necesarios para una “confrontación radical” porque “no hay munición”. Por ello, ha pedido que Catalunya adopte el “camino de la negociación”.
Manel Vila, exalcalde convergente de Castellterçol (1991-2011) y presidente de la asociación Amics d’Enric Prat de la Riba, que ha abierto los parlamentos y ha organizado el homenaje, ha dejado claro que la intención del acto era alentar y homenajear al expresident y ha remarcado que “el paralelismo entre Prat de la Riba y Pujol está ampliamente demostrado”. “Entre [Prat de la Riba] el seny ordenador del país –así le definía Eugeni d'Ors–, y el reconstructor de Catalunya después de la Guerra Civil [Pujol]”, ha añadido. El acto, ha resumido, es “un homenaje y reconocimiento a los constructores de la Catalunya nación”, si bien Pujol ha sido la figura central del día sin lugar a dudas.
En ese mismo sentido, el historiador Adrià Fortet, el único ponente que no fue dirigente de Convergència, ha sido quien ha glosado esos paralelismos entre ambos dirigentes nacionalistas y ha resaltado aspectos comunes como que ambos pasaron por la cárcel o bien que idearon “estructuras para conducir el país” ya desde la sociedad civil y no solo en las instituciones.
Trias, Puig y Gisbert han sacado pecho por la obra de los gobiernos de Pujol, por la puesta en marcha del sistema público de salud catalán, la construcción de hospitales, la creación de la policía de la Generalitat, el traspaso de la gestión de las prisiones, la integración de la Catalunya de los seis millones de habitantes o la construcción de varias infraestructuras así como de la Ciutat de la Justícia, entre otras muchas cosas. Sus intervenciones han ido trufadas con anécdotas varias, como que en la última campaña electoral de Pujol hubo que ponerle un brazalete como el que usaban los árbitros de fútbol para saber cuando levanta la bandera el linier en los fueras de juego para que lanzara el mensaje político en el momento adecuado, ya que hacía caso omiso de las señales, o que no sabían cómo pedirle un aumento de salario los consellers, que según De Gispert tuvieron diez años el salario congelado.
“A mí me decían en Unió que era la más pujolista y no les caía bien. Que yo era la 'i' de Convergència i Unió”, ha expuesto De Gispert, que ha recordado que entró en la Generalitat como funcionaria en 1980 y cuando Pujol dejó la presidencia ambos eran los más veteranos. Trias ha apuntado que tiene que haber una “línea clara de mando en los gobiernos”. “Si no, no funcionan y se convierten en reinos de taifas”, ha proseguido el exalcalde, que ha afirmado que los de Pujol sí la tenían. Puig, que también tuvo responsabilidades en el partido y fue secretario de organización de CDC, ha dicho que aprendió de Pujol la importancia de que haya un partido “fuerte, de espectro amplio y organizado” para poder transformar el país tanto en el gobierno como en la oposición, con un dardo a los sucesores de su espacio: “Hoy gobierna quien se ha mantenido en la centralidad”. Mas ha resaltado que sin una obra de gobierno solvente previa como la de Pujol el independentismo no hubiera ganado apoyos durante el procés y ha hecho una loa del autogobierno.
Se da la circunstancia que tanto Pujol como Mas, en el pasado, habían querido trazar paralelismos entre sendas presidencias y lo que representaron para Catalunya Francesc Macià y Enric Prat de la Riba. Pujol lo hizo en su primera campaña electoral, cuando señaló que quería que su presidencia fuera “la síntesis del patriotismo tenso y ardiente de Macià y el espíritu de construcción de Prat de la Riba”, aunque a la postre sus mandatos han trascendido. Mas, por su parte, hizo lo propio en Madrid en septiembre del 2012, cuando se le preguntó qué tipo de presidente quería ser en un acto en el que presentó la ruta de la transición nacional catalana”.
Junts hace suyo el legado de Prat de la Riba y rinde tributo a Pujol: “Es el padre de la nación catalana moderna”
En estas últimas semanas la cúpula de JxCat también ha puesto en valor la figura del primer presidente de la Mancomunitat (1914-1917) y también presidente de la Diputación de Barcelona (1907-1917). En el partido de Carles Puigdemont se definen como herederos de la idea de actuar con “mentalidad de Estado” en todo momento. Josep Rull, presidente del Parlament lo hizo el miércoles de la semana pasada en un desayuno informativo en Barcelona y el secretario general, Jordi Turull, en una entrevista reciente con La Vanguardia.
Por parte de JxCat, de hecho, han acudido al acto David Saldoni, adjunto al secretario general, el exconseller y ahora diputado del Parlament Jaume Giró y el portavoz en el Senado, Eduard Pujol, así como algunos dirigentes locales. Además, aunque ya no es militante por su responsabilidad pública, de forma discreta, el ex secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, ha entrado en el auditorio con el acto ya empezado. En la primera fila también estaba el exconseller Germà Gordó, líder de otra formación posconvergente, Convergents.
A su vez, Rull, máximo representante institucional de la formación de Puigdemont, ha mandado un vídeo al no poder asistir por motivos de agenda al acto. “El president Pujol es el padre de la nación catalana moderna”, ha reivindicado Rull, que ha definido como “brillante” la Generalitat durante los mandatos de Pujol, a quien atribuye un “papel trascendente para dotar de alma y autoestima la nación catalana”.
Rull, la semana pasada, parafraseó a Prat de la Riba en un acto público y citó un fragmento de uno de sus discursos más célebres: “No hemos hecho la Mancomunitat para tener una Diputación más grande, ni para dar al alma catalana un pequeño cuerpo de administración subordinada, secundaria: una provincia […] Todos queremos para Catalunya un cuerpo de Estado, todos sentimos que la dignidad de la voluntad popular catalana exige imperiosamente, más o menos acentuadas o atenuadas, formas de Estado”, citó.